Agricultura

Advierten de que la bacteria del HLB haría desaparecer la citricultura española en 15 años

Los exportadores citrícolas españoles exigen medidas para controlar la expansión del insecto vector que transmite la bacteria Citrus greening o Huanglongbing (HLB), la cual es un riesgo para el futuro del sector

19 mar 2019 / 08:30 h - Actualizado: 19 mar 2019 / 08:39 h.
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La enfermedad conocida como Huanglongbing (HLB) o Citrus greening, es considerada actualmente como la enfermedad de cítricos más grave y destructiva del mundo. Los efectos provocados en los cítricos son devastadores, causando la muerte del árbol y, por ende, el deterioro del sabor y calidad de los frutos.

Hasta el momento, el Mediterráneo es la única zona productiva que no se ha visto afectada por la bacteria. Sin embargo, el aviso de la posible extensión de la enfermedad a España llegaba en 2014, cuando se confirmaba la presencia del vector Trioza erytreae en Galicia. Fue en 2015, cuando las autoridades lusas descubrieron otro foco del mismo insecto cerca de la ciudad de Oporto en Portugal. En la actualidad, el psílido procedente de tierras africanas, ha recorrido el litoral atlántico desde La Coruña hasta la zona de Lisboa, dejando solo una distancia de 190km hasta las plantaciones españolas de cítricos en Huelva y a 170km de la que es la principal provincia productora de agrios en Portugal, el Algarve.

Por su parte, el Comité de Gestión de Cítricos (CGC), asociación nacional que reúne a exportadores privados de cítricos, ha realizado un informe sobre los impactos económicos que afectarían al sector citrícola español si se produjera la entrada del patógeno. Las conclusiones, tenidas en cuenta por la falta de cura y la experiencia adquirida en la zona afectada de Florida (EE. UU.), señalan que la producción de limones, naranjas y mandarinas se reduciría de una producción de 7 millones de toneladas a solo 3,6 y, con ello, la citricultura pasaría a ser un cultivo residual en tan solo 15 años.

El informe toma como referencia el caso de Florida con los datos de producción de 28 temporadas debido a que es el caso con mayor nivel de detalle entre las principales potencias citrícolas que se han visto afectadas por la enfermedad, como es el caso de Brasil, India, China, México y Sudáfrica. En Florida, se encontró rastro del HLB en el año 2005, pero se estima que la enfermedad debió establecerse en la campaña de 1997/98. La enfermedad sigue afectando al estado norteamericano que ha dejado de producir 12,3 millones de Tm para solo poder llegar a poco más de 3 millones de Tm. Con esta proyección, los expertos indican que, si no se encuentra rápido una solución a la enfermedad, la que era la principal productora de zumo de naranja del mundo, pasaría a desaparecer en la campaña de 2024/25.

El estudio encuentra grandes diferencias entre el caso de Florida y el español. En el primero se cuenta con distinto clima, vientos huracanados que favorecen el desplazamiento del vector y el insecto presente es el Diaphorina citri, no como el localizado en España, Trioza erytreae, portador de una forma de HLB menos agresiva, lo que ayudaría a una reproducción más lenta en España y, con ello, se podría obtener más tiempo de actuación. Sin embargo, en España se encuentran diversos factores potenciales que podrían beneficiar la propagación de la bacteria, destacando desde el estudio el minifundismo de muchas explotaciones, la proximidad entre plantaciones, el abandono de campos que no se vigilan ni cuidan y la falta de inversión en I+D contra la enfermedad.

Desde el CGC, se exige, debido a la gravedad de la situación, que se aceleren los trámites para la suelta inmediata en las zonas afectas por el psílido del parasitoide traído de Sudáfrica, Tamarixia dryi, el cual permite un control eficaz que conseguiría frenar la expansión. Además de esto, se sigue reclamando la mayor dotación de fondos comunitarios y nacionales para la investigación en centres de referencia, como son el IVIA en la Comunidad Valenciana y el IFAPA en Andalucía.

Otras medidas de control que se han demandado al Gobierno y a las autoridades comunitarias desde la asociación CGC, es la intensificación de las medidas de control sobre las importaciones de plantas de zonas afectadas que podrían ser portadoras del vector y conseguir así su extensión a importantes zonas productivas. Como refuerzo, tendrían que extremarse las inspecciones en puestos fronterizos, aeropuertos y puertos, evitando de esta manera la entrada ilegal de yemas o plantas que se encuentren contaminadas.

Según el estudio, si no se llevan a cabo estas medidas y la enfermedad consigue hacer desparecer la citricultura en España, las consecuencias serían devastadoras para la economía, señalándose la eliminación de 200.000 empleos directos y 79.000 empleos ligados a la producción. La renuncia obligada de un volumen de negocio con un valor medio de 4.000 millones de euros por temporada, de los cuales, entre 3.100 y 3.224 millones proceden de la exportación. El sector del transporte sería uno de los más afectados ya que cada campaña, 174.000 camiones de cítricos cruzan la frontera, sin olvidar los que distribuyen los 1,4 millones de Tm que se comercializan en España y el acarreo de 6,8-7,3 millones de Tm del campo a los almacenes. Habría pérdidas y desempleo en actividades relacionadas con el sector, sin olvidar el terrible impacto ecológico debido abandono y degradación de las 30.000 hectáreas de superficie que absorben toneladas de CO2.