Airbus admite que el ajuste del A400M tendrá un impacto negativo sobre el empleo

El consorcio europeo registra unas pérdidas de 1.300 millones de euros en el avión militar por los sobrecostes de las nuevas condiciones de entrega, lo que eleva la factura total hasta los 8.500 millones de euros

15 feb 2018 / 10:32 h - Actualizado: 15 feb 2018 / 14:41 h.
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  • El consejero delegado de Airbus, Tom Enders, durante la rueda de prensa en Toulouse. / EFE
    El consejero delegado de Airbus, Tom Enders, durante la rueda de prensa en Toulouse. / EFE

La ralentización en el ritmo de producción del avión de transporte militar A400M, que Airbus ha programado para este año y sucesivos ejercicios –y así dar tiempo y espacio a la llegada de nuevos encargos que mantengan vivo el programa– se dejará sentir sobre el empleo en San Pablo. Así lo ha reconocido el consejero delegado de Airbus, Tom Enders, durante la presentación de resultados del grupo en Toulouse.

Enders, que no concretó cómo se traducirá ese recorte, precisó a preguntas de los periodistas que asume que la bajada de cadencia se trasladará al empleo. «Mentiría si dijera que no tiene efecto sobre el empleo, pero lo mitigaremos tanto como podamos», con la recolocación en otras actividades del grupo para no perder puestos especializados y de alta cualificación.

La compañía ya ha emprendido este año una reducción del ritmo de producción para extender los años de vida del avión militar. En 2017 Airbus entregó 19 aeronaves frente a las 17 de 2016. Para este año se prevé reducir esta cifra hasta 15 unidades y bajarla hasta las 11 entregas en 2019. El programa cuenta con 174 encargos, de los que 58 ya ha salido de la planta sevillana de San Pablo.

Insistió, no obstante, en que el principio de acuerdo logrado con las naciones anunciado el pasado 7 de febrero y que supondrá una flexibilización en el calendario de entregas y una hoja de ruta para implementar las capacidades tácticas, vendrá a garantizar el nivel de producción y empleo en la planta de montaje de San Pablo a medio plazo y a minorar los riesgos del programa.

De hecho, la negociación con los clientes –falta aún por firmar el acuerdo definitivo y vinculante– incluye modificar el ritmo de entregas para poder entremeter y dar prioridad a los pedidos de exportación de nuevos países una vez que lleguen. En este sentido, Enders indicó que se están haciendo campañas para conseguir nuevos encargos pero que las expectativas no se concretarán hasta que el avión esté «maduro».

1.300 millones en rojo

Un año más, el A400M supuso un lastre económico para las cuentas del grupo, que tuvo que destinar otros 1.300 millones de euros para paliar las pérdidas de este programa con cargo a 2017. Esta provisión incluye la estimación financiera de la flexibilización del calendario de entregas, las capacidades tácticas y el proceso de retrofit (actualización) del avión.

Con este nuevo cargo extra, la factura de sobrecostes que acumula el programa militar, que fue lanzado a un precio cerrado de 20.000 millones de euros en 2003, se eleva ya a 8.500 millones, después de que en 2016 Airbus destinase 2.200 millones a provisiones tras los problemas detectados en la caja reductora del motor (PGB), que se sumaban a los 5.000 millones desembolsados previamente para paliar los primeros problemas técnicos y las indemnizaciones por los retrasos en las entregas.

La firma del nuevo contrato, cuyos flecos deberán ratificar las partes a lo largo de este ejercicio, tratará de poner fin a esta sangría de pérdidas económicas.

Los sindicatos vienen reclamando amortiguar el descenso de actividad en el segmento de aviones militares (A400M y C295), que se producen en la factoría sevillana de San Pablo, con otros programas de aviación civil, pero la compañía no ha entrado a valorar esta opción.

Sobre la posibilidad de que San Pablo albergue el proyecto de transformación del modelo A320 en una plataforma militar, Tom Enders se limitó a decir que este nuevo programa está «en estudio» y que aún no hay decisión tomada sobre si se ejecutará ni dónde. «Parece fácil de decir, pero hay que hacerlo». La compañía tiene bastantes frentes abiertos en diversos programas.