Amancio Ortega, de vender batas a ganar a Bill Gates

El fundador del imperio Zara ha logrado ser algunos días de este año el hombre más rico del planeta pero, pese a su fortuna, sigue derrochando humildad y discreción

25 dic 2016 / 21:08 h - Actualizado: 26 dic 2016 / 08:00 h.
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1963. Un joven leonés, afincado en Galicia al año de nacer, crea Confecciones GOA (sus iniciales al revés) en A Coruña para vender batas de boatiné (tras dejar los estudios con 12 años). En 1975, doce años después, crea Zara, germen del grupo Inditex –Zara Home, Pull & Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho y Uterque–. Y tras otros 48 años, ese hombre, Amancio Ortega, ha llegado a ser el más rico del mundo.

El subidón de las acciones de Inditex los pasados 7 y 8 de septiembre hizo que la fortuna de este español superase a la del creador de Microsoft Bill Gates. Y no era la primera vez. En octubre de 2015 encabeza también la lista como el más rico del planeta, pero sólo por unas horas. Toda una hazaña para los negocios españoles.

Según la revista Forbes, Ortega desbancó a Gates después de que su fortuna haya alcanzado los 69.860 millones de euros, frente a los 69.776 millones de euros del patrimonio del cofundador de Microsoft y los 60.493 millones de euros del fundador de Amazon que ocupa el tercer puesto del ranking.

Y el hecho de que haya sido el hombre más rico del planeta sólo por unas horas se debe a que durante un periodo de tiempo las acciones de Inditex subieron más que las de Microsoft. Y es que esta lista puede variar cada minuto.

En comparación con el listado anual correspondiente a 2016, publicado por Forbes el pasado marzo, Amancio Ortega habría aumentado su fortuna en 10.311 millones de euros, mientras que Bill Gates sería 3.111 millones de euros más rico. Evidentemente fue un buen año para el fundador de Zara.

Y no sólo económicamente. A finales de marzo, medio mundo vio a este hombre como nunca lo había visto: emocionado, cariñoso con su hija Marta y al borde de las lágrimas. Así aparece en la celebración sorpresa que le prepararon sus empleados y su hija el pasado 28 de marzo por su 80 cumpleaños.

Tanto su nombre como sus tiendas y sus números son conocidos mundialmente, pero pocos son los datos que trascienden de su vida cotidiana. Tan rico como discreto, Amancio Ortega apenas ha concedido entrevistas, ni frecuenta los saraos a los que acostumbran otras celebridades o personajes de su estatus social.

Quienes lo conocen aseguran que su timidez radica en su humildad. Cuando era un niño, desde atrás del aparador escuchó a alguien decirle a su madre: «Señora, no podemos fiarle más». Eso, según la biografía escrita por Covadonga O’Shea, hizo que Ortega sintiera vergüenza. «Cuando Amancio me lo contó, se emocionó mucho. Me dijo: ‘Me sentí herido, humillado’», afirma O’Shea.

Por este motivo tuvo que dejar los estudios a los 12 años para ponerse a trabajar en una camisería de A Coruña. Después de pasar por algunas empresas más, en 1963 comenzó por su cuenta y abrió GOA, la de las batas de boatiné. Ahí empezó a construir su imperio.

Pero el gallego no sólo dirige todo un emporio de moda, sino que también, desde 2001, preside la fundación que lleva su mismo nombre. La educación y la asistencia social son sus prioridades, por eso entre sus obras sociales está la donación de 40 millones de euros a la sanidad andaluza. El empresario firmó en mayo un protocolo que permitirá, hasta 2019, la adquisición de 25 aceleradores lineales para radioterapia destinados a mejorar la atención a pacientes con cáncer.

Y hay más. Donó 20 millones de euros a Cáritas y 4 a bancos de alimentos en 2014; 28 millones a la institución benéfica Padre Rubinos; 11 millones para escuelas infantiles y más de 10 millones de euros a becas. Un dinero que, con tanta fortuna, hasta puede saber a poco.