«Con los nuevos plásticos biodegradables vamos a revolucionar el campo»

Dos años después de que el grupo conformado por Plastimer, Macresur y Torres Film (antiguo TPM) resurgiera de sus cenizas, hoy lidera el mercado de los plásticos agrícolas y refuerza su expansión internacional hacia países de próspera agricultura

21 jun 2015 / 23:01 h - Actualizado: 22 jun 2015 / 09:11 h.
"Industria"
  • Lorenzo Espinosa, la pasada semana en Sevilla. / Rodríguez Aparicio
    Lorenzo Espinosa, la pasada semana en Sevilla. / Rodríguez Aparicio

—El año pasado el precio del petróleo se desplomó pero, de nuevo, retoma la senda alcista. ¿Cómo afectará al plástico? ¿Se encarecerá?

—Cualquier encarecimiento de la materia prima lleva aparejado un aumento del precio de los plásticos, pero hay que tener en cuenta que éstos no dependen tanto del crudo como de los polímeros, que tienen grandes oscilaciones a escala internacional. Al final, es una cuestión de oferta y demanda, con el matiz de que, en el conjunto de su explotación, el precio del plástico es un coste ridículo para el agricultor y además aquí, en Morera & Vallejo Industrial, junto con su lógica garantía, los aseguramos por tres o cuatro años, y eso lo saben muy bien quienes en el invierno pasado sufrieron los destrozos de las nevadas en Almería.

—¿Dónde está el mayor crecimiento del negocio de los plásticos, el futuro del mercado?

—En Hispanoamérica, sin duda. Ahí está el negocio. México, República Dominicana, Panamá, Colombia o Ecuador, y a todos ya exportamos. Es un mercado inmenso. Junto con éste, Turquía y, sobre todo, Marruecos, y en ambos países tenemos comercializadoras propias. En Europa vendemos a Francia y Alemania, y también llegamos a China, Tanzania, Kenia o Túnez.

¿Y por qué no montar fábricas en Marruecos o Turquía?

—De momento, no, en el futuro ya veremos... Cuando tengamos en ambos países cuotas suficientes que justifiquen la inversión y se amorticen bien, entonces.

—En su catálogo de productos, nada para la jardinería. ¿La razón?

—Dése cuenta de que éste es un negocio de grandes volúmenes de plásticos, de toneladas, y la jardinería para los hogares es a muy pequeña escala. Sí tenemos para los semilleros, para jardinería industrial, no para casa. Pero, además, cada agricultor demanda un artículo distinto y adaptado a su explotación, a su invernadero, es decir, a medida, con este u otro tamaño. No es lo mismo un plástico para las fresas de Huelva que para las rosas de Chile.

—Eso es ir de la mano...

—Lo es. Somos bastante dinámicos, nos adaptamos a las necesidades del agricultor, e incluso con productos específicos de cobertura de daños que nadie más tiene: los seguros. Al fin y al cabo, no existe otra forma de trabajar que ir con él, juntos. Tanto, que, por ejemplo, muchas de las investigaciones que desarrolla en Huelva el centro tecnológico Adesva para la fresa y los berries son conjuntas.

—¿Por ejemplo?

—En los plásticos acolchados (son los de suelo) biodegradables, con múltiples ensayos para encontrar el producto más óptimo tanto para el agricultor como para el medio ambiente. Es, de hecho, una de nuestras principales apuestas, será muy importante para el conjunto del sector agrícola, revolucionario, y no sólo para el fresero.

—¿Por qué?

—Por su aportación al medio ambiente. En estos momentos, existe una amplia red de recogida de plásticos: Cicloagro, el único Sistema Integrado de Gestión (SIG) autorizado por la Junta de Andalucía para plásticos agrícolas, una asociación sin ánimo de lucro a la que nosotros pertenecemos. Se tratan y reciclan para jardinería, mobiliario urbano, tuberías, etcétera. La concienciación del agricultor es, créame, tremenda. El problema no está tanto en las cubiertas de los invernaderos, que duran más y son fáciles de reciclar, como en los plásticos acolchados, donde su beneficio sería doble: medioambiental y económico, pues podrían utilizarse para el abonado de la tierra.

—¿Investigación propia?

—Con tales fines ensayamos tecnologías propias, incidiendo también en cómo rebajar su precio, puesto que el plástico biodegradable, que ya fabricamos pero es un porcentaje aún pequeño de los acolchados, es un producto caro. En cuanto a las cubiertas de los invernaderos, también investigamos actualmente una mayor durabilidad y una mejora de las propiedades ópticas (claridad, no vaho, etcétera) a través de modificaciones en los aditivos del plástico.

—De 11 millones de euros en 2013 a 27 millones en 2014 y una previsión de 40 millones para 2015. Los plásticos dan mucho de sí...

—Y más que pueden dar. Aunque esta actividad es muy estacional, puesto que depende de las campañas agrarias, hasta mayo la evolución era muy positiva y las previsiones económicas para todo el año se podrán cumplir. La exportación, además, reduce ese carácter estacional, dado que las épocas de campaña no son iguales aquí que en Chile. Para este año fabricaremos alrededor de 30.000 toneladas de film, pero tenemos una capacidad instalada para 65.000... Fíjese si podemos y queremos crecer....

—¿Brasil, Estados Unidos?

—No. El de Brasil es un mercado muy complejo y Estados Unidos ya se abastece de las fábricas de plástico de México. No hay que irse tampoco tan lejos. Por ejemplo, a un paso tenemos el Norte de África y su próspera agricultura. Así, en Marruecos estamos creciendo mucho, y será nuestra puerta de entrada para el resto de esta área.

—¿Y qué hay de la agricultura española?

—Tenemos una agricultura solvente, es el motor de la economía española y de la andaluza, incluso ha crecido durante los años de la crisis. En este entorno, seguiremos creciendo, sí, aunque tenga en cuenta que nuestra cuota de mercado es ya muy alta, en torno al 40 por ciento, y más en zonas como Almería. Por ello insistimos tanto en las exportaciones, en el negocio exterior, porque, además, España es líder internacional en plasticultura. Nadie lo hace mejor que nosotros.

—De estar en la ruina en 2013 (antiguo grupo TPM) al 40 por ciento del mercado en 2014. ¿Eso cómo es posible?

— Por la confianza del grupo en el que estamos y de su empresario, Antonio Morera Vallejo, por la confianza de los clientes, por la calidad de nuestros artículos y por los precios competitivos. Son las claves, y no existen más. Bueno, y trabajar mucho.

—Una línea de negocio desconocida de la división de los plásticos de Morera & Vallejo es la sanitaria...

—En efecto. En la fábrica de Valencia hacemos bolsitas de plástico para diálisis peritoneal, comercializadas íntegramente una multinacional que las exporta a todo el mundo.