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El A400M es uno de los programas que tiene pagos comprometidos en los Presupuestos de 2015. / S. Ramadier (Airbus)
Por cuarto año consecutivo, el Ministerio de Defensa destinará la cantidad de 6,84 millones de euros a las inversiones en programas especiales de armamento. De este modo, los carros y vehículos blindados Pizarro y Leonard, que se ensamblan en la factoría de Santa Bárbara Sistemas (filial de General Dynamics) en Alcalá de Guadaíra seguirán sin recibir un euro en la partida presupuestaria para el año próximo igual que ocurrió en las cuentas de 2015.
Se mantiene, asimismo, la aportación simbólica de 1,6 millones de euros al proyecto del avión de transporte militar A400M, que se ensambla en la planta de montaje final de Airbus Defense & Space en San Pablo. La dotación está destinada únicamente a cubrir los gastos administrativos derivados de la participación española en los consorcios internacionales, que en el caso del A400M asciende a 1,6 millones. Para el año 2016 la insuficiencia presupuestaria obliga únicamente a prever inicialmente pagos en los siguientes proyectos: avión EF-2000m, el helicóptero de combate y el mencionado A440M.
Pese a ello, hay que tener en cuenta que Defensa no solo recibe 6,84 millones para pagar los programas de armamento, sino que aparte de lo establecido en las cuentas públicas estatales, todos los años el departamento que dirige Pedro Morenés se ve beneficiado por la concesión de créditos extraordinarios que van destinados a pagar las obligaciones contraídas en este aspecto. De hecho, el último de los créditos se aprobó el pasado mes de mayo y ascendió a 856 millones de euros con los que se hizo frente al pago del programa del caza Eurofighter (399,7 millones de euros), el A400M (154,4 millones), el vehículo blindado Pizarro (60 millones) o los helicópteros Tigre (68,9 millones), NH-90 (45,6 millones) y EC-135 (39,2 millones).
El Consejo de Ministros aprobó en julio de 2014 un «nuevo perfil de pago» de este tipo de programas, una vez reprogramadas y ajustadas sus anualidades hasta 2030». Esta fórmula de no reflejar apenas gasto en los Presupuestos para pagar los programas de armamento y hacer frente a estas obligaciones a través de créditos en forma de decretos ley ha sido duramente criticada por la oposición en los últimos años. De hecho, los dos últimos créditos extraordinarios han sido recurridos ante el Tribunal Constitucional, que lo está estudiando.