El eterno problema de tener que firmar pólizas de seguro en el banco al contratar la hipoteca

No se puede obligar a nadie a firmar una póliza de seguro de vida bajo la presión de obtener menores intereses en el crédito hipotecario. A pesar de los esfuerzos por evitar estas prácticas que afectan a más de 16 millones de españoles en la ley hipotecaria en vigor, la presión en las entidades financieras sigue siendo muy elevada

28 jul 2021 / 10:05 h - Actualizado: 28 jul 2021 / 10:30 h.
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Contratar una hipoteca, de un tiempo a esta parte, se ha convertido en un actividad dura, solo apta para especialistas de distintos ámbitos; y los clientes habituales no lo son ni deben serlo. Y es que al entrar en el banco hay que estar preparado para recibir ofertas de todo tipo de productos y presiones de todos los colores. Contratar una hipoteca y que te ofrezcan un seguro de vida que garantice capitales en caso de muerte o invalidez para que el interés del préstamo hipotecario sea menor es todo uno. Y que te ofrezcan la posibilidad de contratar un seguro para la vivienda que cubra los daños que se produzcan de forma accidental esta casi garantizado. Todo esto estaría muy bien si las primas a pagar fueran las mismas que se pagan en una compañía de seguros independiente del banco y si las presiones que se ejercen al cliente no fueran inaceptables. Con la ley hipotecaria se ha intentado rebajar el problema aunque, de hecho, sigue existiendo con demasiada frecuencia.

Según un estudio de Inese y Global Actuarial las pólizas de vida que se pagan al contratar la hipoteca en los bancos son un 80 por ciento más caras que las que se pagan en las compañías aseguradoras. ¡Un 80 por cierto más caras! La prima media en entidades financieras se sitúa en 446,86 euros frente los 250 euros de las compañías aseguradoras. El estudio se ha realizado tomando como referencia los datos que arrojan las actividades comerciales de 18 aseguradoras de primer nivel y 7 bancos nacionales de enorme peso específico en el mercado; y teniendo como referencia pólizas con capitales y coberturas medias.

La diferencia es excesiva y va a más puesto que las entidades financieras han elevado las primas y las compañías las han bajado. Y la presión que recibe el cliente al contratar su hipoteca no cesa en la oficina bancaria que ofrece un menor interés en el crédito a cambio de contratar las pólizas de seguro con esa entidad.

La pandemia ha hecho que la percepción del ciudadano respecto a la necesidad de contratar pólizas de vida haya cambiado de forma radical. El 39 por ciento de la población adulta siente la necesidad de contratar esas pólizas dadas las circunstancias y, ahora, son ya 16 millones de personas los que pagan un coste excesivo por un servicio que se vincula a otro producto financiero de forma dudosa. El asunto es de enorme importancia y muy extendido.

Esto, sencillamente, no puede ser así. El cliente debe contratar las pólizas de seguro que desea sin presiones, buscando su propio interés, sin obligaciones que desvirtúen el espíritu de un contrato de seguros. Si los precios fueran similares en entidades financieras y en compañías de seguros la cosa sería distinta, pero el problema es que las personas pagan sobrecostes muy abultados. La necesidad de obtener un crédito hipotecario no se puede convertir en un problema que afecte al resto de operaciones financieras que las personas tengan que realizar.

La solución pasa, como es habitual, por consultar a los profesionales del sector que tienen herramientas adecuadas para resolver estos problemas sin que el cliente se vea perjudicado. Para una persona ya es bastante problema asumir una hipoteca durante 10, 20 o 30 años, como para sumar otros compromisos sin libertad y sin remedio.