Esta idea la tengo que explotar

Andalucía está en el podio de las comunidades por número de registros, tras Madrid y Cataluña. La agencia Idea de la Junta se encarga de proteger los inventos

22 nov 2016 / 19:05 h - Actualizado: 22 nov 2016 / 07:00 h.
"Comercio","Inventos","Más recursos para investigar"
  • Alegoría de la creatividad y la invención sobre una pizarra, el soporte más clásico para pergeñar los procesos mentales previos al invento. / El Correo
    Alegoría de la creatividad y la invención sobre una pizarra, el soporte más clásico para pergeñar los procesos mentales previos al invento. / El Correo
  • Carlos Lapetra con una caja de tartas.
    Carlos Lapetra con una caja de tartas.
  • Francisco Javier Luque y su pinlens.
    Francisco Javier Luque y su pinlens.
  • Rubén Torrejón, con sus auriculares.
    Rubén Torrejón, con sus auriculares.

Andalucía arrastra la mala imagen de tierra poco desarrollada, poco innovadora, con pocos inventos. ¿Los datos lo corroboran? La Oficina Española de Patentes y Marcas (OPEM) la coloca como la tercera comunidad, tras Cataluña y Madrid, en número de patentes en 2015, el último año con datos disponibles. Las tres comunidades registraron 523, 464 y 442 patentes, a cierta distancia de la cuarta comunidad (Valencia) y a un abismo del resto de autonomías.

La Consejería de Economía aclara además que, tradicionalmente, Andalucía oscila entre la segunda y la tercera posición en esta tabla, como corrobora la escasa distancia que la separa de Cataluña en este terreno. Si hay un tópico que se cumple, es el de Unos cardan la lana...

«Desde 2007 hasta la actualidad, la comunidad venía ocupando la tercera posición, a excepción del año 2014, cuando alcanzó la segunda y registró su máximo: 527 solicitudes de patentes registradas por vía nacional. Cabe destacar que este tipo de solicitudes también se ha incrementado en España en el primer semestre de este año respecto al mismo periodo del año anterior, con un leve aumento del 0,6%, un hecho que no se producía desde el inicio de la crisis económica en 2008», explican desde la consejería.

El Informe sobre propiedad industrial en Andalucía. Cifras de un vistazo 2015, elaborado por la Agencia Andaluza del Conocimiento de la Consejería de Economía y Conocimiento y la agencia Idea refleja que Andalucía registró el año pasado un 16% menos de solicitudes que en 2014 (527), un descenso que afectó a todo el Estado, donde también hubo una bajada de casi un 5% en el número global de solicitudes de patentes.

El informe refleja que en Andalucía se solicitó la protección de 442 patentes, 273 modelos de utilidad y 224 diseños industriales.

En términos generales, la mayor parte de estas solicitudes de protección fueron realizadas por particulares y por empresas; no obstante, en el caso concreto de las patentes, las universidades y organismos públicos concentraron el 28% de las solicitudes.

La mayor parte de las solicitudes de patente andaluzas se enmarcan dentro de las tecnologías médicas (casi el 10%), lo que refleja el peso y el potencial investigador y de innovación del sistema autonómico sanitario. Cabe destacar que en Andalucía el organismo público que más solicitudes de patentes registró en 2015 fue, precisamente, el Servicio Andaluz de Salud SAS, con 37. La Universidad de Sevilla se consolida como la primera institución docente en cuanto a número de patentes solicitadas con el 27,1% (23); seguida por las universidades de Cádiz, con el 21,2% (18) y la de Granada, con el 15,3% (13).

La Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (Idea) es la agencia de desarrollo de la Junta y depende de la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio. También es entidad colaboradora de la OPEM en Andalucía, hasta el punto que la propia web de la OPEM, un organismo del Gobierno central, remite a este organismo autonómico.

La agencia Idea ofrece este servicio a través del Centro de Información tecnológica y Propiedad Industrial de Andalucía (Citpia), que asesora, promociona y registra las patentes que se producen en Andalucía y dispone para ello de personal experto en las ocho capitales de Andalucía. Se trata de un servicio especializado y gratuito.

Una patente es un contrato entre el Estado y el inventor, mediante el cual el Gobierno le otorga una exclusividad temporal a cambio de que se publique la invención. Con ello pretende que el solicitante recupere la inversión que haya hecho y con la divulgación se produzca el avance tecnológico del país.

Los posibles inventos están clasificados. Un tipo se llama diseños y modelos de utilidad: pequeñas invenciones sin mucha complejidad técnica y menor tiempo de protección (10 años) que las patentes propiamente dichas (20 años). Las patentes tienen distinto ámbito de protección, según sean patentes nacionales (su ámbito de protección se extiende al territorio nacional), europeas (países europeos, aunque una vez concedida hay que validarla en cada uno de los Estados en los que se quiera la protección) y solicitudes –no pantentes– internacionales: Hay un procedimiento internacional y luego hay que pasarlas las patentes a protección nación por nación.

La recomendación de Citpia antes de solicitar una pantente es pedir una cita previa con los técnicos de este servicio público.

De esta manera el inventor se asesora sobre la mejor estrategia de protección para su invención. Allí también se le explica la documentación necesaria para la presentación de la solicitud, los plazos, las tasas, el mantenimiento de derechos y las posilbes infracciones de patentes.

También se encarga de una investigación sobre la novedad de la invención, mediante un informe de patentabilidad para conocer la novedad que aporta.

Y por supuesto, acompaña al inventor en todo el proceso de solicitud y concesión de la patente, que no es sencillo.

Una solicitud de patente no debe olvidarse de dejar por escrito algo tan obvio como el título de la invención y explicar el sector de la técnica donde se encuadra, así como una descripción del invento (que en lenguaje administrativo se llama memoria), unas reivindicaciones y dibujos o figuras que sirvan para ilustrar la invención.

Tampoco, de pagar las tasas –lo único gratis es el servicio de asesoría que ofrece la Junta. Solicitar una patente nacional cuesta 72,72 euros, pero hay que sumarles casi 700 euros más, el precio del informe de Estado de la Técnica, que realiza la OEPM.

«SE NOS HAN ABIERTO PUERTAS HASTA EN NUEVA YORK

Este inventor sevillano ha conseguido mejorar su negocio gracias a un invento que permite fabricar tartas fondant de manera industrial y sin perder calidad. Hasta ese momento ese tipo de dulces con pasta y azúcar por fuera sólo se podían hacer a mano (ocho al día). Hoy pueden fabricar un centenar. Su invento ha facilitado que la empresa en la que trabaja, Siete M, haya multiplicado «por cuatro» sus ventas y que las grandes cadenasa de distribución de pastelería se hayan fijado en esta pyme sevillana y esté abordando pedidos para cadenas como Mercadona, Aldi, El Corte Inglés, Covirán... y que además tengan en perspectiva presentar la patente en Nueva York.

«Hemos simplificado el proceso de forma mecánica, pero la patente lo que ha hecho es que se nos abran las puertas. Nos ha posicionado y es nuestra carta de presentación en un sector muy estático, donde innovar nos ha abierto muchas puertas, porque las firmas tradicionales no salen de lo mismo de siempre». La innovación no ha supuesto un golpe de suerte ni fue fruto de un sueño afortunado. «Ya veníamos haciendo mucho esfuerzo por innovar», explica.

Y aunque el grueso de su negocio no sean las tartas fondant, la patente que reduce su elaboración manual «muy difícil, y que hacía necesaria una hora de trabajo» a unos pocos minutos, el haber inventado y patentado el invento ha conseguido que la vida y el negocio cambien, muy para bien, para los pasteleros de Siete M. Es riqueza que se queda y se multiplica en Andalucía.

«ME HE GASTADO EL DINERO, LA IDEA ES BUENA Y NO HAY INVERSOR»

«Sigo buscando la explotación de la idea que registré en 2015. Para comercializarla hace falta mucho dinero, no tanto para fabricarla. Lo que he ideado son unas fundas que evitan accidentes cuando no puedes salir con una mochila o un bolso para guardar las voluminosas y rígidas fundas de gafas actuales. A mí se me arañaban constantemente las gafas de sol y pensé en buscarle una solución. La encontré con una funda elástica de textil-neopreno, que pemite que las gafas se lleven incluso en la camisa, y además lo suficientemente baratas como para que cada persona tenga no una funda, sino 50 con todos los colores».

Las fundas se llaman pinlens y su inventor descfribe así por qué son útiles: «Montarte en el coche, desenfundar tus gafas , colacartelas y comprobar que no están rayadas, siguen como el primer día, eso no tiene precio, y encima me meto mi pinlens en el bolsillo y ni lo noto. ¿Y si lo pierdo? normalmente llevo dos o tres por el coche, merece la pena». Sin embargo, los pinlens no están en las tiendas. No ha comenzado su fabricación siquiera. «He mandado correos, vídeos, he hecho gestiones, remitido cartas... y no encuentro a nadie dispuesto a invertir; pero cuando lo enseño a la gente le gusta».

Además Luque se queja del poco apoyo institucional: «me he gastado un buen dinero en el proceso de registrar mi idea como modelo de utilidad y con la crisis cancelaron las subvenciones para el registro internacional. No me encaja con el mensaje de los políticos de que para salir de la recesión el país tiene que ponerse a inventar».

«AHORA PARA ENCONTRAR INVERSORES HAY QUE HACER ‘CROWDFUNDING’»

«Cuando hacemos deporte se nos caen los auriculares con los que escuchamos música. Soy audiólogo y logopeda, a mí me pasaba e ideé un adaptador estándar que se puede colocar en los pabellones auriculares. Se puede hacer running e incluso natación sin problemas», explica el inventor de este adaptador anatómico estándar de auriculares con sistema anti-humedad, que, como muchos otros inventores, probó primero el resultado en sí mismo y vio que había clavado la resolución de este pequeño problema cotidiano. Los ensayos los hacía mientras entrenaba.

«Llevo trabajando el proyecto del molde adaptador mucho tiempo. He juntado mis tres pasiones: la audiología (mi trabajo), el deporte y la música». Tenía que realizar personalmente la instancia de la patente, puesto que era mi idea. No pensaba que me iba a costar tanto tiempo, trabajo y esfuerzo, al final el resultado esta ahí. A mi me ha merecido la pena».

«Me puse a medir orejas y vi que había vectores estándar en todas las personas. Así que hice estos adaptadores con silicona» junto con Daniel Martín, cofirmante de la solicitud de la patente, presentada en 2014. «Dos años después el proyecto está parado. Encontrar un inversor es muy complicado y necesito 60.000 euros para arrancar con la producción. Además estos últimos meses he estado volcado en escribir un libro, Elección y adaptación de prótesis auditivas. Pero es que esto de inventar y patentar no es como era antes, cuando te presentabas a una empresa, te veían...Ahora todo es crowdfunding (micromecenazgo a través de las redes sociales) y Facebook, y para dedicarme a ese márketing me falta tiempo. No pensaba que esta segunda fase me iba a costar tanto.