La cara B de San Pablo

2016 fue el mejor año desde 2007 en movimiento de carga para el aeródromo, que también tiene uso agrícola y vuelos ambulancia

31 ene 2017 / 22:10 h - Actualizado: 01 feb 2017 / 13:11 h.
"Aeropuerto de Sevilla","Destino de altos vuelos"
  • Imagen de archivo de un simulacro de accidente aéreo realizado en el aeropuerto sevillano de San Pablo. / Javier Díaz
    Imagen de archivo de un simulacro de accidente aéreo realizado en el aeropuerto sevillano de San Pablo. / Javier Díaz

{Además de pasajeros, San Pablo también es la rampa de lanzamiento de mucha mercancía, tiene usos agrícolas y atiende a un volumen considerable de vuelos ambulancia. Es la cara desconocida del aeródromo hispalense.

Aunque no haya copado muchos titulares, 2016 fue el mejor año desde 2007 en cuanto a movimiento de carga con 6.618.807 kilos de mercancías transportadas, un 10,2 por ciento más que el ejercicio anterior, según los datos de Aena.

El grueso de la mercancía que se envía o recibe está relacionado con la paquetería, el sector aeronáutico, bienes de equipo, automoción, alimentos y otros productos perecederos. Por eso mismo los periodos de más tráfico coinciden con la primavera (se produce el traslado de material para el Gran Premio de Motociclismo de España) y con la Navidad (la compra de regalos por internet aúpa la paquetería).

Para atender esta actividad, el aeropuerto dispone de un terminal de carga (de dos plantas y 6.800 metros cuadrados de superficie) con todos los servicios necesarios. Además, las dimensiones de la pista, con una longitud de 3.360 metros, permiten la operativa de cualquier avión carguero. Muestra de ello es que por sus instalaciones se han movido algunos de los más grandes del mercado, como el Antonov 124 (que recientemente ha operado en San Pablo para el transporte de equipos para centrales eléctricas en Japón) o el Boeing 747-400F (en él llegó en abril el material para el Gran Premio de Motociclismo de España).

Prácticamente el 80 por ciento de la carga que se mueve en el aeropuerto de Sevilla tiene origen o destino nacional. Este reparto obedece, en parte, a que algunas compañías trasladan la mercancía a su hub principal en España y, desde allí, la redistribuyen hacia o desde el resto de Europa. Tanto en el tráfico doméstico de mercancías como en el internacional, el comportamiento fue muy positivo en 2016, con aumentos del 7,6 y el 23 por ciento, respectivamente, respecto a 2015.

La compañía que más carga mueve en el aeropuerto de Sevilla es DHL. Opera desde 1994 y, en la actualidad, realiza más de 200 vuelos anuales.

De hecho, esta empresa ha lanzado recientemente un proyecto para ampliar sus instalaciones en el aeródromo y duplicar la superficie de la que dispone en su almacén.

Otra empresa con importante actividad es Groundforce Cargo. En este caso, la firma no gestiona sus propios aviones y utiliza tanto cargueros puros como mixtos (aviones de pasajeros de los que aprovechan el espacio sobrante en sus bodegas para transportar mercancía). Alrededor del 40 por ciento de los productos que mueve está relacionado con el sector aeronáutico, seguidos de los perecederos (flores, pescado, cebos de pesca para las islas...), con un 20-25 por ciento, y los animales vivos (3-4 por ciento). Cada año esta compañía cubre entre 7 y 8 cargueros puros de bastante envergadura.

Entre trigo o algodón

Hace más de 20 años que la siembra de trigo, guisantes o algodón da forma a un curioso tapiz con el que cada día San Pablo se asegura el despegue y aterrizaje de más de 120 aviones. De las 535,5 hectáreas que abarca el recinto aeroportuario, 201 son de uso agrícola. El aeropuerto ha encontrado en la agricultura una opción muy efectiva para el mantenimiento y la limpieza de los terrenos que rodean su campo de vuelo.

Una sociedad mantiene y limpia los terrenos que rodean el campo de vuelo, los explota y comercializa la producción que esa actividad genera. Gracias a esta fórmula, el aeropuerto garantiza el cuidado de un área de suma importancia, pero también genera una oportunidad de negocio para empresas locales, recalcan fuentes del aeródromo.

Con los usos agrícolas se eliminan objetos de riesgo que pueda haber en la zona, se evita el crecimiento de las malas hierbas (y de los pastos susceptibles de arder) y se contribuye al allanamiento progresivo del terreno. Todo ello bajo el objetivo primordial de que nada reste visibilidad a las señales.

Atendiendo a ese mismo objetivo, la selección de los cultivos es muy cuidada. Junto con los propios dictados de la oferta y la demanda en el mercado, se tienen en cuenta criterios como que las plantas no sean altas, no sirvan de cobijo a liebres y perdices o no supongan un foco de atracción para los pájaros.

En la actualidad, se cultiva trigo, algodón y habas, aunque en otras temporadas también ha habido guisantes y girasol. En el caso del algodón, la producción ronda los 3.000 kilos por hectárea, una cifra que se eleva a los 3.500, en el caso del cereal. Hay que recordar que el aeropuerto de Sevilla se levanta sobre el que fuera Cortijo de San Pablo, cedido al Estado por Ildefonso Marañón Lavín a principios de los años 30.

Emergencias las 24 horas

El aeropuerto de Sevilla atendió durante 2015 un total de 148 vuelos ambulancia, de los que 102 estaban relacionados con el traslado de órganos y de personal sanitario requeridos en intervenciones para trasplantes. En el caso de estos últimos, que aumentaron un 21,4 por ciento respecto a 2014, la operativa se coordinó con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).

El compromiso de Aena con los vuelos trasplantes es de 24 horas los 365 días del año. Por este motivo, pese a que el horario operativo del aeropuerto es hasta la 1.00 de la madrugada, tienen establecido un procedimiento específico para atender los vuelos de la ONT fuera de ese horario, sea cual sea el momento.

Durante 2015, el 26,4 por ciento de los vuelos de la ONT se produjeron y atendieron fuera del horario operativo, siendo el tiempo de respuesta no superior a los 45 minutos.

Además, la cara B del aeropuerto de Sevilla incluye cada año la visita de medio centenar de colegios, centros ocupacionales y otras entidades formativas, lo que permite a más de 2.500 personas conocer de cerca el funcionamiento de sus instalaciones.

Los hitos de Airbus

La sintonía del aeropuerto de Sevilla con sus vecinos de Airbus explica que en San Pablo se realicen una buena parte de los vuelos de prueba, del transporte de piezas para los aviones y de las labores de mantenimiento de aeronaves. Incluso se abrió en julio de 2010 una nueva calle de rodadura que hoy conecta la factoría de Airbus Military con la cabecera de la pista de vuelo, facilitando el tránsito de las aeronaves.

La colaboración que mantienen Aena y Airbus ha convertido al aeropuerto hispalense en espectador privilegiado de acontecimientos históricos en el sector de la aeronáutica: en mayo de 2007 el aeródromo se convirtió en el primero civil español en el que aterrizaba un A380, en diciembre de 2009 acogió el primer vuelo del A400M y en marzo de 2014 fue el primero de España en el que operaba un A350.

Además de pasajeros, San Pablo también es la rampa de lanzamiento de mucha mercancía, tiene usos agrícolas y atiende a un volumen considerable de vuelos ambulancia. Es la cara desconocida del aeródromo hispalense.

Aunque no haya copado muchos titulares, 2016 fue el mejor año desde 2007 en cuanto a movimiento de carga con 6.618.807 kilos de mercancías transportadas, un 10,2 por ciento más que el ejercicio anterior, según los datos de Aena.

El grueso de la mercancía que se envía o recibe está relacionado con la paquetería, el sector aeronáutico, bienes de equipo, automoción, alimentos y otros productos perecederos. Por eso mismo los periodos de más tráfico coinciden con la primavera (se produce el traslado de material para el Gran Premio de Motociclismo de España) y con la Navidad (la compra de regalos por internet aúpa la paquetería).

Para atender esta actividad, el aeropuerto dispone de un terminal de carga (de dos plantas y 6.800 metros cuadrados de superficie) con todos los servicios necesarios. Además, las dimensiones de la pista, con una longitud de 3.360 metros, permiten la operativa de cualquier avión carguero. Muestra de ello es que por sus instalaciones se han movido algunos de los más grandes del mercado, como el Antonov 124 (que recientemente ha operado en San Pablo para el transporte de equipos para centrales eléctricas en Japón) o el Boeing 747-400F (en él llegó en abril el material para el Gran Premio de Motociclismo de España).

Prácticamente el 80 por ciento de la carga que se mueve en el aeropuerto de Sevilla tiene origen o destino nacional. Este reparto obedece, en parte, a que algunas compañías trasladan la mercancía a su hub principal en España y, desde allí, la redistribuyen hacia o desde el resto de Europa. Tanto en el tráfico doméstico de mercancías como en el internacional, el comportamiento fue muy positivo en 2016, con aumentos del 7,6 y el 23 por ciento, respectivamente, respecto a 2015.

La compañía que más carga mueve en el aeropuerto de Sevilla es DHL. Opera desde 1994 y, en la actualidad, realiza más de 200 vuelos anuales.

De hecho, esta empresa ha lanzado recientemente un proyecto para ampliar sus instalaciones en el aeródromo y duplicar la superficie de la que dispone en su almacén.

Otra empresa con importante actividad es Groundforce Cargo. En este caso, la firma no gestiona sus propios aviones y utiliza tanto cargueros puros como mixtos (aviones de pasajeros de los que aprovechan el espacio sobrante en sus bodegas para transportar mercancía). Alrededor del 40 por ciento de los productos que mueve está relacionado con el sector aeronáutico, seguidos de los perecederos (flores, pescado, cebos de pesca para las islas...), con un 20-25 por ciento, y los animales vivos (3-4 por ciento). Cada año esta compañía cubre entre 7 y 8 cargueros puros de bastante envergadura.

Entre trigo o algodón

Hace más de 20 años que la siembra de trigo, guisantes o algodón da forma a un curioso tapiz con el que cada día San Pablo se asegura el despegue y aterrizaje de más de 120 aviones. De las 535,5 hectáreas que abarca el recinto aeroportuario, 201 son de uso agrícola. El aeropuerto ha encontrado en la agricultura una opción muy efectiva para el mantenimiento y la limpieza de los terrenos que rodean su campo de vuelo.

Una sociedad mantiene y limpia los terrenos que rodean el campo de vuelo, los explota y comercializa la producción que esa actividad genera. Gracias a esta fórmula, el aeropuerto garantiza el cuidado de un área de suma importancia, pero también genera una oportunidad de negocio para empresas locales, recalcan fuentes del aeródromo.

Con los usos agrícolas se eliminan objetos de riesgo que pueda haber en la zona, se evita el crecimiento de las malas hierbas (y de los pastos susceptibles de arder) y se contribuye al allanamiento progresivo del terreno. Todo ello bajo el objetivo primordial de que nada reste visibilidad a las señales.

Atendiendo a ese mismo objetivo, la selección de los cultivos es muy cuidada. Junto con los propios dictados de la oferta y la demanda en el mercado, se tienen en cuenta criterios como que las plantas no sean altas, no sirvan de cobijo a liebres y perdices o no supongan un foco de atracción para los pájaros.

En la actualidad, se cultiva trigo, algodón y habas, aunque en otras temporadas también ha habido guisantes y girasol. En el caso del algodón, la producción ronda los 3.000 kilos por hectárea, una cifra que se eleva a los 3.500, en el caso del cereal. Hay que recordar que el aeropuerto de Sevilla se levanta sobre el que fuera Cortijo de San Pablo, cedido al Estado por Ildefonso Marañón Lavín a principios de los años 30.

Emergencias las 24 horas

El aeropuerto de Sevilla atendió durante 2015 un total de 148 vuelos ambulancia, de los que 102 estaban relacionados con el traslado de órganos y de personal sanitario requeridos en intervenciones para trasplantes. En el caso de estos últimos, que aumentaron un 21,4 por ciento respecto a 2014, la operativa se coordinó con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).

El compromiso de Aena con los vuelos trasplantes es de 24 horas los 365 días del año. Por este motivo, pese a que el horario operativo del aeropuerto es hasta la 1.00 de la madrugada, tienen establecido un procedimiento específico para atender los vuelos de la ONT fuera de ese horario, sea cual sea el momento.

Durante 2015, el 26,4 por ciento de los vuelos de la ONT se produjeron y atendieron fuera del horario operativo, siendo el tiempo de respuesta no superior a los 45 minutos.

Además, la cara B del aeropuerto de Sevilla incluye cada año la visita de medio centenar de colegios, centros ocupacionales y otras entidades formativas, lo que permite a más de 2.500 personas conocer de cerca el funcionamiento de sus instalaciones.

Los hitos de Airbus

La sintonía del aeropuerto de Sevilla con sus vecinos de Airbus explica que en San Pablo se realicen una buena parte de los vuelos de prueba, del transporte de piezas para los aviones y de las labores de mantenimiento de aeronaves. Incluso se abrió en julio de 2010 una nueva calle de rodadura que hoy conecta la factoría de Airbus Military con la cabecera de la pista de vuelo, facilitando el tránsito de las aeronaves.

La colaboración que mantienen Aena y Airbus ha convertido al aeropuerto hispalense en espectador privilegiado de acontecimientos históricos en el sector de la aeronáutica: en mayo de 2007 el aeródromo se convirtió en el primero civil español en el que aterrizaba un A380, en diciembre de 2009 acogió el primer vuelo del A400M y en marzo de 2014 fue el primero de España en el que operaba un A350.