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El presidente de la CES, Miguel Rus, en un momento de su intervención en la asamblea general en el Club Antares. / El Correo
«Una huelga creo que no es la mejor forma de reivindicar y creo que va a ser lesivo para los intereses de los trabajadores y de las empresas sevillanas». Es la valoración que este miércoles hizo el presidente de la CES, Miguel Rus, cuando fue preguntado por los periodistas por la convocatoria de huelga de este ocho de marzo. «Creemos que para eso está la concertación social, para avanzar conjuntamente los sindicatos con los empresarios». Rus consideró que «no es el momento más adecuado para una huelga para nuestra economía, para nuestra actividad empresarial ni para nuestro empleo». Y pidió «que las empresas estén abiertas y que los poderes públicos garanticen que quien quiera trabajar pueda hacerlo».
El presidente de la CES también arremetió ayer contra los planes de seguridad de la Semana Santa que implican el cierre de bares «en uno de los periodos de mayor venta del año», una medida que tachó de «inadmisible», y lamentó que el Ayuntamiento ponga el foco sobre negocios que pagan sus impuestos mientras que la venta ilegal campa a sus anchas en el Centro. «Hay que evitar las imágenes del año pasado, cuando la venta ambulante se desplegó por todo el Centro, justo en zonas de paso de cofradías en las que se habían cerrado bares». En este sentido, reclamó a Movilidad que se siente con ellos «a negociar» actuaciones como este operativo de seguridad –que el año pasado «funcionó» con la clausura temporal de los locales al paso de las cofradías– o las peatonalizaciones planteadas en entornos como Mateos Gago o Betis, por su afectación a las empresas radicadas en el Centro.
En su intervención ante la asamblea general de la CES, Rus hizo un repaso a las carencias y mejoras de la ciudad, siendo consciente de que en muchos casos la parálisis viene impuesta por la ausencia de Presupuestos Generales del Estado (PGE), que «puede dar al traste» con las buenas perspectivas de crecimiento y creación de empleo en Sevilla, aseveró. Es lo que ocurre, por ejemplo en el caso de la Zona Franca, que, al no contar con una asignación presupuestaria, «parece que ha entrado en vía muerta», por lo que reclamó al Estado que cumpla el compromiso adquirido con un recinto en el que a día de hoy siguen instaladas las mismas seis empresas ubicadas allí originariamente.
Rus advirtió además de que uno de los puntales económicos sobre el que Sevilla debe sustentar su crecimiento, el Puerto, se está quedando atrás respecto a otros andaluces tras el «mazazo» de la negativa de la administración a considerar el dragado prioritario, por lo que corre el riesgo de quedar relegado a un mero «polígono industrial». Mencionó el caso específico de Majarabique, cuya gestión se adjudicó el Puerto de Huelva en un proceso al que no concurrió el de Sevilla, que «puede convertirse en un problema» para la autoridad portuaria hispalense.
Miguel Rus reclamó para la ciudad inversiones en infraestructuras y estableció cuáles son a su juicio las prioridades. Así, insistió en la necesidad de contar con una conexión ferroviaria directa de Santa Justa con el aeropuerto de San Pablo, más relevante si cabe –dijo– con el actual auge del turismo. «El modelo de gestión del turismo en Sevilla es una asignatura pendiente y todos debemos implicarnos para no morir de éxito». Todo lo contrario que la ampliación del tranvía hasta San Justa, una actuación que la patronal considera innecesaria porque su recorrido está suficientemente cubierto con la red de Cercanías. Antes que su ejecución, los empresarios reclaman una apuesta real por el Metro, la finalización de la SE-40 en el arco sur con los túneles bajo el río y la conexión de la SE-30 con la A-49 en el nudo de la Pañoleta, entre otros.
La asamblea ratificó la creación de una comisión de industria que perseguirá impulsar la internacionalización y acciones concretas que fomenten los certificados de profesionalidad y la formación dual. Rus se detuvo además en que Sevilla cuenta con los barrios «más deprimidos de España» y en la degradación de Los Pajaritos. Para evitar que se convierta en un «gueto», el presidente de la CES ofreció al Ayuntamiento la colaboración del empresariado, «dispuesto a trabajar en un plan de choque y reurbanización de la zona».
La CES y la Cámara de Comercio sellan la paz
Francisco Herrero, presidente de la Cámara de Comercio de Sevilla, dejó de ser vicepresidente de la patronal CES en 2012, cuando el equipo liderado por Miguel Rus tomaba posesión al frente de los empresarios sevillanos. Ayer, seis años después, la Junta Directiva y el Comité Ejecutivo aprobaban el regreso de Herrero a la vicepresidencia primera de la CES en el lugar de Tomás González, que pasa a ser vocal. «Somos dos instituciones en defensa del empresario de la provincia de Sevilla» refería Herrero, quien tomó la palabra durante la asamblea para incidir en que «no podemos estar ni vamos a estar unos en contra de otros». El presidente de la Cámara, que recordó que es el único «superviviente en activo» de la constitución de la CES, que acaba de cumplir 40 años, compartió con el auditorio que, «pese a lo que se ha comentado», no han existido diferencias con otro de los vicepresidentes de la patronal, Antonio Lappí. El acuerdo alcanzado ayer supondrá también que el presidente de la CES será vicepresidente primero de la Cámara.