La consultoría ‘humanista’ impulsa la rentabilidad de empresas andaluzas

Una empresa de biomasa afincada en Jaén consiguió no endeudarse más con la firma de un nuevo crédito gracias al trabajo de Consultoría 3.0, una empresa de servicios de ingeniería de origen valenciano pero que tiene en Andalucía uno de sus mayores focos de trabajo. De hecho, llevan más de dos años afincados en la región. La compañía jiennense revisó su cuaderno de ventas y en poco tiempo se dio cuenta de que el origen de sus problemas de rentabilidad estaba en que vendía por debajo del precio de mercado. «Es precisamente la desactualización de los precios a tiempo real uno de los problemas más habituales de las empresas», aseguran los fundadores de esta consultoría, Cristina Miralles y Juan Medina.

Consultoría 3.0 aplica en sus servicios la metodología de trabajo que se utiliza en los proyectos de cooperación por el desarrollo, conocida como Enfoque de Marco Lógico, que unida a la ingeniería humanista y a la pedagogía permite aumentar en el plazo de un año hasta un 30 por ciento la productividad de las empresas con las que trabaja, que principalmente son del sector agroalimentario y de la industria manufacturera. «La clave de este método está en que todos los actores de la empresa, desde los trabajadores hasta los directivos, se impliquen en el proceso», explican. Un factor que hace los proyectos más sostenibles en el largo plazo.

Ahora están inmersos en monitorizar la recogida de datos de productividad por hora de una empresa hortofrutícola en Granada. El objetivo de este trabajo es «disminuir la mano de obra indirecta para reconvertirla en innovación». Según Medina, una de las reglas básicas es que «no más del 25 por ciento de la plantilla se dedique a trabajos indirectos, es decir, de oficina». Por ello, insiste en que una empresa de una decena de trabajadores será eficiente siempre que sólo dos de ellos estén en oficinas.

Consultoría 3.0 viene a suplir la falta de departamento de ingeniería de muchas pymes. Por ello, su método consiste en «entrar en la empresa, observarla y diagnosticar situaciones para delimitar los objetivos de crecimiento y trazar el camino para conseguirlo». La idea es enseñar tanto al empresario como al equipo cuáles son sus principales recursos y reeducarlos para que los aprovechen a la hora de producir.

La aplicación de este método basado en la economía social evitaría problemas como el desempleo, «que llegaría a reducirse a un 12 por ciento», según los responsables de esta empresa. Además es «un antídoto ante la falta de formación y un incentivo al crecimiento».