La economía no cambia de marcha

Balance. La provincia sigue restando parados impulsado por el turismo, pero Sevilla precisa de un plan de reindustrialización que reactive la maquinaria económica

30 dic 2016 / 21:57 h - Actualizado: 30 dic 2016 / 22:30 h.
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La economía sevillana sigue al ralentí. Aunque sus actores intentan cambiar de marcha, lo cierto es que la sucesión de reveses a nivel industrial no le dejan pisar al máximo el acelerador. Sevilla precisa de un plan de reindustrialización para que el empleo no sólo dependa del sector servicios, fortalecido por el impulso del turismo.

Los datos del paro hablan por sí solos. En noviembre había 221.430 sevillanos inscritos en el Servicio Andaluz de Empleo (últimos datos disponibles), 25.700 menos que un año antes. Empleo dependiente del sector servicios y de las campañas agrícolas y, por tanto, de elevado carácter temporal. Además, cuando nos fijamos en los datos que ofrece la Encuesta de Población Activa –que en septiembre contabilizaba 256.200 parados, 38.700 menos que un año antes– la bajada del paro se debe a la salida de activos del mercado laboral. A falta de saber los datos de diciembre, probablemente edulcorados por la campaña navideña, Sevilla cerrará el año en la franja de los 200.000 desempleados.

En materia económica, uno de los grandes hitos a nivel andaluz fue la aprobación de una rebaja en el impuesto de sucesiones, y que entró en vigor este año para explotaciones agrarias. Una medida muy demandada por el sector agrario, pues ponía obstáculos al relevo generacional. La rebaja será generalizada a partir de mañana. El nuevo mínimo legal exento de pagar dicho impuesto se ha fijado en herencias por valor de 250.000 euros.

A nivel nacional, a nivel laboral, España acordaba a principio de mes una subida del salario mínimo interprofesional (SMI), que ha supuesto el mayor incremento en los últimos 30 años. Así, el Gobierno acordaba situar el SMI en 707,6 euros, 52,4 euros más que hasta ahora.

Un año de trámite a la espera de novedades

Las noticias mineras de 2016 pasan por Aználcollar y Cobre las Cruces. El pasado 3 de junio, la Junta autorizó que Minera Los Frailes iniciase los trabajos previos a la extracción de mineral en la mina de Aznalcóllar. Dos meses después, por fin empiezan los esperados sondeos. En paralelo, en diciembre, la juez del Juzgado de Instrucción número 3 de Sevilla, Patricia Fernández, que investiga la concesión de la explotación por parte de la Junta, denegó la medida cautelar solicitada por la empresa Emerita Resources de suspender o paralizar los trabajos. El pleito sigue abierto, mientras que el municipio espera que se cumplan las previsiones y en 2020 esté la mina a pleno rendimiento. Por otra parte, Cobre Las Cruces comenzó el pasado verano el testeo definitivo para saber si la mina podrá prolongar su vida más allá de 2021, cuando está previsto que concluya la extracción de los siete millones de toneladas de mineral que restan. Una sentencia castigó por primera vez a una empresa minera por contaminación del agua. Tres exdirectivos aceptan un año de cárcel, una multa de 6.750 euros a cada uno y una indemnización de 293.209 euros a pagar entre los tres tras admitir la contaminación de un acuífero.

El primer a400M español ya vuela

Desde el pasado 1 de diciembre, el primer A400M del Ejército del Aire español está en la base aérea de Zaragoza, después de que se escenificara la entrega de este avión por parte del fabricante aeronáutico Airbus Defence and Space al Ministerio de Defensa y al Ejército del Aire. Formalmente, el aparato ya era titularidad del Gobierno español sobre el papel desde el pasado 16 de noviembre, pero quedaba pendiente una ceremonia que visibilizara un hito tan relevante para la historia de las Fuerzas Aéreas españolas. El Gobierno español se había desmarcado de la posición defendida por algunos países clientes del A400M como Alemania y no exigirá a Airbus compensaciones económicas por los retrasos en el calendario de entregas del avión de transporte militar. Sevilla fue el escenario del acto de entrega, al igual que otras muchas noticias relacionadas con Airbus durante 2016, un año en el que el programa del A400M ha sufrido problemas en los motores y el fuselaje. El propio Fernando Alonso, presidente de Airbus en España, aseguró que la primera mitad del año fue un tsumani y, la segunda, una carrera por recuperar la producción y las entregas. El fallo más crítico fue el de la caja reductora (PGB). Sin embargo, la solución interina desarrollada por su fabricante, el italiano Avio, ya está instalada en 16 aviones de Francia, Reino Unido y Alemania, y se colocará en enero por primera vez en un A400M nuevo proviniente de la planta de ensamblaje (FAL) de Sevilla. Por culpa de estos problemas, el grupo no alcanzó las 20 entregas, pero pudo poner en manos de los clientes unas 17 unidades.

Precisamente este programa será uno de los destinos en los que recalarán parte de los trabajadores afectados por el ajuste laboral en los proyectos del C295 y el A380. La compañía anunció que hay un excedente de 360 personas en ambos (lo que afecta a Sevilla y Puerto Real) debido a la caída de pedidos. «No habrá ERE ni despidos de fijos», remarcó Alonso, pero a entre 150 y 180 temporales no se les renovará el contrato y al resto (unos 200 empleados) se les enviará a programas de mayor éxito. Además de los anunciados A350, A320 o A330MRTT, el directivo mencionó el A400M.

Por otra parte, Airbus Group anunció que creará una nueva entidad a partir de la fusión de su estructura de Group con su mayor división, Airbus Commercial Aircraft, para implantar una única marca Airbus a partir de enero de 2017. La fusión supondrá la supresión de «un máximo de 1.164» empleos en Europa, pero se prevén sólo «bajas voluntarias, reubicaciones y jubilaciones anticipadas».

Avances y choque de trenes en el puerto

El Puerto de Sevilla ha cerrado el año enfrascado en una pugna con el de Huelva por la gestión de la plataforma logística de Majarabique. Fue la propia Autoridad Portuaria sevillana la que, por falta de visión estratégica y posiblemente también por falta de financiación, renunció a concursar para hacerse con este nudo ferroviario, dejando la vía libre al de Huelva, el único ofertante en el concurso público convocado por Adif. La intención del Puerto onubense era hacerse con la terminal que es paso obligado para los trenes que van y vienen del resto del país por la provincia de Sevilla, invertir para hacerla operativa y buscar un consorcio privado para su explotación con la misión de atraer tráfico de contenedores hacia Huelva. Este operador privado, al no estar sujeto a la Ley de Puertos podría abaratar los precios, así que el recinto que dirige Manuel Gracia ha visto peligrar parte de su tráfico. Y por eso saltaron las alarmas y, finalmente, tras la intervención de la Junta y Puertos del Estado, Sevilla y Huelva negocian la gestión conjunta.

Lo cierto es que este encontronazo ha empañado un año con muchas novedades positivas para la Autoridad Portuaria hispalense. Las mejoras introducidas en sus infraestructuras y sus más de 800 hectáreas de terreno dieron mucho juego, sobre todo porque Gracia se ha centrado en seguir atrayendo inversión privada con concesiones administrativas para el desarrollo de la actividad productiva industrial, como por ejemplo, la fabricación de torres eólicas offshore. La reactivación de la antigua zona de los astilleros y la puesta en marcha de la Zona Franca avanzan lentamente, pero son casi la única esperanza para que la industria sevillana gane peso.

En la nueva Zona Franca de Sevilla ya están Jannone, TRH, CIL Torrecuéllar (Inabensa de Abengoa), Sevitrade, Reciclajes Navales e Hispalense de Líquidos, si bien se ejecutó la venta del taller de Inabensa a Cuadros Eléctricos Nazarenos. El único movimiento en este recinto fiscal ha sido la ampliación de Sevitrade, ya que, por ahora, no se han instalado nuevas empresas. Se prevé que la quinta Zona Franca de España mueva al año 1,7 millones de toneladas de mercancías y genere una facturación anual de más de mil millones de euros. Pero para eso necesita que lleguen nuevas compañías. 2017 tiene que ser su año de arranque.

Por otro lado, un punto estratégico del Puerto que se ha reactivado es el de los antiguos astilleros, consolidándose la actividad industrial principalmente en el sector metalmecánico. En total, son cinco las empresas instaladas en la zona: Astilleros del Guadalquivir, Ditecsa y Metalúrgica del Guadalquivir, además de Tecade y GRI Towers Sevilla (Gestamp). Prácticamente el 80 por ciento de su superficie está ya ocupada. La vasca Gestamp anunció su llegada a Sevilla con una inversión de 54 millones de euros y una previsión de 400 empleos. Todo ello gracias a las últimas concesiones aprobadas, incluso en las inmediaciones, como la última ampliación de terreno a favor de Estibadora Sevillana.

Además, el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria adjudicó en 2016 (en el segundo intento) la gestión de la terminal de contenedores de la dársena del Batán a la única aspirante, Terminal Marítima del Guadalquivir, formada por la alemana OPDR (25 por ciento) –la tercera naviera más importante del mundo– y por el grupo valenciano Boluda (75 por ciento). Ambas gestionarán a partir de 2017 y durante 30 años el tráfico de contenedores, lo que supone la tercera parte de todo el tráfico de mercancías en el Puerto (el hispalense es el noveno en tráfico de contenedores de España y el segundo de Andalucía, por detrás del de Algeciras).

En cuanto a sus infraestructuras, los fondos europeos destinados en un principio al dragado de profundización del río Guadalquivir –un proyecto tumbado por los tribunales y organismos como la Unesco y el consejo de participación de Doñana– han servido para el cierre del anillo ferroviario y el futuro enlace con la SE-40, así como para la continuación de eRIO del proyecto Tecnoport2025, basado en la aplicación de las TIC a la gestión del tráfico en la eurovía del Guadalquivir y la monitorización del estuario.

Ybarra renace de sus cenizas

Cual Ave Fénix Ybarra ha resurgido de sus propias cenizas. El 16 de julio una columna de humo negra teñía cuasi de luto el cielo sevillano. La fábrica de Ybarra en Dos Hermanas se consumía por un incendio fortuito. Se paralizaba la producción y la vida de más de 200 trabajadores que veían peligrar su pan. Pero una compañía como Ybarra no se podía dejar caer. Así que se activó la maquinaria administrativa para acelerar el renacer de la firma alimentaria. Escasas 24 horas después del incendio, Ybarra ya pensaba en su nueva fábrica.

La compañía levantó todos los teléfonos necesarios para que otras empresas del sector acogieran temporalmente su producción para poder abastecer los pedidos. Y la solidaridad ganó en el mundo empresarial. Migasa (propietaria al 50 por ciento del Grupo Ybarra) asumió la producción y envasado de aceite, mientras que Deoleo y Dcoop asumían la producción de salsas.

Aunque la intención de la firma era levantar la nueva fábrica sobre las cenizas de la antigua, el Ayuntamiento de Dos Hermanas le concedió una permuta en el conocido como polígono El Aceitunero, un recinto empresarial dedicado casi en su totalidad al sector, en el que Ybarra será la compañía señera. En estas instalaciones, la empresa invertirá 30 millones de euros en su nueva planta, ubicada sobre una superficie de 98.000 metros cuadrados.

La gestión de esta catástrofe por parte de la empresa ha sido ejemplar hasta en materia de empleo. La compañía se sentó desde el primer momento a negociar unas medidas lo menos traumáticas para sus empleados. Por ello, acordó un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para 80 trabajadores, más la recolocación temporal en otras fábricas de aquellos empleados que quisieran. Asimismo, Ybarra se comprometió a hacer fijos a los 72 trabajadores eventuales.

A pesar del incendio, el director general de Ybarra, Francisco Viguera, apuntaba en octubre que la facturación no se resentiría demasiado, gracias al esfuerzo por recuperar los niveles de producción. Así, Viguera confiaba en cerrar el ejercicio con una facturación de 200 millones (apenas 14 millones menos que en 2015). En octubre, la producción de aceite se había normalizado casi al 100 por cien, mientras que la de salsa y mayonesas –la más afectada por las llamas– estaba a un 70 por ciento de sus nieveles habituales.

Salvavidas para el cangrejo rojo

El cangrejo rojo ha vivido uno de sus mayores baches este año. En marzo, una sentencia del Tribunal Supremo ponía en jaque una industria que genera 200.000 jornales y más de 20 millones de euros en un municipio de apenas 6.000 habitantes como es Isla Mayor. Tras apreciar un recurso de varios grupos ecologistas al Catálogo Español de Especies Invasoras, el Alto Tribunal prohibía la captura, transporte y comercialización en vivo del también conocido como cangrejo americano, lo que dejaba paralizada una actividad que en plena campaña emplea a más de un millar de personas, en su gran mayoría mujeres.

La prohibición dejaba helado a un municipio cuya vida gira en torno al citado cangrejo. La gastronomía, el entorno natural –pues el cangrejo ha salvado muchas aves en peligro de extinción–, así el cultivo del arroz, que ante la prohibición veía peligrar toda su infraestructura, pues la falta de control de la población de cangrejo –que se reproduce con mucha facilidad– haría peligrar los canales de riego de los arroceros.

El Ministerio de Agricultura intentó lanzar un salvavidas a la industria elevando un incidente de nulidad contra la sentencia del Supremo, pero el Alto Tribunal lo desestimó. Tras mucho pelear, la salvación llegó a las puertas del inicio de la campaña de la mano de la Junta de Andalucía en forma de plan de control poblacional. Una estrategia que ha obligado a los pescadores a transformar su forma de operar, pero que permitía a las empresas transformadoras a mantener su nivel de producción, pues la orden permitía el transporte de cangrejo rojo procedente de otras comunidades, como de Extremadura o Portugal.

Los pescadores –más de 250 familias– podrán capturar cuantos ejemplares quieran y del tamaño que sean. Eso sí, sin nocturnidad. Sin embargo, la salvación del cangrejo rojo no venía acompañada de una regulación de la figura del pescador, dejando sin atender una de las grandes reclamaciones de la industria. Las capturas se seguirán haciendo, por tanto, con una licencia de pesca deportiva. Además, cada cangrejero debe acreditar que está libre de delito ambiental y debe precintar todas sus nasas (redes) para que la Junta haga un control telemático de las capturas que se realizan.

Nueve inquilinos en Torre Sevilla

Con el nuevo centro operativo de Caixabank (con 94 trabajadores), ya son nueve las empresas instaladas en el rascacielos diseñado por César Pelli (más de 12.000 metros cuadrados alquilados en 10 plantas) en el edificio más alto de Andalucía. Se trata de Ayesa Advanced Technologies; Active Business Technology –partner de Microsoft especializado en soluciones de negocios-; Building Center, Puerto Triana y Sumasa –filiales de CaixaBank-; Deloitte; Optima –desarrollo de plataformas de juego digital–, y Orange España. En las plantas de la 25 a la 37, las más altas, siguen las obras de adecuación del hotel de Eurostars, del grupo catalán Hotusa, que ofertará 318 nuevas plazas, un spa y explotará el restaurante mirador de la torre.

Abengoa cierra su particular crisis

Abengoa salvó su quiebra. La ingeniería sevillana evitaba el que hubiera sido el mayor concurso de acreedores de la economía española justo 363 días después de iniciar su propia crisis y firmaba la que va a ser la mayor reestructuración industrial del país. El 22 de noviembre nacía la nueva Abengoa, con el apoyo de todo sus accionistas y el visto bueno del juez. Una compañía más pequeña –un 50 por ciento en términos de beneficio bruto de explotación (Ebitda)– y que centrará su trabajo en sus orígenes: la construcción industrial y la ingeniería. La familia Benjumea perdía el control de la compañía; y serán las entidades y fondos que aporten el nuevo capital –una inyección de 1.169,6 millones de euros– las que controlen el 95 por ciento de la compañía. El resto estará en manos de los actuales accionistas.

Además, el plan de reestructuración recogía la creación de dos nuevas sociedades en el Registro Mercantil de Sevilla: AbeNewco 2 y AbeNewco 1. La primera, cuyo único accionista será Abengoa, tendrá el control de AbeNewco 1, donde aportará todas las acciones y participaciones de la sociedad en las filiales.

La reestructuración de la compañía también pasa por nuevas caras. Gonzalo Urquijo se convertía en el nuevo presidente ejecutivo. El también presidente de ArcelorMittal España vigila la ingeniería con la ayuda de Joaquín Fernández de Piérola, como director general; de Víctor Pastor, al frente de la dirección financiera; y de David Jiménez-Blanco, en el cargo de director de Estrategia y Reestructuración. Además, el consejo de administración ha adelgazado al pasar de diez consejeros a siete, entre ellos Manuel Castro, José Luis del valle, José Wahnon Levy, Ramón Sotomayor Jáuregui, Javier Targhetta y Pilar Cavero.

Mientras se planteaba sobre el papel la nueva Abengoa, la compañía empezaba a perder peso. Los primeros kilos de más ha sido en el ámbito laboral, puesto en su año de crisis la plantilla a nivel mundial ha caído cerca de un 40 por ciento, pasando de 28.668 trabajadores a 17.317 (a 30 de septiembre de este año).

También se han resentido las cuentas a costa de la pérdida de activos y la relentización del negocio, de manera que cerraba septiembre con pérdidas de hasta 5.413 millones de euros, frente a los 193,4 millones de un año antes. De ahí que el objetivo ahora sea recuperar el ritmo de proyectos y construir una compañía libre de deudas y excesos.

El calzado sevillano pasa por un bache

Después de tres décadas calzando a las mujeres sevillanas, Pilar Burgos anunciaba en marzo su jubilación y el cierre de sus seis tiendas (dos de ellas en Málaga y Madrid). La pérdida de esta firma señera del calzado femenino se debió a un relevo generacional fallido y a una uniformización del género, impulsado por las franquicias.

Un mes después, Marypaz, también de origen sevillano, entraba en preconcurso de acreedores, del que salía hace apenas cinco días. La conocida firma daba el paso previo al concurso ante los problemas de liquidez que presentaba. Una situación que ha salvado con la entrada del fondo de inversión Black Toro Capital, que ha hecho una inversión inicial de 10 millones de euros, y por el apoyo del 70 por ciento de sus acreedores.