La sequía acorta el verdeo

El buen precio del oro líquido puede compensar la pérdida de cosecha

28 ago 2017 / 08:40 h - Actualizado: 28 ago 2017 / 08:40 h.
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  • Dos temporeros hacen el verdeo en la Campiña sevillana, una de las zonas más afectadas por la sequía. / M. Montiel
    Dos temporeros hacen el verdeo en la Campiña sevillana, una de las zonas más afectadas por la sequía. / M. Montiel

El campo sevillano ya está preparado para una de sus campañas más importantes, la del verdeo, que echará a andar sobre el 10 de septiembre. Lo es porque de los olivares de la provincia sale el 70 por ciento de la aceituna de mesa de España. Pero este año no será buena. La sequía que ha azotado a los árboles ha provocado el agostamiento del fruto (lo que implica que está arrugado) desde el principio del verano. Esto se traduce en un menor calibre y una campaña corta. Por eso, aunque en los últimos días el agua riegue los campos, la pérdida de aceituna de mesa no tiene solución.

Según COAG Andalucía, el aforo rondará los 350.000 toneladas, «un 20 por ciento menos que la campaña anterior», destaca el responsable de aceituna de mesa de la organización agraria, Antonio Rodríguez. Con éste se acumulan tres años consecutivos de recorte de cosecha.

Pero hay una salida rentable para la aceituna. Ante los buenos precios que presenta el aceite de oliva, desde la organización agraria recomiendan a los agricultores desviar su cosecha al molino.

Estas circunstancias tendrán un efecto directo en el empleo. Primero porque una menor cosecha supone una campaña más corta en tiempo, en torno a la mitad del año pasado (unos 15 días), calcula el secretario general de UGT Fica Sevilla, José Berjano. Un periodo que dista mucho de cuando hace diez años «se hablaba de la cuarentena», recuerda. Segundo porque el desvío de aceituna a molino implica menos mano de obra, y menos peonadas. En definitiva, será un cosecha corta «y se reducirá a la mitad de empleos y días», aunque los datos concretos los desvelará hoy el sindicato.

Todas las variedades se ven afectadas por la falta de calibre. La hojiblanca, por ejemplo, recortará su producción en torno a un 35 por ciento. No obstante, esta variedad está más mecanizada por lo que la sangría laboral será menor. En el caso de aceitunas señeras como la manzanilla y la gordal, la merma de cosecha rondará un 20 y un 10 por ciento respectivamente, además el empleo se verá muy afectado, «puesto que estas variedades se recogen a mano», explica Berjano.

La cosecha del Aljarafe será la más corta de la provincia, dado que el año pasado obtuvo una muy buena cosecha. Esto es a causa de la vecería, que tras un año de intensa cosecha viene uno de corta. Por contra, el triángulo de Morón de la Frontera, Marchena y Arahal tendrá mejor campaña, aunque el calibre es muy bajo por la sequía, sostiene Rodríguez. Serán las dos comarcas más afectadas por la pérdida de jornales, ya que en ellas principalmente se cultivan las variedades manzanilla y gordal. En cambio, en la Sierra Sur, donde predomina la hojiblanca, la pérdida de mano de obra será menor.

Los precios tampoco ayudan a que sea una buena cosecha. No por bajos, sino por la falta de una previsión. Rodríguez critica que los agricultores trabajen sin contratos tipo, por lo que no pueden hacer un coste estimado de la rentabilidad del cultivo. Por ello, reclaman a la interprofesional Interaceituna contratos tipo que reflejen los costes de producción y establezcan el precio de compra, «porque como indica el Ministerio no se puede vender por debajo del coste de producción», recuerda Rodríguez.

En la actualidad, el precio de las variedades manzanilla y gordal (entamadas) están por encima del euro, mientras que la hojiblanca ronda los 75 céntimos.

En este sentido, desde la organización agraria señalan que es un buen momento para avanzar en la autorregulación del sector, derecho que recoge la ley de interprofesionales y que ya se ha solicitado a Interaceituna. Sin embargo, «la industria mira hacia otro lado».

Esta medida permitiría, además, que todos los olivareros trabajasen en la misma dirección. Así, en campañas como la venidera, que el calibre es escaso, hay mucho stock y el precio del aceite compensa, este tipo de regulación obligaría al agricultor a destinar gran parte de su cosecha al molino, mientras que sólo se destinaría a la aceituna de mesa un pequeño porcentaje de la cosecha, explica Rodríguez. «Además evitaría que aceitunas de bajo calibre salieran a comercialización, una práctica que devalúa un producto señero en Sevilla», remata.

La industria tampoco respalda a los productores en su apuesta por las marcas de calidad. De hecho, interpuso un recurso ante los tribunales por haber tramitado las Indicaciones Geográficas Protegidas de la Manzanilla y la Gordal. Sin embargo, tanto los agricultores como la Junta de Andalucía siguen trabajando para conseguir este sello de calidad, lo que permitiría evitar estafas al consumidor. El expediente ya está en manos de Bruselas y si todo sigue su curso para la próxima campaña estas variedades ya podrían tener su sello de calidad.