Linde advierte de que sin estabilidad es difícil acceder a los mercados

El gobernador del Banco de España clausuró el quinto curso del Foro Diálogos Loyola

14 jun 2016 / 23:44 h - Actualizado: 15 jun 2016 / 10:22 h.
"Banco de España","Empleo","Crecimiento económico"
  • Rafael Herrador, Luis María Linde, María Jesús Montero, Gabriel Pérez Alcalá y Francisco J. Bocero, ayer en el foro. / José Luis Montero
    Rafael Herrador, Luis María Linde, María Jesús Montero, Gabriel Pérez Alcalá y Francisco J. Bocero, ayer en el foro. / José Luis Montero

El triángulo virtuoso de la economía, ese que conjuga crecimiento económico –que en España fue superior al de los socios europeos–, creación de empleo y superávit en la balanza de pagos, volverá a darse este año. Es más, si el país consigue estabilidad política, podría repetirse hasta 2018. Así lo aseguró ayer el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, en la intervención que clausuró el quinto curso del Foro Diálogos Loyola, que organiza la Universidad Loyola Andalucía y Caixabank.

En una conferencia sobre La política monetaria en las principales economías: retos y oportunidades, el gobernador del Banco de España reconoció que la economía española se ha visto favorecida por «vientos de cola como la caída del precio del petróleo, la depreciación del euro o el pacto de expansión del Banco Central Europeo (BCE)». Por eso advirtió de que una economía muy dependiente del exterior como la española «debe ser muy cuidadosa en sus expectativas y en su estabilidad política y económica», ya que de ella dependerá acceder a los mercados.

Pero, ¿cuáles son los grandes retos de nuestra economía? Linde remarcó cuatro: la bajada de la tasa de desempleo, la consolidación fiscal «difícil de acometer políticamente», apuntó–, el desapalancamiento privado unido a una moderación de la deuda con el exterior el economista reconoció que España «debe un PIB al exterior»– y la mejora de la productividad.

El gobernador del Banco de España no sólo insistió en que el paro sigue siendo muy superior al de la Unión Europea, sino que se caracteriza por un alto porcentaje de desempleo de larga duración, lo que, recordó, pone en peligro la sostenibilidad de las pensiones. Linde también insistió en que «sin un aumento de la tasa de ahorro» el sistema tampoco se podría mantener. En relación a la mejora de la productividad, el gobernador del Banco de España pidió, con cierto matiz electoral, que se huya de simplismos e hizo hincapié en que «no tiene sentido» atribuir la baja productividad a la corrupción. Para Linde, la organización territorial, una estructura económica donde las pymes ocupan el grueso del tejido empresarial y el peso económico de los servicios influyen más en la baja productividad que la corrupción.

Linde radiografió también el estado de la economía internacional, marcado por una reducción del crecimiento mundial, que durará hasta 2017, y por una fuerte incertidumbre a causa del «reequilibrio de la economía china, la normalización monetaria de Estados Unidos y los cambios del precio del petróleo».

Y, pese a que el crecimiento europeo fue moderado, las expectativas de inflación a la baja para los próximos diez años –según las previsiones de cambio de flujo monetario– llevaron al BCE a intensificar el carácter expansivo de su política monetaria, lo que «ha contribuido a la relajación de las condiciones financieras de empresas y hogares».