No son siete forajidos, pero las siete empresas andaluzas que cotizan en el mercado alternativo bursátil (MAB) bien se pueden comparar con los siete magníficos. Clever Global (Sevilla), Neuron (Granada), Carbures (Puerto de Santa María), Secuoya (Granada), Neol (Granada) y Bionaturis (Jeréz) y Obsido Socimi (Málaga) son las firmas, pero ¿qué es el MAB?, ¿qué requisitos hay que cumplir para cotizar en este mercado? y ¿se superaron ya los daños colaterales de fraudes como el de Gowex? Carlos López-Jall, director de Corporate Finance de BEKA Finance, asegura que fue un caso aislado, si bien admite que el MAB es un mercado de alto riesgo para el inversor.

Básicamente, el MAB es una bolsa diseñada a la medida de pequeñas y medianas empresas como fórmula alternativa a las tradicionales para captar financiación, y hacerlo sin que ésta le genere deuda, sino que el inversor se convierte en socio de la misma y recibe su recompensa bien a través de los dividendos que genere o bien por la venta con plusvalías de sus acciones. En Andalucía, podrían ser más de siete.

Según la Consejería de Economía, en Andalucía operan aproximadamente 40.000 empresas y están legalmente constituidas un total de 537.253 sociedades (15 por ciento del total de España) donde el 45 por ciento se aglutina entre Sevilla y Málaga. Del agregado de empresas andaluzas, un 73 por ciento son microempresas, un 25 por ciento son pymes y un dos por ciento son grandes empresas, así que, del total de pymes andaluzas, «calculamos aproximadamente que un cinco por ciento cumpliría los requisitos necesarios para cotizar en el MAB: esto suma un acumulado de 500 empresas», según López-Jall. De estas empresas habría que analizar los planes de negocio de cada una y su expansión y crecimiento internacional para determinar la idoneidad de una captación de capital en el MAB, añade este experto.

Pero no todas las empresas pueden entrar en esta bolsa alternativa. Además de los requisitos relativos al capital, es imprescindible que la empresa tenga un plan de negocio contrastado que derive en un crecimiento sostenible, una estructura de dirección sólida y, entre otros factores, un equilibrio entre recursos propios y deuda, asegura López-Jall.

«El MAB está dirigido a pymes que desarrollen en el momento de la incorporación un negocio establecido con ventas históricas con un volumen aproximado de 10 millones de euros. Las empresas tienen que estar en beneficio con resultados de explotación positivos. Antes de iniciar el proceso de cotización tienen que haber efectuado actuaciones preparatorias relevantes: el MAB no es una herramienta de financiación para empresas startup. Se requieren cuentas financieras históricas auditadas por una auditora de reconocido prestigio». Además, para la incorporación al MAB es imprescindible contar con una parte de su capital en manos de accionistas minoritarios (participación inferior al 5 por ciento del capital social), el importe mínimo de la ampliación de capital para cotizar en el MAB es una operación de dos millones de euros, aunque las operaciones más habituales iniciales son de una captación de cinco millones, añade López-Jall. Por otra parte, las empresas que quieran incorporarse al MAB deben cumplir con los requisitos de idoneidad (transparencia, información, gobierno corporativo y contar con un asesor registrado tanto en la salida como durante su permanencia en el mercado) y suscribir un contrato con un proveedor de liquidez para facilitar la negociación.

Pero, ¿por qué Andalucía destaca en el MAB? Para López-Jall, porque las empresas andaluzas tienen una capitalización bursátil de entre 5,5 y 80,7 millones de euros y su clientela incluye grandes cuentas nacionales y extranjeras listadas en los principales índices mundiales. «Estas compañías destacan por su enfoque internacional, por ofrecer productos y/o servicios de alto valor añadido donde el I+D+i y la tecnología juegan un papel crucial», indica el director de Corporate Finance de BEKA Finance.

Ejemplo de ello son las biofarmacéuticas Bionaturis y Neuron Bio, la firma de servicios tecnológicos Clever Global o el fabricante de componentes aeronáuticos Carbures. En definitiva, cada una de las empresas andaluzas del MAB «es puntera en su nicho de mercado y aporta un valor diferencial al de sus competidores en sectores de alta especialización con altas barreras de penetración».

Lo cierto es que este experto remarca la importancia de buscar fuentes de financiación alternativas a la bancaria: «La diversificación se ha posicionado como una de las mejores opciones para minimizar riesgos. Más aún si tenemos en cuenta que recientemente hemos vivido una de las crisis bancarias más importantes de la historia. Esta recesión supuso el estrangulamiento de los préstamos bancarios, las empresas medianas y pymes españolas, en su inmensa mayoría, no se habían acercado a ningún otro mercado de financiación que no fuera el de las entidades de crédito. A diferencia de otros mercados alternativos bursátiles europeos, como el británico (AIM) o el francés (Euronext), en España no había una plataforma dedicada a este segmento empresarial y, por tanto, la dependencia del sistema bancario en España siempre ha sido muy alta y ese es un mal endémico a nuestro sistema financiero que poco a poco vamos superando». El MAB acaba de cumplir 11 años de existencia y ya cuenta con 39 empresas cotizadas y una capitalización total superior a los 4.000 millones de euros.

La productora de Pocoyó, Zinkia, fue la primera empresa que empezó a cotizar en el MAB. Después quebró, pero ésa es otra historia. Imaginarium le siguió los pasos.

En cuanto a la mala imagen dada tras el fraude de Gowex (la empresa que ofrecía wifi gratuito, y que acabó reconociendo que detrás de sus cuentas solo había humo), López-Jall reconoce que evidentemente episodios como éste no han ayudado a generar confianza en el MAB.

«Ahora bien –matiza– es un caso aislado y sus efectos ya han pasado». «El MAB es un mercado de alto riesgo para el inversor, ya que las empresas que salen a cotizar suelen tener planes de crecimiento ambiciosos y que no siempre se cumplen. Hay riesgo y ha habido casos de suspensión de pagos y quiebras en el MAB al igual que en otros mercados alternativos bursátiles Europeos como el AIM en Londres y el ALTERNEXT en Francia. Es un mercado para un inversor a medio y largo plazo, ya que las compañías generan el máximo valor a partir de los 3 a 5 años desde el inicio de cotización», defiende director de Corporate Finance de BEKA Finance, que ofrece servicios de asesoramiento corporativo, «aportando soluciones de capital y de financiación a todo tipo de empresas desde las grandes compañías del Íbex y el sector público, hasta las medianas y pequeñas empresas».