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Clientes saliendo de una sucursal bancaria en la ciudad de Sevilla, ayer. / Pepo Herrera -
Las sucursales bancarias registraron ayer colas porque era el último día para que sus clientes aportaran su DNI digitalizado. / Pepo Herrera
«Uf. Esta cola es de dos horas. Si saco dinero para estos días y vuelvo el lunes para dar el DNI, no pasa nada, ¿verdad?». Isabel era una de las casi treinta personas que en la mañana de ayer hacían cola en una sucursal bancaria de la Gran Plaza. La mayoría, para digitalizar su Documento Nacional de Identidad el último día del plazo legalmente marcado. En esa cola, como en otras de sucursales de Nervión, la desinformación imperaba. En cambio, los empleados de las más pequeñas, con menos cola en sus oficinas, repetían que se generó «una psicosis injustificada».
No hay que olvidar que la banca ha tenido cinco años para digitalizar los DNI de sus clientes y, en el caso de las empresas y los profesionales, para tener una declaración de actividad económica para así identificar las cuentas y cumplir con la legislación estatal contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Y muchos sí han hecho los deberes, por una y por otra parte.
Además, algunos responsables de entidades bancarias confirmaron a este periódico que «habrá unos días de flexibilidad, pero dependiendo de la entidad, antes de empezar a bloquear cuentas».
Pero, ¿cuántos no han cumplido y qué pasa a partir de ahora? Las cuentas sin tal documentación dejan de estar operativas, se bloquean, pero no se pierde el dinero, sólo no se puede realizar ninguna operación, ni para ingresar, retirar o hacer transferencias, hasta que se aporte el DNI. Por eso Isabel decidió ayer aprovisionarse de fondos para el largo fin de semana, evitar así el posible bloqueo, y volver al banco «cuando haya menos gente».
En cuanto al número de personas que, como Isabel, no han atendido el requerimiento legal, aún no hay datos oficiales, pero los empleados de la banca dan su opinión: «Desde hace ya muchos años se están digitalizando los DNI. Aquí se avisó hace mucho a todos los clientes, así que no creo que bloqueemos ninguna cuenta. Hay una psicosis injustificada, porque al que no se pasó ya por aquí le mandamos una carta. El trabajo está hecho», decían desde una sucursal del Sabadell Atlántico sin apenas colas.
En Cajasur el mensaje era parecido porque «la campaña empezó en 2012 y todos los que vienen a esta sucursal ya están al día. Además, los rezagados se han animado muchos estos días gracias a los medios de comunicación», destacó uno de sus empleados.
Una trabajadora de Cajasol reconocía que hay «rezagados» por la «falta de información», si bien añadió que «de momento no hay ninguna cuenta bloqueada, no se ha dado la orden aún y creo que los que no están en orden representan mucho menos de un 5 por ciento del total de clientes».
Según cálculos manejados por el portal Rankia, en España hay más de 80 millones de cuentas bancarias, 50 de particulares, y la documentación sin actualizar puede afectar a un 15 por ciento.
En cuanto al trabajo de los bancos para informar a sus clientes, el abanico de opiniones era ayer amplio. «A mí me mandaron un correo electrónico y pensé que era un fraude de esos», es decir, un phishing, apuntaba Mario. Gabriela, en la cola de Cajasol con su madre recién peinada, aseguraba que se enteró de algo por los medios de comunicación y que acudió al banco porque «hace unos momentos me dijeron en la peluquería que hoy era el último día». «Yo las cartas –prosiguió– ni las leo, así que no sé si me han enviado algo». Francisco Quintero, también en Cajasol, tenía una duda: «La libreta es de mi hijo y mía, él ya vino pero, ¿también tengo que dar mi DNI? Creo que en el cajero me salió un mensaje raro, pero no me dio tiempo a leerlo porque veo poco». Así que allí estaba, en la cola, «por si acaso».
Inmaculada del Toro, en Caja Rural, denunciaba que el proceso fue «precipitado». «Me enteré hace unos cuatro días, llamé y me dijeron que lo mejor era que viniera, así que aquí estoy», dijo. Delante de ella, Joaquín Maguilla aseguraba que creía que no tenía que digitalizar su DNI porque no recibió ninguna carta, «pero mi padre me avisó de que sí».
Según la ley, son las entidades las que tenían que contactar con el cliente, y no al revés, así que si alguien no ha sabido nada de su banco, en principio puede estar tranquilo. No obstante, existe la posibilidad de que la entidad no haya logrado contactar con el cliente por haber mandado la carta a una dirección antigua, por ejemplo.
¿Y para qué se digitaliza el DNI? Maguilla no tenía «ni idea» y Del Toro apuntaba que «para evitar el dinero negro y la evasión de impuestos, ¿no?». Salvador Paneque, en un BBVA con el DNI de su mujer «por si hace falta», respondía: «Por seguridad». Francisco Castro aguardaba en la misma cola con la misma duda y, justo detrás, un jubilado lamentaba «perder tiempo». «Ya lo saben todo de nosotros, es una estupidez», espetó. El objetivo, en concreto, es la lucha contra la evasión de capitales y encontrar las huchas de posibles terroristas, según el Gobierno.
Multas de 150.000 euros para los bancos que no actúen bien
Los bancos que bloqueen cuentas sin haber pedido el DNI a sus clientes se exponen a sanciones de hasta 150.000 euros, según Adicae, que cita la ley de prevención del blanqueo de capitales. Se considera infracción grave el incumplimiento de la obligación de aprovechar el plazo de cinco años para identificar a sus clientes. En los casos en los que el consumidor no haya entregado el DNI será la entidad la que deberá acreditar que se lo requirió y que, por tanto, ella cumplió. En lo contrario, la sanción aplicable va desde 60.001 euros hasta el uno por ciento del patrimonio neto del banco o 150.000 euros (la mayor cantidad), dice Adicae.