«No queda otra que innovar, de ahí la tienda ‘online’ y el canal Youtube»

Pinturas Alejo cumple su veinte aniversario y demuestra que, a pesar de ser un negocio tradicional, no puede quedarse atrás para aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías. 2017 fue el primer año de avance tras el paréntesis de la crisis

04 feb 2018 / 08:21 h - Actualizado: 06 feb 2018 / 16:26 h.
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  • José Trillo, fundador de Pinturas Alejo, en el punto de venta que tiene en el Polígono Pisa. / Jesús Barrera
    José Trillo, fundador de Pinturas Alejo, en el punto de venta que tiene en el Polígono Pisa. / Jesús Barrera

—¿Cómo arranca el negocio?

—Arranca en 1998. Había empezado en el gremio de la pintura hacía más tiempo de forma casual pero ese año fue cuando empezó el proyecto con un punto de venta. Prácticamente era una cochera en Gelves –donde mantenemos una tienda– y entonces no imaginábamos que creceríamos. La situación económica era totalmente distinta, porque la economía tiraba hacia arriba y las cosas eran un poco más fáciles.

—¿En qué momento decide dar el salto y expandirse?

—Desde 1998 hasta 2006-07, registramos un crecimiento casi continuo, por lo que abrimos un establecimiento cada año. Pero entonces llega la crisis y lo paraliza todo. Desde mi modesta experiencia, cuando te da el aire en la espalda le das a la bicicleta estupendamente. Donde realmente se ve al empresario es en los momentos complicados, donde tienes que arremangarte. Ahí hay que esforzarse el doble para hacer la mitad. Antes con menos horas y sacrificio obtenías mejores resultados.

—La empresa cumple este año su veinte aniversario. ¿Cuáles han sido las claves de la supervivencia?

—Seguramente porque en los momentos boyantes hemos tratado de aprovechar para que en los menos boyantes acompañara la cobertura y la inercia que traías de los momentos buenos. Las claves, de todas maneras, son la constancia y el sacrificio, creer en lo que haces y que te guste, por supuesto.

—¿Qué diferencia a esta empresa de otras similares de la competencia?

—Tenemos una característica especial, que somos bastante serios y rígidos en nuestro día a día y cualquier incidencia nos la tomamos muy en serio.

—¿Es éste un sector muy competitivo?

—Sí que lo es. Hay mucha competencia que nos bombardea. Hay competencia en tanto en cuanto hay grandes superficies que en su mayoría son multinacionales que se han implantado en el periodo de crisis o antes de la crisis, lo que te afecta directamente, y luego empresas de nuestro nivel que tienen que comer como nosotros; la competencia es agresiva. Aunque hay batalla de precios no queremos diferenciarnos en eso, sino en el asesoramiento y los servicios que ofrecemos, que quizás las grandes superficies no pueden conseguir de momento.

—¿Cómo fue la digestión de la crisis teniendo en cuenta que los productos que ofrecen están directamente relacionados con el sector de la construcción y la vivienda?

—Fue de la noche a la mañana. Tengo grabada una anécdota. Me invitaron a Valencia en 2008 a una carrera de Fórmula 1 y entonces las ventas, de las que llevas un control diario estricto, rodaban bastante bien. Esto fue un fin de semana. Era agosto, que es un mes bueno de ventas de pinturas por historial, y de repente el viernes las ventas estaban bien y el lunes las ventas habían cambiado, como un castillo de naipes que empieza a desmoronarse. Tengo aquello que no se me olvidará nunca. Aunque venías escuchando comentarios, ahí hay un antes y un después para nosotros.

—¿Las decisiones más duras que ha tenido que tomar?

—Lo más duro en el campo humano, cuando tienes que dejar sin trabajo a una persona porque hubo que cerrar algún que otro centro, sobre todo los más nuevos que aún no estaban consolidados.

—¿Cómo afronta el futuro después de lo aprendido?

—Percibo un cambio, una tendencia al alza. Creo que hemos tocado fondo totalmente. La crisis te hace pensar más que antes, cuando la inercia de ventas era más dinámica, e intentar buscar nuevos canales de venta o nuevas formas de distribución.

—¿Desde cuándo ha notado esa mejora?

—La percepción personal es de hace más o menos un año. Quizás en los resultados se perciben un poco menos, pero hay cierta ilusión en otros sectores que van delante del nuestro y ves que van salpicando, como el turismo o el automóvil, que van tirando de la economía. Antiguamente una familia sacrificaba unas vacaciones pero pintaba la casa, pero ahora la tendencia ha cambiado y nadie sacrifica unas vacaciones por tener el dormitorio más bonito.

—¿Cómo se innova desde un negocio tradicional que a priori no permite mucho margen de actuación?

—Aunque no quieras innovar, hay tanta tecnología, informática y redes sociales que casi la misma inercia te va empujando. O te quedas totalmente obsoleto porque no cambias nada y sigues haciendo tus albaranes a mano o te metes en los nuevos sistemas.

—¿Han tocado el ámbito de las ventas por internet?

—Precisamente estamos en un periodo de implantación. En cuestión de mes y medio o dos meses lo pondremos en marcha. Lo que buscamos es ofrecer una omnicanalidad a nuestros clientes. Apostamos por las nuevas tecnologías para que el cliente pueda llegar a nuestros servicios por donde él quiera. Otra novedad de 2018 es un canal en Youtube, donde lanzaremos tutoriales dirigidos al particular y que estará operativo al mismo tiempo que la tienda online. Y también reforzaremos la red comercial en Huelva y Cádiz.

—¿Cuáles son los números actuales de la empresa en tiendas, trabajadores y facturación?

—Son catorce puntos de venta (once en Sevilla y el resto en Huelva y Cádiz), unos treinta trabajadores y la facturación de 2017 ronda los tres millones de euros. El año pasado fue el primero en el que se ha visto crecimiento después de unos cuantos años de estancamiento. Nuestros clientes se reparten entre un 60 por ciento de particulares y un 40 por ciento, profesional.

—¿Cómo les ha afectado el boom del bricolaje de estos últimos años? ¿Hay modas en esto de la pintura?

—El mercado de la pintura en general cae como consecuencia de la crisis un 40 por ciento. En ese periodo sí bajó el mercado profesional y aumentó el mercado particular y desde el año pasado se está viendo aumento del profesional. Es un mercado muy dinámico, se están sacando gamas de productos ecológicos y esmaltes al agua, que no dañan la salud ni el medio ambiente y también hay tendencias en colores.

—Una empresa familiar en segunda generación. ¿Cómo ha ido la transición?

—Estamos en ello. Tratamos de adaptar la experiencia del que va saliendo con la fuerza del que va entrando. Hay una característica muy buena. Estamos unidos con fabricantes potentes a nivel internacional que son multinacionales que han venido a casa a llamarnos para que seamos sus distribuidores. Evoluciona pero sin perder sus orígenes. Los proveedores valoran el origen familiar y lo ven como un punto fuerte.