«Nos comparan con Google por nuestra cultura corporativa»

Premios como Andalucía Emprende o Bandera de Andalucía avalan la iniciativa de este joven sevillano. Lo que empezó siendo una tienda de barrio hoy es lo que se conoce como la Google sevillana. Entre sus clientes están Toshiba, Asus o Samsung

27 ago 2016 / 21:37 h - Actualizado: 27 ago 2016 / 22:05 h.
"Tecnología","Empresas","Innovación","Marcaje al empresario"
  • Alejandro Costa, director ejecutivo de Core and Global It Solutions. / El Correo
    Alejandro Costa, director ejecutivo de Core and Global It Solutions. / El Correo

El origen de C&G It Solutions es humilde...

—Empecé hace 13 años con una pequeña tienda en Bormujos con ciber y donde despachábamos cartuchos de tinta, teclados, ratones y donde formateábamos ordenadores sin ningún concepto de innovación. Un par de años antes de montar la tienda trabajaba por las mañanas en el mantenimiento informático de los centros de salud de atención primaria pero por las tardes me aburría, así que empecé a reparar los ordenadores de los médicos y enfermeros. Fueron esos chapús los que me despertaron las ganas de dar servicio. Pero hubo un momento en que quería ser dueño de mi propio desarrollo, necesitaba equivocarme por mí mismo. Fue entonces cuando monté la tienda, renuncié a un trabajo estable y me aventuré a un negocio, a priori, nada innovador.

¿En qué momento pasa de ser una tienda de barrio a una gran compañía?

—No hay un día D. En el año 2004, con el boom inmobiliario empezamos a hacer muchos servicios de instalación a empresas, y no sólo a particulares. Entonces decidí cruzar la frontera de Despeñaperros y me fui a Madrid a presentar mis credenciales con 23 años para convencer a grandes empresas de que me cedieran los contratos. Empezamos a trabajar con El Corte Inglés, Indra, Telefónica. Así empezó lo que hoy es nuestra compañía.

¿Qué es lo que hacen exactamente?

—Prestamos servicio de tecnología y reparación en garantía para Asus, Samsung, Toshiba, Lenovo, Fujitsu o Dell. Dispositivos de estas marcas comprados en cualquier punto de España se vienen a reparar a nuestra planta de Bollullos de la Mitación.

¿Cómo marcan la diferencia con otras empresas del sector?

—Nuestros técnicos tienen un 50 por ciento más de productividad por cómo lo hacemos. Reparamos ordenadores, vale, pero cómo lo hacemos hace que el técnico produzca más y la compañía sea más rentable. Empezamos a desarrolllar herramientas de software para dejar constancia de lo que hacíamos y a su vez semiautomatizar los procesos rutinarios. Así nació una herramienta de productividad que se llama Aitana, con la que manejamos la postventa de todos los fabricantes. Además creamos un sistema de reconocimiento que permitiera dar y recibir medallas por el trabajo bien hecho, que se llama Paconica. Lo creamos como herramienta interna, pero cuando iba a dar charlas y contaba en qué consistía las empresas se mostraban interesadas en aplicarlo y nos preguntamos por qué no comercializarlo. Ahora tenemos proyectos de implantación en el Aeropuerto Adolfo Suárez, Ferrovial, Indra, BBVA...

Dice que la empresa cuando nació carecía de innovación, pero hoy le comparan con Google...

—Nos comparan por la cultura corporativa. Es por ese «¿y por qué no?», por qué no podemos empoderar a las personas por su propio desarrollo. Cuando monté la empresa sólo tenía un ciclo formativo. En mi compañía todo es posible.

¿Le han hecho ofertas por la compañía?

—En varias ocasiones, y hemos estado muy cerca. Las empresas que crecen siempre están expuestas a este tipo de operaciones. Sí que hemos tanteado la posibilidad de vender, comprar o fusionarnos. Pero hasta ahora no hemos visto el momento de hacerlo; creemos que podemos crecer más.

Por el momento, Telefónica ha entrado en el accionariado...

—A principios de año Telefónica adquirió el 2 por ciento de la empresa. Teníamos otra compañía que era MyFixper que entró en Andalucía Open Future y luego dio el salto a la aceleradora de alto rendimiento Wayra, en Madrid, donde nos dieron un préstamo participativo convertible. Y en vez de devolvérselo lo convirtieron en acciones. De esta forma Telefónica pasó de ser cliente a ser socio. Telefónica es una telcom digital y por lógica aplastante le interesa tener una compañía como nosotros muy cerca, y a nosotros nos interesa también ir a hombros de gigante.

¿Cómo se traduce el proceso de internacionalización en su empresa?

—Hacemos lo que se conoce como misión inversa. Es decir, atraemos contratos que se ejecutan en otros países. Por ejemplo, antes las reparaciones de Asus se hacían en República Checa porque el coste laboral era mucho menor, pero nosotros conseguimos mayor número de reparaciones, ésa es nuestra ventaja competitiva. Igual con Lenovo, antes se hacían en Portugal.

¿Cuáles son los principales números de C&G?

—En la actualidad somos en plantilla 150 personas, un 400 por ciento más que en 2012. El 80 por ciento son personas procedentes de ciclos formativos. El año pasado cerramos con una facturación de 7 millones de euros y desde el año 2008 venimos creciendo en torno a un 25 por ciento anual. Al año hacemos 250.000 reparaciones.

Recientemente han ampliado las intalaciones...

—Hemos tenido que duplicar nuestra capacidad productiva porque hemos conseguido un contrato para la reparación de smartphones, aunque las obras las empezamos antes de la adjudicación. El objetivo es reparar en torno a 500.000 dispositivos en dos años, además queremos ampliar la plantilla y llegar a las 200 personas.