Empresarios frente a la pandemia

Los empresarios españoles van a a tener que aguantar gran parte de la carga que una enorme crisis financiera, que ya está aquí, provocará los próximos años. En El Correo de Andalucía hemos querido saber la opinión de los empresarios, sobre la crisis actual, desde un punto de vista más cercano, al margen de comunicaciones institucionales o más formales

22 abr 2020 / 22:02 h - Actualizado: 22 abr 2020 / 22:16 h.
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  • Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol, en la Hemeroteca de El Correo de Andalucía. / Jesús Barrera
    Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol, en la Hemeroteca de El Correo de Andalucía. / Jesús Barrera

«Nuestro mundo volverá a parecerse al que era»

Antonio Pulido nació el año 1965 en Castro del Río (Córdoba). Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y Doctor en Economía. Vive en Sevilla. Es presidente de la Fundación Cajasol.

¿La soledad del empresario se acrecienta en situaciones como la que se está viviendo actualmente? «Es evidente que el empresario se desenvuelve en un cierto ámbito de soledad. Es un emprendedor y asume una gran responsabilidad. Normalmente, no hay nadie detrás porque el empresario no suele tener a nadie detrás, así que tiene que tomar la última decisión. Y en unas circunstancias como las actuales, que multiplican casi hasta el infinito las dificultades, es natural que esa responsabilidad se acreciente. Y, sí, muy posiblemente esa sensación de soledad a la que hace usted referencia. Pero, de alguna manera, cuando más grande es el reto, más fuerte ha de ser el empeño y el esfuerzo. Estoy seguro de que esa es la actitud de la inmensa mayoría de los empresarios de nuestra tierra».

¿Es este el escenario más duro con el que se puede de enfrentar un empresario? ¿Es la incertidumbre el peor enemigo de un empresario? «Claro, porque es difícil tomar decisiones cuando te sientes en una especie de tierras movedizas. Esta crisis sanitaria ha generado una gran convulsión, de muy serias consecuencias económicas y ha generado una gran inseguridad sobre nuestro futuro. Lógicamente, no es una buena situación para diseñar planes de futuro, pero es necesario adaptarse a esta situación de incertidumbre y, con todas las cautelas, seguir avanzando».

¿Qué dibujo de podría hacer de la situación de las empresas a corto plazo? «Ahora mismo, es muy negativa para todo el mundo. Con la gente confinada en sus casas, el consumo ha descendido vertiginosamente y la propia dinámica organizativa de las empresas ha tenido que cambiar de un día para otro. Cuando acabe, o al menos remita, esperemos que pronto, la emergencia sanitaria, habrá que analizar todo el panorama, sabiendo que habrá sectores que estarán más afectados que otros y es inevitable hacer referencia al turismo o la hostelería. El incremento súbito del desempleo también va a afectar a la capacidad adquisitiva y eso se proyecta prácticamente en todos los sectores, desde la automoción a las telecomunicaciones, por poner dos ejemplos. Es necesario que se tomen medidas para que la reactivación económica, sin duda compleja, tome fuerza a la mayor brevedad».

Los españoles, a pesar de todo, han decidido remar en la misma dirección sumando esfuerzos y sin fisuras ¿Llega un mundo nuevo? «De alguna manera, es así. Creo que con el tiempo, sobre todo cuando haya una vacuna y métodos eficaces y seguros de combatir esta enfermedad, nuestro mundo volverá a parecerse al que era. Pero va a ser distinto, en muchos órdenes, desde nuestra manera de relacionarnos socialmente a nuestros tiempos de ocio, desde la organización de las empresas a la gobernanza global, que debe cambiar para estar en condiciones mucho mejores que las de ahora para afrontar retos y problemas también globales. Aun así, yo confío en que si todos unimos, en efecto, nuestras fuerzas, de esta crisis tan dura saldrá una sociedad mejor. Pero falta mucho para eso y exigirá muchos sacrificios por parte de todos».