Son y están

«Nuestro ‘oro africano’ no solo gusta por lo que cuida la piel sino por los valores de mi empresa»

Katia Simone Figueiredo Gomes. Fundadora y Directora de la empresa AOKLabs. Emigrante cubana de padres africanos, desde Sevilla se atrevió, partiendo de cero y sin ayudas, a iniciar un proyecto empresarial para producir y comercializar la crema protectora de la piel denominada ‘oro africano’ y está logrando un gran éxito, creando empleo en España y en Ghana. En 2022 prevé multiplicar por seis su facturación

Juan Luis Pavón juanluispavon1 /
29 abr 2022 / 10:51 h - Actualizado: 29 abr 2022 / 10:50 h.
"Son y están"
  • Katia Simone, fundadora desde Dos Hermanas de la empresa AOKLabs, de productos dermocosméticos para la piel basados en ingredientes 100% naturales procedentes de África. / EL CORREO
    Katia Simone, fundadora desde Dos Hermanas de la empresa AOKLabs, de productos dermocosméticos para la piel basados en ingredientes 100% naturales procedentes de África. / EL CORREO

“Detrás de nuestra marca hay una historia personal, la mía. El logo está hecho a partir de una foto de posparto con mi hijo Piero cuando tenía siete días de vida. Cada vez hay más gente cansada de productos donde todo es marketing. Lo nuestro es distinto. Es un caso espontáneo, auténtico, del uso de un producto natural muy beneficioso. Y por eso muchas personas nos siguen. Igual les sucede a los farmacéuticos. Nosotros llegamos a ellos con nuestra historia, con nuestros valores, con nuestros proyectos, con nuestros empleos en España y nuestras cooperativas en África. Y se hacen partícipes. Saben que esto es economía circular”. Así se expresa Katia Simone Figueiredo Gomes, de 33 años de edad, nacida en La Habana, Cuba, de padres originarios de Guinea-Bissau. Ella es una emigrante en Sevilla que, como empresaria, ha recibido el Premio Aster concedido por la escuela de negocios ESIC, desde un jurado formado por directivos de grandes empresas andaluzas, que optaron por darle el galardón en reconocimiento a su gran mérito. Partiendo de cero, está poniendo en pie desde Dos Hermanas una empresa de dermocosmética con productos 100% naturales originarios de África y de la tradición cultural africana en la protección de la piel.

¿Qué le impulsó a vivir en Sevilla?

Fue al azar. Llegué en el año 2007, para buscarme la vida. Tenía 19 años de edad. Salí de Cuba tres años antes, mi primer destino fue Lisboa, pues mi abuelo materno es portugués. Para mí fue un choque grande. Estaba acostumbrada en La Habana a un ambiente social muy comunicativo, alegre. En Portugal, la gente es más reservada. Me atraía conocer España, en Cuba había descubierto el flamenco, me habían hablado de Sevilla. Y decidí intentar encontrar trabajo en Sevilla.

¿Cómo empezó?

Mi primer trabajo fue de camarera, en Alcalá de Guadaíra. Ahí conocí a Francisco Morales, quien es mi marido. Después estuve trabajando siete años en una zapatería en Dos Hermanas, llegué a ser la encargada del establecimiento. En Cuba yo había estudiado hasta el equivalente a primero de bachillerato. En cuanto pude, hice en Dos Hermanas segundo de bachillerato, aprobé la selectividad, y realicé un curso de administrativo a través del Ayuntamiento de Dos Hermanas.

¿Por qué decidió emprender un negocio basado en vender un producto para la piel?

Quería un crecimiento personal y profesional, ya me sentía estancada con el trabajo en la zapatería. En 2016 nació mi hijo. Para cuidar su piel, empecé a aplicarle la manteca de karité, para la dermatitis por el pañal, y en la zona peribucal, por la costra láctea. Me la enviaba mi madre desde Guinea-Bissau para mi uso personal, y también mi marido. Y era muy beneficioso para el bebé, así no tenía irritación ni rojez. La manteca de karité, lo que llamamos 'Oro Africano', siempre la he utilizado. Recuerdo que mi madre, cuando era muy pequeña, después de cada ducha, me aplicaba este producto. En su cultura, cuidar la piel se considera algo muy importante. Y la idea de negocio me surgió porque yo estaba en un grupo de madres lactantes, y en otro de alergia a la proteína de leche de vaca, que se puede manifestar en el sistema digestivo o a nivel cutáneo. En el segundo caso, con los niños no se pueden utilizar productos de cosmética que contengan en su composición leche o trazas de leche, porque les causa reacción. Como yo tenía mi manteca de karité, y había muchas madres en el grupo que no sabían qué ponerle a sus hijos para aliviarles el culito escocido, yo les daba a probar. Y fue de maravilla. Incluso, una me dijo: “Katia, esto es sensacional. Si tú te dedicas a venderla, aquí tienes tu primera clienta”.

¿Cómo convirtió esa intuición en una actividad empresarial?

Con los cinco sentidos muy abiertos para entender dónde estaba la oportunidad. Y arriesgando, porque no he emprendido con ayudas ni con inversores detrás, todo ha sido esfuerzo mío y con el apoyo de mi marido, que ha creído en mi proyecto. En el crecimiento de ese boca-oído por el que cada vez más personas se recomendaban el producto, vimos que el canal eran las farmacias. Visitándolas una a una. Porque cada vez hay más población concienciada de la importancia de utilizar productos naturales, y que sean respetuosos con la piel, que a la larga no tengan efectos secundarios. Y nosotros nos metimos en la venta en farmacias gracias a saber observar, a saber escuchar y ver la necesidad.

¿Qué certificación tiene para ser un producto con garantías?

Lo primero fue lograr el certificado ecológico para garantizar la veracidad del producto. Y BioVidaSana lo certifica en España. Además, me hace especial ilusión que lográramos la certificación de origen por Ecocert, que es una entidad importante. Porque las nueces de la que extraemos la manteca son de ejemplares del árbol de karité en un área de 60.000 kilómetros cuadrados en Ghana totalmente libre de contaminación, de pesticidas. Es una zona virgen, donde prolifera el árbol de karité, que puede llegar a vivir hasta 300 años. Y Ecocert lo ha certificado en origen, es un producto totalmente natural y sin riesgos. Además, en España se ha testado dermatológicamente en pieles sensibles. Es un valor añadido.

Y las personas adultas, ¿para qué pueden usar ese producto?

De manera general, el 'oro africano' es apto para toda la familia, desde un bebé hasta un anciano. Y lo podemos utilizar para cualquier molestia en la piel: una rozadura, una inflamación, una rojez, los pies agrietados o muy secos, para las manos que tienen grietas, para la zona del cuerpo que ha tenido exposición prolongada al sol. Ya he citado los principales usos para los niños pequeños. Para una madre embarazada, lo puede utilizar en la barriga para evitar las estrías. Cuando ya ha dado a luz al bebé, lo puede utilizar en el pezón para la época de la lactancia, previene las grietas del pezón. Durante los años que llevamos desarrollando y vendiendo el 'oro africano', hemos visto que ayuda muchísimo en patologías cutáneas: dermatitis, pieles atópicas, psoriasis,...

¿Les ayuda denominarlo 'oro africano'?

Nosotros teníamos puesto en nuestro primeros envases manteca de karité, 100% pura y ecológica. Nuestro producto se llama 'África Ouro Karité'. Que significa el oro de África. La manteca de karité está considerado como el oro africano de las mujeres. Cuando las personas hablaban con nosotros en las redes sociales, decían oro, en vez de ouro. “Yo quiero el oro negro”... “Yo quiero el oro karité”... Como se repetía tantísimo lo del oro africano, dijimos: “Vamos a poner en grande Oro Africano”. Y así la gente identifica nuestra marca como la original. Es increíble lo que puede hacer una comunidad y lo que pueden hacer las redes sociales. Estos comentarios existen: “Esta manteca de karité es la original, porque este es el Oro Africano”. Contiene vitaminas A, D, E y F; ácidos grasos omega 3 y 6; lupeol, que frena los efectos del envejecimiento; antioxidantes; fitosteroles (con propiedades antinflamatorias y protectoras); alantoína (que ayuda a cicatrizar heridas y úlceras), y ácido cinámico, que actúa como filtro solar natural.

La manteca de karité ya era conocido como un componente incluido en cremas y lociones. ¿Qué ofrece AOK Labs como factor diferencial?

La primera diferencia es que la industria la utiliza refinada, la obtiene por presión en caliente. Sometida a altísimas temperaturas. Para exprimir la semilla y sacar hasta la última gota. Cuando se hace este proceso por presión en caliente, se van perdiendo muchas propiedades y muchos beneficios de la manteca de karité. Nosotros ofrecemos el producto 100% natural y ecológico. Y la primera presión está realizada en frío. Es igual que la aceituna. Cuando pasa por la primera presión en frío, se obtiene ese aceite de oliva virgen con ese color verde y ese olor característico del buen aceite. Pues lo mismo ocurre con la manteca de karité. La ofrecemos sin mezclar con ningún otro ingrediente. Y nuestro proceso es manual.

¿Cómo lo hacen?

Trabajamos en Ghana con dos cooperativas, que están en Nakunga y Kanvili. La primera hace el trabajo de recolección de la nuez y la segunda la producción. Trabajan más de 70 mujeres. La recolección se hace de julio a septiembre, es cuando la nuez ya tiene la maduración óptima. El producto se puede conservar durante dos años como máximo.

Dado el éxito que están teniendo, ¿cómo evitan que les confundan con los 'productos-milagro' que proliferan alrededor de las necesidades de salud y bienestar?

Quienes ya nos siguen lo tienen claro, porque nos han visto crecer comenzando con un solo producto en un botecito de cristal, y ahora que tenemos más, como el de moringa, el de baobab, la leche corporal, la crema facial, el contorno, etc., seguimos recalcando lo mismo: “Los milagros no existen”. Y con la misma convicción le decimos que el producto le puede ayudar, igual que predico con el ejemplo usándolo yo y mi familia. Hemos sabido educar a los consumidores para que sepan usar el producto, y para que se acepten bien si tienen en su piel alguna imperfección. Es bueno cuidarse y procurar tener una piel saludable, bonita, y si tienes una imperfección, quiérela tal y como es, tal y como eres.

¿Cuántas veces recomienda utilizarlos?

El 'oro africano' se puede aplicar tantas veces como sea necesario para una dermatitis, un picor, una zona enrojecida. Si se padece alguna patología que induce a la necesidad imperiosa de rascarse, ya sea en las manos, los brazos, las rodillas, los codos, etc., conviene aplicarlo con frecuencia. Para el rostro, recomendamos dos veces, por la mañana y por la noche.

Y usted, ¿cuánto lo hace?

Mucho. Para la piel y para el cabello. Y a mi niño le pongo la manteca de karité cada vez que tiene una pupa. En mi casa los envases se gastan rápido.

¿Cómo han superado las dificultades de la relación comercial directa durante la pandemia covid?

Nos rompió los esquemas y fue el acicate para expandirnos fuera de Andalucía. Cuando todo se paró y no se podían hacer visitas comerciales a las farmacias, decidimos donar 10.000 unidades de 'oro africano' y también elaboramos y donamos mascarillas hechas con telas africanas que yo tenía en casa. Las facilitamos a farmacias, a centros de salud, a hospitales. Y las redes sociales se hicieron eco de eso de modo masivo. Y comenzamos a conocernos y compartir vivencias del día a día a través de las redes. Y hace que el farmacéutico confíe en nosotros, aunque sea en la distancia, aunque no tengamos comerciales en su área geográfica.

¿Cómo se concretan esos valores?

Hemos firmado un convenio con la Asociación Amama, en Sevilla, de mujeres con cáncer de mama. Y donamos unas 1.200 unidades de nuestro 'oro africano' para estas personas. Nuestro producto está avalado por médicos especialistas en oncología y dermatología. Ayuda, primero, a reforzar la piel cuando va a recibir ese tratamiento oncológico tan invasivo. Y segundo, porque ayuda a recuperarse después de esos tratamientos. Es un regenerador celular muy potente y se han visto muchos cambios con el uso continuado del producto. Además, Amama Sevilla tiene una página web, y está colocado nuestro 'oro africano' como un artículo solidario. Todo lo recaudado por Amama se dona para la investigación del cáncer de mama.

¿Cuáles son sus planes de expansión?

En una nave en Dos Hermanas, con unos 2.000 metros cuadrados, queremos montar un laboratorio propio para invertir en investigación y desarrollo de productos en la gama Pure Life. Ahora estamos trabajando con un laboratorio externo que nos fabrica el producto. El objetivo es crecer de forma sostenible en España. Porque quien mucho abarca, poco aprieta. No queremos morir de éxito. Nuestro plan es cubrir toda la geografía española con comerciales que visitan las farmacias y presentan nuestros productos. Hasta ahora, no teníamos esa red de comerciales porque era yo quien iba a cada farmacia, una por una. Y lo he logrado porque nuestro producto es creíble, no se basa en engaños. Los futuros comerciales tendrán que ser tan convincentes, y perseverantes. Muchos farmacéuticos nos han ayudado porque han comprobado la calidad del producto y lo prescriben a quienes acuden a sus establecimientos. Y después se han sentido satisfechos por la buena rotación que logra el producto en sus estantes.

¿Cuántos empleos han previsto tener?

En la actualidad, tenemos trabajando de manera interna a unas diez personas. De manera externa, hay muchas más. Queremos a finales de 2022 haber alcanzado la cifra de 40 a 50 personas en nómina dentro de la empresa. Incluyendo investigadores que hagan la formulación, técnicos de producción, departamento de atención al cliente para informar y orientar, departamento de marketing, etc.

¿Con qué finalidad quiere potenciar la investigación?

Queremos investigar a fondo sobre el 'oro africano' para determinar más utilidades. También para formulaciones novedosas, porque cada día salen nuevos ingredientes y hay que estar a la última, para poder ofrecer lo mejor. También porque es necesario estar atentos a los cambios normativos europeos. Por ejemplo, el ácido tranexámico, que es uno de los ingredientes de moda, para combatir la hiperpigmentación de la piel. Dependiendo del porcentaje, se puede utilizar para uso cosmético o para uso medicinal.

¿Cómo van a consolidar también empleo en Ghana?

Si no hay demanda, no hay producción y, por lo tanto, no hay salario. Una de las claves más importantes para nosotros es intentar crear una alta demanda para poder seguir teniendo producción. Nos ilusiona intentar conseguir que no sea solamente un trabajo por temporadas, sino que sea recibir un salario todos los meses para mantener la familia, para poder comprar uniformes a los hijos, para poder darles el material necesario en el colegio.

¿Qué previsión de facturación tienen para 2022?

El año 2021, sin tener infraestructura, desde casa, y visitando yo las farmacias, hemos logrado facturar un millón de euros. Y este año nuestro objetivo es multiplicarlo por seis. Ahora distribuimos en 550 farmacias y queremos llegar a final de año teniendo 1.500 o 2.000. Por eso hemos de empezar a delegar, incorporando personas con talento, que sean afines con nuestros valores y nuestra cultura de trabajo. Lo vemos factible.

¿Como ciudadana de Sevilla, cuál es su punto de vista sobre la sociedad sevillana, sus fortalezas y debilidades?

Tiene muchísimo que ofrecer. Una cultura y un estilo de vida que más de un país quisiera tener. Con un entorno ambiental extraordinario: cerca de playas y montañas. Con una gastronomía sensacional. Observo algo a mejorar: hay demasiado apego a considerar que en la vida las cosas se consiguen de modo inmediato. Veo demasiada tendencia a la inmediatez, a sentir que necesitar algo equivale a lograrlo de inmediato. Y eso no es así. Todo se consigue a través de un proceso. Y constato que muchas personas se aburren demasiado rápido y tienden al conformismo cuando ese proceso es largo. No tienen el afán de luchar y perseverar por lo que realmente quieren. Sevilla, y Andalucía en su conjunto, tienen muchísimo que aportar al mundo, pero falta que haya más personas dispuestas a sacar de sí mismo lo mejor y emprendan sus iniciativas. Escasea la mentalidad de emprendedor nato. Me gustaría que fuera una sociedad con más hombres y mujeres emprendiendo, y no tirando la toalla tan pronto.