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El capítulo de frutas y legumbres desbancó por poco al aceite del oliva en las exportaciones locales entre enero y junio pasado. / Antonio Acedo
Si estas vacaciones ha salido al extranjero, a un país más allá de la Zona Euro, entonces habrá notado en su bolsillo –para mal– la depreciación que sufre la moneda europea respecto a su homólogo, el billete verde. No obstante, esta paridad sí tiene su parte buena, que se traduce en beneficio para la economía española, puesto que abarata el coste de sus productos y eso anima las compras del made in Spain en el exterior. Es una de las razones que explica que las exportaciones españolas mantengan su senda de crecimiento alcanzando nuevas cotas de récord. Así ocurrió en el primer semestre del año, cuando las ventas exteriores crecieron un 4,9 por ciento y sumaron 125.122,9 millones de euros.
Una de las provincias que contribuyó a consolidar esa evolución positiva fue Sevilla, cuyas exportaciones se anotaron un incremento del 10,7 por ciento –duplicando el nacional–, con un valor de 2.497 millones de euros, equivalente al 2 por ciento de las exportaciones del conjunto del país, según refleja el balance publicado ayer por el Ministerio de Economía y Competitividad.
Los productos estrella de la economía sevillana se mantienen invariables. Así, la joya de la corona se corresponde con la agroalimentación, gracias a la especial relevancia del aceite de oliva y las frutas en su producción, ventas que se tradujeron en un importe de 1.119,8 millones de euros entre enero y junio, y que experimentaron una mejora del 6,2 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior. No obstante, mientras la exportación de aceite retrocedió un leve 0,3 por ciento, hasta sumar 461 millones, la de frutas creció un 21 por ciento, para alcanzar los 484,4 millones.
El segundo pilar exportador, con un volumen de 819,6 millones, lo conforman los bienes de equipo y, más en particular, la producción de aeronaves y equipos relacionados, gracias a la implantación en Sevilla de varios centros productivos (en San Pablo y Tablada) del constructor aeronáutico europeo Airbus vinculados a los aviones de transporte militar como son el A400M, el CN235 y el C295. Entrando al detalle, fueron 406 millones en aeronaves, a los que agregar otros 102 de aparatos eléctricos y 129 millones de aparatos de precisión y otros. Este capítulo creció un 28 por ciento, a pesar de que pudo haberlo hecho más, ya que tras el accidente del A400M en mayo se paralizaron algunas entregas. Así, alimentación y bienes de equipo representan 78 de cada 100 euros que Sevilla vende fuera.
Del otro lado, el relativo a las importaciones, éstas crecieron con más intensidad –un 20,7 por ciento–, hasta contabilizar 2.174,8 millones. Bienes de equipo (1.101,2 millones, el 19 por ciento más) y alimentación, con 431,4 millones, el 46 por ciento más, centraron las compras. Sevilla logró mantener un saldo comercial positivo de 322,2 millones, si bien este colchón menguó casi una tercera parte (-29 por ciento).
Además, fue la tercera provincia andaluza con mayor aumento de exportaciones, por detrás de Almería y Málaga (11,6 y 11,2 por ciento, respectivamente), mientras que en el otro extremo se situaron Huelva y Cádiz, con contracciones del 20,6 y 19,5 por ciento, respectivamente. El balance andaluz se saldó en el primer semestre con exportaciones por valor de 12.968 millones, un 5,9 por ciento menos (cayeron el 8,5 por ciento solo en junio), e importaciones por 13.616,3 millones, el 14,2 por ciento menos, lo que arroja un déficit comercial de 648,3 millones, el 69 por ciento más que en la primera mitad de 2014.