Sembrando emprendimiento

Universidad. Es un buen momento para despertar la creatividad y dar forma a las ideas. La Hispalense y la UPO fomentan este caldo de cultivo

05 oct 2016 / 07:00 h - Actualizado: 05 oct 2016 / 10:00 h.
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  • Una iniciativa de emprendedores desarrollada en la Universidad de Sevilla. / El Correo
    Una iniciativa de emprendedores desarrollada en la Universidad de Sevilla. / El Correo
  • Feria de empleo y emprendimiento promovida por la UPO. / El Correo
    Feria de empleo y emprendimiento promovida por la UPO. / El Correo

La crisis llegó como un tsunami y sus consecuencias, en forma de restricciones presupuestarias, se han dejado sentir también en las universidades. «Nos encontramos en una etapa de reconversión total. Hemos tenido que reorientarnos porque el modelo tradicional de negocio es insostenible» y en esa reinvención también se incluye darle una vuelta de tuerca al emprendimiento, manido concepto para muchos, única alternativa para salvar el escollo del paro para otros. ¿Cómo se afronta desde el ámbito académico?

«Nuestra misión no es crear empleo, pero sí aumentar la empleabilidad y la inserción de nuestros estudiantes, que además de conocimiento tienen que tener habilidades sociales, razonamiento crítico, valores...», resume José Manuel Feria, vicerrector de Estrategia, Empleabilidad y Emprendimiento de la Universidad Pablo de Olavide. Y hacerlo no solo para abrirles la puerta a empresas o administraciones públicas, sino también al trabajo por cuenta propia.

Desde su departamento pelea por conectar a los estudiantes con la realidad y con la oportunidad de que sean ellos mismos «los dueños de su tiempo, de su trabajo y de su vida» inculcando al alumno que puede utilizar los años de estudio para ir desarrollando y dando forma a una idea, explica. «No es una cuestión de último curso, sino que es una actitud». Incluso hay que trabajarlo en edades tempranas. Ahí se enmarcan las primeras asignaturas que se imparten en Bachillerato.

La dificultad estriba en promover el emprendimiento sin apenas recursos en «una economía de posguerra». Es lo que les ha llevado a crear iniciativas «low cost» en alianza con todos los agentes posibles. «Soy más comercial que vicerrector», ilustra. Uno de los últimos ejemplos es «un Gran Hermano emprendedor» que implica un casting para defender ideas tecnológicas, sociales, de app y extremas para crear equipos multidisciplinares que compitan en el concurso de ideas. Además, utilizan experiencias de spin off para dar formación a alumnos y ofrecen una feria de empleo y emprendimiento con su plataforma virtual. Pendiente de cerrar, el contar con una representación de la Fundación Andalucía Emprende in situ.

Desde la Universidad de Sevilla, el director del Secretariado de Transferencia del Conocimiento y Emprendimiento, José Guadix, destaca que son dos las líneas de emprendimiento fomentado en el seno de la institución. De un lado, el impulsado por sus alumnos y, de otro, el generado por profesores e investigadores, que tras trasladar su conocimiento al sector productivo, han detectado una necesidad en el mercado que podían atender y de ahí han nacido proyectos empresariales.

Un ejemplo es GP Tech, nacida en los primeros años 2000 de la investigación de cómo equilibrar la potencia en las líneas de energía renovable y cuando se acercaron Gamesa, Abengoa y Endesa para interesarse por sus equipos, decidieron crear la empresa. Hoy tiene más de cien trabajadores y realiza el 95 por ciento de su trabajo fuera de España. Como ella, una treintena de empresas de ámbitos como el sector TIC, la aeronáutica, la biotecnología, mejora de procesos productivos, salud, construcción o agroalimentación. «Una labor que es compatible con la tarea de profesor», especifica.

El responsable de emprendimiento de la Hispalense pone el acento asimismo en que el proceso de incentivación de los alumnos persigue desarrollar capacidades como «la resolución de problemas, ponerse en el lugar del proveedor o cliente, ver dónde está el valor añadido de lo que se hace y saber defender una idea», detalla. Son habilidades que se van adquiriendo, por ejemplo, al participar en un concurso de ideas emprendedoras. «Se crece como persona porque se aprende a escuchar mucho, a participar en reuniones» y al final del proceso la idea original poco o nada tiene que ver con la que se tenía en un principio.

Esta misma semana se lanzará la decimosegunda edición de una convocatoria que viene suscitando el interés de entre 200 y 300 alumnos, explica.

Actividad que se complementa con los talleres de creatividad, en los que se incita a los estudiantes a pensar en los problemas que tiene la sociedad, que ellos tienen más cercanos, y a buscar soluciones para resolverlos.

Otra alternativa, estrenada el año pasado gracias a los fondos europeos por el programa Andalucía Tech, son los cuatro espacios de preincubación y coworking para que los más activos trabajen sus ideas durante todo el año de la mano de mentores. Así, se pueden encontrar en Informática, Comunicación, la Escuela de Ingenieros y Económicas, que en total tienen sitio para albergar a más de cuarenta iniciativas del alumnado.