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Óscar Quintana. / ACBPhoto
Óscar Quintana ha comparecido ante los medios de comunicación tras la debacle que sufrió el Real Betis Energía Plus ante el FC Barcelona, desvelando la reunión que tuvieron ayer con el presidente del club, Fernando Moral.
«A parte del bochorno y la vergüenza que hicimos pasar a todos nuestros aficionados, tenemos ánimo de revancha, esto está muy bien decirlo, y lo mínimo que hay que hacer es pedir perdón, pero donde hay que reivindicar y mostrar esa rabia y ganas de revancha es en casa en el próximo partido, tenemos la suerte de que el siguiente es en casa y el club está trabajando para llenar San Pablo.
«El club ha tomado sus medidas, ayer el presidente nos reunió y nos transmitió la preocupación, la situación en la que estaba el club, la imagen que habíamos dado, la responsabilidad que teníamos y quien no estuviera convencido de la lucha en la que estamos y que hay que levantarse y afrontar el reto, su despacho está abierto para cualquier jugador que no tenga compromiso para firmar el finiquito e irse, y que estemos sólo los que estemos convencidos de darle la vuelta a esto empezando por este domingo».
Dio su diagnóstico sobre las causas del desastroso partido en el Palau.
«Lo que he detectado es que fue, no sé, como si nos dieran un rayo paralizante como en Space Jam, nos sacaron el alma y éramos jugadores lobotomizados, salíamos al campo y como el que ve llover, inexplicable aunque lo viviera en primera persona, no entendimos nada de lo que pasó y por qué pasó. Puedes tener días y malos, pero se presupone la intensidad e intentarlo, luego puedes tener más o menos suerte, pedir perdón y propósito de enmienda»
«La gente espera que hablemos en el campo, todo lo que digamos hay que demostrarlo en el campo».
No se plantea dimitir. «No se me pasó por la cabeza dimitir porque antes quería hablar con el equipo y ver qué pasaba, que había pasado para esa situación de bloqueo, de estar en el campo pero no la mente y el deseo, salir en la segunda parte con menos energía incluso que en la primera, digno de Cuarto Milenio».
«Hubo una situación de bloqueo, a veces la gente quiere hacer muchas cosas, te quedas bloqueado y das sensación de apatía. El Barcelona fue a cuchillo desde el primer minuto al último, como es su obligación. No justifica lo que hicimos».
Sobre su llamativa expulsión cuando su equipo perdía por 48 puntos, argumentó que «no me esperaba que me pitaran la segunda técnica», y habló de la dificultad del partido ante San Pablo Burgos, que viene en racha.
«Difícil va a ser, pero estamos en casa, el club está trabajando para llenar y que notemos el apoyo y cariño de la gente y podamos revertir la situación, obviamente habrá gente enfadada y que le cueste más conectar con el equipo y tendremos que dar nosotros un plus para conectar a todos, crean en lo que estamos haciendo y nos ayuden a conseguir la victoria. Es un partido para ganar y seguir sumando para ver las cosas menos negras de lo que vemos ahora».
«Su virtud es el descaro con el que juegan, siempre que tienen oportunidad pueden correr al contraataque, la fortaleza en el poste bajo de Deon Thompson, un jugador que les da mucha solidez en situaciones de cinco para cinco o en transición, el triangulo que forma con Fisher, Jenkins y Thompson llevan el foco anotador del equipo».
«El espejo debe ser el partido de Unicaja en cuanto a dominio del rebote, solidez y buscar situaciones de ataque con inteligencia».
Sobre cómo recuperar al equipo dijo que «estamos todavía en fase de shock, quitándonos todo lo que ha pasado, analizando y digiriendo lo que hemos hecho para a partir de hoy reaccionar y despertar y preparar el partido. He vuelto a ver el partido, la sensación es igual o peor».