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Porzingis, en el entrenamiento previo al draft del viernes en Las Vegas.
En las conversaciones que la Caixa está manteniendo en Barcelona con posibles compradores del club Baloncesto Sevilla, sobre la mesa está siempre el nombre de Kristaps Porzingis. También lo estuvo cuando se firmó la venta a Jefferson Capital Funding el pasado verano, porque Jeffrey Meythaler sabía que, además de la aportación de 2,5 millones en concepto de patrocinio de la entidad bancaria, contaba con que, al acabar la temporada, podría cuadrar las cuentas con la segura salida del ala-pívot letón rumbo a la NBA. Aún así, dio la espantada. La indemnización que deberá pagar Porzingis por su salida a la liga estadounidense es de 850.000 euros, de los cuales, la franquicia que lo elija el próximo día 25 en el draft, aportará 600.000, el máximo que pueden pagar según el convenio establecido, con lo cual el jugador deberá poner de su bolsillo el resto. Sobre la mesa existe la posibilidad de que, como ha ocurrido en otros casos, su agencia de representación (Andy Millers’s ASM Sports) plantee al club sevillano una negociación para rebajar esa cantidad, dado que podría considerarse una cláusula de salida abusiva en relación al sueldo que cobra Porzingis, de los más bajos del plantel y cuando le restan aún dos más de contrato.
En cualquier caso, aunque pagase al club el máximo del convenio NBA, su traspaso sería el más alto de los 30 años de historia de la entidad sevillana, cuya supervivencia sólo es posible con la venta de este extraordinario portento. Superará los aproximadamente 570.000 euros (95 millones de pesetas de entonces) que el Caja San Fernando recibió de Unicaja de Málaga por la venta de Chuck Kornegay en el año 2001, y que representaba, hasta ahora, el récord en una transacción por parte de la entidad del San Pablo.
A medida que se acerca la ceremonia del draft (25 de junio), las previsiones para Kristaps Porzingis mejoran. La página especializada DraftExpress venía ubicándolo en las últimas semanas de la temporada en el puesto 8, que le garantiza algo más de 7 millones de dólares por tres años, según el convenio para los rookies. Pero su irrupción en la sesión previa de entrenamiento que ofreció el pasado viernes en Las Vegas ha provocado que se consolide como número 3, que le reportaría un contrato de 11,9 millones por tres años.