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Imagen parcial de la manifestación a favor del Baloncesto Sevilla / José Miguel Garrido
El Baloncesto Sevilla vuelve a estar en una situación crítica, casi terminal, como hace un año, y sus aficionados han vuelto a echarse a la calle, como hicieron entonces, para reclamar a Caixabank que no deje morir un club que ya forma parte de la misma esencia de la ciudad. Y es literal. «No nos dejéis morir», rezaba la pancarta que encabezó la concentración.
Los seguidores cajistas, porque el equipo siempre será el Caja, quedaron en la Plaza de San Francisco y desde allí fueron a la puerta del Ayuntamiento, donde el alcalde, Juan Espadas, se les unió en un fuerte aplauso que más bien era una súplica por la supervivencia. Luego recorrieron algunas calles del centro hasta llegar a la sede central de Caixabank, en Sierpes, donde fue leído un manifiesto.
La manifestación se celebró apenas unas horas después de que las esperanzas de vida del CB Sevilla sufrieran un par de reveses consecutivos. El primero, el rechazo de la entidad financiera a la oferta planteada por el Grupo Torrot. El segundo, la confirmación de que Luis Casimiro se va para fichar por el Herbalife Gran Canaria. A pesar de todo, los buenos aficionados al baloncesto que todavía quedan en Sevilla se aferran a la esperanza de que al final, como el año pasado, ocurra un milagro y haya una solución.