Echada a perder la ocasión de mirar hacia el play off, a Baloncesto Sevilla sólo le resta el aliciente de convertir en matemática su salvación virtual desde hace dos semanas. Restan cuatro partidos para el final de la fase regular y de la temporada para el conjunto sevillano, que posiblemente hoy pueda alcanzar el objetivo prioritario, bien sea por méritos propios, con un triunfo en el Nou Congost de Manresa, o bien por deméritos de Movistar Estudiantes en su visita a la cancha de Herbalife Gran Canaria en Las Palmas. Una de las dos situaciones dejaría como mínimo la distancia del equipo de Casimiro sobre el penúltimo en cuatro triunfos a falta de tres jornadas. Final, y a pensar en el futuro que está por resolver. En ese punto los focos se pondrían ya exclusivamente en el partido de los despachos, donde debe concretarse la venta del club por parte de Caixabank a un nuevo propietario.
En Manresa, no obstante, no resultarán sencillas las cosas para los de Luis Casimiro, que vuelve a la pista donde hizo historia con el histórico TDK al conquistar el título de Liga de la temporada 97-98. Los de Ibon Navarro necesitan también la victoria en su batalla por la permanencia, con una situación más delicada porque tienen dos victorias menos que los hispalenses, es decir, están a dos de la zona de descenso. Todavía les queda mucho que remar, y el calendario no le dará más facilidad que la visita de Gipuzkoa, ya casi descendido, porque deben viajar a Bilbao y Vitoria. Plantea el partido una lucha entre una de las mejores defensas, la local (6ª, 78,7%), con uno de los equipos capaces de alcanzar con relativa facilidad marcadores altos. Manresa tiene el peor ataque de la liga (69,9), con lo cual fía casi todas sus posibilidades a defender bien para partidos de marcadores bajos. Cuenta con uno de los mejores pívots de la liga, Dejan Musli, segundo del ranking de valoración, en un duelo con otro de los mejores cincos de la temporada, Ondrej Balvin, tercero y cuarto en rebotes.