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Manu Reina pugna por un balón dividido en el encuentro del ‘play off’ ante la Cultural de Durango. / Deia -
Núñez celebra un gol ante la UD San Fernando en el ‘play off’ de ascenso del curso anterior. / Emilio J. Jiménez
En La Condomina y ante el Real Murcia de Manolo Sanlúcar, un zorro astuto en una categoría que exige el disfraz de camuflaje y la mejor versión para sobrevivir en la selva. El Écija Balompié retornará al torneo de bronce del balompié estatal con el sano aliciente de esquivar las catacumbas del descenso. La tropa de San Pablo regresa a la tercera competición en orden de relevancia a nivel nacional tres años después de su última aparición en Cartago. En la moderna Cartagena. De aquella infausta experiencia sólo sobreviven en el actual bloque azul el carrilero Manu Reina, clave en la fase decisiva del play off del curso precedente, y el lateral Núñez.
En el verano de 2013, el consejo de administración que entonces dirigía José Luis Soto, que posteriormente vendió su paquete accionarial al empresario valenciano Eduardo Serrano, confió un plan condicionado por la economía de guerra a José Ángel Garrido, un exjugador del Córdoba CF que en la 2012-13 había dirigido al Pozoblanco. Uno de los fichajes estivales fue el de Manuel Reina Carpintero, Manu Reina, hoy uno de los referentes de la plantilla. En aquel tiempo era un canterano con hambre y la necesidad de relanzar su carrera. Su carta de presentación era seductora después de haber pertenecido a las canteras de Barça, Real Betis y Tottenham y de haber sido internacional sub 16 y sub 17.
Ya en la etapa sénior emigró al RCD Mallorca B, con el que debutó en Segunda División B antes de fichar por el Écija Balompié. En San Pablo apenas reunió 10 participaciones y en pleno mercado invernal firmó por el RSD Alcalá madrileño. Al cierre del curso, el de Bujalance se unió al Conquense. En Cuenca no se consagró y en 2015 optó por retornar al Écija Balompié, el plantel con el que tratará de brillar en el torneo de bronce.
El otro superviviente de la última aventura en Segunda División B es Jesús Núñez Rodríguez, Núñez, que se estrenó en aquella temporada en la categoría y que soportó las inclemencias de una segunda vuelta convulsa y plagada de incidentes en forma de despidos. El lateral, que adoptó el rol de pivote defensivo en situaciones de emergencia, firmó en verano procedente del Montilla, con el que se había bautizado en el grupo X de Tercera División y en el que exhibió la etiqueta de titularísimo. Núñez, que en la campaña precedente fue clave para Juan Carlos Gómez, intervino en 10 encuentros en la última aparición del Écija Balompié en Segunda División B.