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El lebrijano Paco Cala, pensativo en la banda de La Juventud durante un encuentro del Jerez Industrial. / EDD
En el fútbol de fango, el gol es un artículo de lujo que garantiza el éxito. Los delanteros son los amuletos de los proyectos de chequera que, de forma gradual y espontánea, nacen desde el fondo de la tierra. Los entrenadores, una profesión de riesgo expuesta a las fluctuaciones del mercado y de los caprichos de los mecenas, son una especie de reclamo para momentos de crisis. Francisco Torres Cala, Paco Cala (Lebrija, 9-1-1976) en el universo del fútbol, se ha ganado una fama de tipo curtido y de garantías en el balompié autonómico. En diciembre de 2016, el técnico presentó su dimisión como preparador del CA Antoniano, entonces en la Tercera División, por motivos personales.
«Necesito desconectar para volver a disfrutar del fútbol», confesó horas después de una decisión que supuso un punto de inflexión en su carrera. Posteriormente, su sobrino, el exjugador del Sevilla FC Juan Cala, decidió que asumiera el papel de coordinador del CD Juan Cala, un club que nació en los últimos años con el propósito de ser uno de los estandartes del fútbol base del Bajo Guadalquivir. Y fue a finales de febrero cuando fue reclamado por la junta directiva del Jerez Industrial, actualmente en la Primera Andaluza y uno de los clubes más laureados de Andalucía. El Indu, el apelativo con el que fue bautizado en su día, pelea por el play off de ascenso a la División de Honor, el premio con el que son distinguidos los cuatro primeros clasificados de la Primera Andaluza de Cádiz. El aliciente de Cala es festejar el quinto ascenso de su hoja de ruta, el segundo lejos de su CA Antoniano.
El técnico de Lebrija debutó con un triunfo ante el Chiclana y en el último compromiso igualó ante el Trebujena de Antonio Ignacio López, Toni López, uno de los técnicos mejor valorados del mapa comarcal. Con una plantilla formada mayoritariamente por jugadores residentes en Jerez de la Frontera, Cala pretende reunir el repóquer de éxitos en su cuaderno de aventuras, en el que ya fueron escritos los ascensos con el Atlético Antoniano B, con el que promocionó a la entonces Primera Provincial, el Atlético Antoniano juvenil, con el que escaló a la Liga Nacional, y el primer plantel de su Atleti, con el que retornó a la Tercera División.
Después de un período de tregua, Paco Cala emigró a la UD Cuervo, en la que cimentó el histórico ascenso a la entonces Segunda Andaluza, equivalente a la antigua Primera Provincial, y donde aprendió a triunfar lejos de su Lebrija natal.