-
El balono Raúl Cabrera trata de interceptar un envío en largo del lateral diestro del Utrera Manu Arcenegui. / A. P.
Con sus filosofías perfectamente definidas y sin opción a la negociación colectiva ni a la mediación de agentes de ámbito externo. Sin maquillajes de marca cara ni máscaras de fiesta privada. Fútbol a pleno pulmón. De contacto directo y virilidad en su cota máxima. Utrera y Balompédica Lebrijana compiten. Sin poses ni discursos baratos. Ladran, intimidan y atacan con los colmillos afilados. Miguel Ángel Montoya y Joaquín Hidalgo, dos técnicos con un modelo personal e innegociable, se batieron el cobre en el ring durante 90 minutos de vida real.
De inicio, el entrenador de la formación anfitriona apostó por un 1-4-4-1-1 con Domingo como llanero solitario. Manu Arcenegui y Álex del Río trataron de invadir la zona de confort del contrincante, que inició el pleito con hambre. El cuarteto VIP de la Lebrijana, integrado por Raúl Cabrera, Mario Begines, Plusco y Chuma, pisó la pista de baile con el pen drive de la coreografía ya elegido. Raúl Cabrera y Plusco percutían con insistencia cuando el bloque de Consolación firmó su primer flirteo con el gol. Pozo recibió en el área de la Balona, fintó a su par con un quiebro de cadera y facturó un lanzamiento cruzado que desvió la mirada de Javi Gómez, puro alivio con el desenlace.
La Lebrijana burlaba el cordón de seguridad de la retaguardia local con las galopadas de Mario Begines, cuyo derechazo impactó en el lateral de la red, y las presentaciones por sorpresa de Chuma, que jugó en el límite del reglamento en cada balón aéreo que protegió de espaldas a la meta de Ayala. Pozo, intrépido, multiplicó los decibelios del San Juan Bosco en la última aparición fugaz del Utrera en el área de la Balona. El segundo capítulo nació intenso con una acción que brotó de la pizarra de Joaquín Hidalgo. Balón aéreo hacia Raúl Cabrera, que amortiguó el envío y potabilizó el servicio hacia Chuma, puro veneno con un lanzamiento cruzado que congeló el ambiente.
Miguel Ángel Montoya sacrificó a Domingo y decidió recurrir a la figura del falso ‘9’ con la movilidad de Pozo. Y, de repente y con una hora de encuentro en el cuentakilómetros, Mario Begines voló de área a área, ignoró el marcaje de Álex del Río y enganchó un centro sedoso y peligroso hacia la madriguera, de cuyo interior surgió la silueta de Chuma. El killer, en escorzo, giró sobre su propio eje y empalmó un disparo a la media vuelta que se esfumó a apenas un palmo de la madera. Y brotaron las palmas en el San Juan Bosco. El Utrera, auxiliado por el oxígeno del personal, buscó el gol con alma y coraje. Sin la gasolina suficiente para coordinar las transiciones, ambos aceptaron el intercambio sin orden.
Montoya potenció la medular con la retirada de Samu, fatigado, y Joaquín Hidalgo gritó y ordenó un ataque certero al corazón. Samu Ayala, Starlyn y Sosa, tres sustituciones de vocación ofensiva y con riesgo. Starlyn, precipitado, malogró dos contras que nacieron de la fe de un plantel que ha creído de forma ciega en su candidatura al play off, una etiqueta real para un Utrera que crece con el transcurso de las sesiones de la vida.
Ficha técnica:
CD Utrera: Ayala, Manu Arcenegui, Álex del Río, Cachana, Samu (Kiko 80’), Juanjo, Jairo Caballero, Cruz (Isra 58’), Domingo (Titi 66’), Blanco y Pozo.
Balompédica Lebrijana: Javi Gómez, Raúl Cabrera (Starlyn 78’), Plusco (Sosa 82’), Chuma, Dani Alain, Mario Begines, Gabi (Samu Ayala 78’), Benítez, Selu, Copero y Juande.
Árbitro: Vaca Núñez (Cádiz). Amarilla a los locales Cachana y Samu; y a los visitantes Chuma, Gabi, Benítez y Copero.
Incidencias: 808 espectadores en las gradas del San Juan Bosco. Presencia de aficionados visitantes.