El punto de la gaseosa vieja

El equipo de Sampaoli logra un empate en el estadio del Sporting que no deja un buen sabor de boca. Vietto colocó a los sevillistas por delante a los cuatro minutos de partido pero la falta de puntería hizo que se quedaran dos puntos en tierras asturianas

29 oct 2016 / 19:02 h - Actualizado: 29 oct 2016 / 20:04 h.
"Sevilla FC"
  • Los jugadores del Sevilla Steven N’Zonzi (derecha) y el portugués Daniel Carriço (izquierda) luchan la posición con varios jugadores del Sporting, que los sujetaban de forma antirreglamentaria.
    Los jugadores del Sevilla Steven N’Zonzi (derecha) y el portugués Daniel Carriço (izquierda) luchan la posición con varios jugadores del Sporting, que los sujetaban de forma antirreglamentaria.
  • El delantero francés del Sevilla Wissam Ben Yedder trata de controlar el balón durante el partido de este sábado. No estuvo afortunado de cara a la portería contraria.
    El delantero francés del Sevilla Wissam Ben Yedder trata de controlar el balón durante el partido de este sábado. No estuvo afortunado de cara a la portería contraria.
  • El entrenador del Sevilla, Jorge Sampaoli, en la banda del estadio del Molinón. En segundo plano, su colega del Sporting de Gijón, Abelardo.
    El entrenador del Sevilla, Jorge Sampaoli, en la banda del estadio del Molinón. En segundo plano, su colega del Sporting de Gijón, Abelardo.

El Sevilla vuelve a las andadas. Y digo vuelve porque después de un muy buen partido no ha logrado los tres puntos que había en liza ante el Sporting de Gijón. Puede que la victoria en el estadio de Butarque dos domingos atrás fuera un espejismo, aunque viendo el juego que desarrollan los hombres de Sampaoli la lógica dicta que los triunfos fuera de casa tiene que seguir cayendo como si se tratara de la ley de la gravedad. Porque con este juego deberían caer por su propio peso ¿o no?

A muchos sevillistas siempre les quedará el consuelo de que al menos no se ha vuelto Sevilla de vacío aunque realmente, el puntito logrado en tierras asturianas tiene el mismo sabor que una gaseosa que lleva abierta una semana. A los más críticos con el sistema y con la vida en general les parecerá, por contra, que los jugadores de Sampaoli se han dejado dos puntos en tierras asturianas que le hubieran puesto de nuevo al frente de la clasificación, al menos por unas horas dependiendo de lo que hicieran sus compañeros de la zona alta.

Quien escribe estas líneas piensa como el segundo grupo, porque después del buen partido que hicieron los de Sampaoli, Lillo y compañía, ponerse por delante en el marcador a los cuatro minutos con los cuerpos todavía casi fríos y sumar un buen número de oportunidades ante la portería de Cuéllar –con dos tiros a los postes incluidos– son argumentos más que suficientes para que cualquier aficionado de a pie empiece a sentir picores en la cara después de arañársela de puro coraje. Porque no sería la primera vez que el Sevilla deja de lograr cosas más que importantes en la competición doméstica por no lograr los tres puntos en partidos como el de este sábado. Si no lo recuerdan, busquen en la red los puntos que se dejó el Sevilla de Juande Ramos en la temporada 2006/07 tanto en casa como lejos de Nervión y comprenderán perfectamente de lo que les estoy escribiendo.

Y aunque el buen juego del Sevilla en Asturias, fundamentalmente en los segundos cuarenta y cinco minutos –algo ya habitual esta temporada– deja una puerta abierta a la esperanza, sí deja en evidencia y vuelve a ser la nota triste una semana más la falta de puntería que tiene este equipo esta temporada. Si con las dudas iniciales y sin atinar demasiado en ante la meta rival está el equipo casi arriba del todo, ¿qué sería de esta plantilla con un poco más de puntería, mala leche en los últimos metros, mordiente o acierto? Pueden llamarlo como quieren, pero quitando todos estos eufemismos la cosa sólo se puede llamar de una forma: gol.

Con Carlos Fernández en el dique seco para lo que falta de temporada, aunque el chaval tampoco contara demasiado para Sampaoli, y con Ben Yedder y Vietto dando una de cal y otra de arena urge que el Sevilla vuelva a tener un delantero cómo los que ha tenido las últimas temporadas. La tarea no es fácil. El mercado es el que es y los requisitos administrativos son los que son. Pero Monchi sabe que hace falta. Y si no, puede que haya que arañarse la cara otra vez.