Coronavirus

El entrenador sevillano de Wuhan en su tercer encierro: «No hay que saturarse de actividad»

"Que cada uno haga lo que su físico y su mente soporte. No hay que marcarse objetivos o proponer actividades que no finalices"

18 mar 2020 / 12:46 h - Actualizado: 18 mar 2020 / 13:05 h.
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  • Manuel Vela durante una entrevista concedida a Europa Press
    Manuel Vela durante una entrevista concedida a Europa Press

Manuel Vela es un sevillano que entrena en la cantera del equipo de fútbol de Wuhan, ciudad china epicentro de la pandemia del coronavirus, y que ahora pasa por su tercer confinamiento obligatorio por la pandemia de coronavirus, lo que le convierte en un especialista en esta materia y recomienda: No hay que saturarse de actividad.

Por eso ofrece consejos para superar mental y físicamente el encierro. El primero de ellos, marcarse objetivos realizables para no padecer la frustración de no lograrlos, que es "lo peor" que puede pasar.

A Vela le sorprendió el primer confinamiento en enero en Wuhan junto a su compañero de piso, donde estuvo una decena de días hasta que fue repatriado con veinte españoles con la condición de que estuviera catorce días de cuarentena en el Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid.

Tras confirmar que no padecía la enfermedad, pudo regresar a su domicilio de Sevilla, donde desde el pasado fin de semana sobrelleva un nuevo encierro obligatorio. En total, son 28 días los que ha estado confinado, aunque en cada ocasión con diferencias sustanciales, según ha explicado a Efe.

"Que cada uno haga lo que su físico y su mente soporte. No hay que marcarse objetivos o proponer actividades que no finalices", es el primer consejo genérico que ofrece este entrenador de fútbol, que con la experiencia acumulada asegura que en este tercer encierro se siente "mentalmente preparado" y cree que ya no le afecta tener que estar de nuevo en la casa sin poder salir a la calle.

Vela subraya que si no vas culminando las cosas que has previsto hacer, como una tabla de ejercicios que al final no haces, "el ánimo sufre una merma", por lo que propone no "sobresaturar" de actividades el encierro obligatorio y marcar objetivos en periodos de cuatro días para ver la evolución y comprobar si se llegan a cumplir.

Otro de los consejos genéricos es que "no hay que quemar todas la balas al principio, porque además creo que esto se va a prolongar más de los quince días previstos", subraya Vela en una conversación telefónica en la que es audible de fondo el jaleo de sus dos hijas de 9 y 5 años, con las que mantiene una permanente negociación para intentar que la relación sea fluida y se pueda sobrellevar la convivencia.

Cada encierro ha tenido sus propios problemas, según recuerda al explicar que no es lo mismo estar diez días con un solo amigo en un piso, a 12.000 kilómetros de la familia y "sin saber qué estaba pasando", como le ocurrió en Wuhan, que estar en una especie de "comuna" en el hospital madrileño o pasar el confinamiento junto a su mujer y sus dos hijas en su casa de Sevilla.

En el confinamiento de China, desde donde de hizo popular por sus apariciones en los medios, se dedicó sobre todo a "conversar" mucho porque la situación anímica era "muy compleja", con incertidumbre ante un episodio inédito y de futuro incierto, relata Vela al rememorar los días de enero pasado en Wuhan, la soledad de las calles ("como un día de la Feria de Sevilla sin gente") y las únicas salidas de la vivienda para comprar alimentos.

Luego estuvo junto a otros veinte españoles en una planta del hospital Gómez Ulla, donde había más entretenimientos que en China y se dedicó a hacer ejercicio, ver la tele y también a conversar.

Cuando les confirmaron que no estaba contagiado por coronavirus regresó a Sevilla, desde donde trabaja por internet con el equipo de fútbol haciendo programaciones de entrenamientos. En esas funciones estaba cuando se ha decretado el confinamiento obligatorio en España, que ya le ha cogido con experiencia y "mentalmente preparado", subraya.

"Yo estoy bien", reitera antes de mostrar su sorpresa por que sus amigos españoles le llaman "agobiados" con solo dos días de encierro en sus domicilios, un "ansia" que asegura no padecer.

Para el encierro con su mujer y sus hijas recomienda marcar unas rutinas con los deberes, las comidas y las horas de ocio pero con "flexibilidad" y con mucha negociación.

Su rutina comienza por la mañana, cuando levanta a las pequeñas a una hora "prudente", hacen los deberes que les mandan y luego comen.

Por la tarde, juegos y un poco de televisión hasta la cena para acostarlas no muy tarde. Solo plantea, medio en broma, un problema: los reiterados bailes que le exigen con la aplicación de vídeos cortos "tik tok".