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Valentín Trillo, capitán del Universidad de Sevilla que se proclamó subcampeón de la liga de División de Honor. / Archivo El Correo de Andalucía
El modelo del deporte universitario europeo y especialmente el español no contempla la posibilidad, como sucede en Estados Unidos, de crear plataformas que permitan una circulación propia hacia el profesionalismo. En realidad no existe el deporte universitario en sí mismo, sino deporte practicado en las universidades o por universitarios. Deporte de aficionados o amateur. Sin embargo, ha habido excepciones que tuvieron que ver con el afán y la voluntad de gestores que en determinados momentos de la historia quisieron generar una estructura que no tenía el fin mismo de contar con equipos y deportistas profesionales pero sí que pudieran, desde la universidad, competir en las mejores ligas nacionales, vinculando además a otras entidades docentes de escalas menores que hicieran las veces de cantera, es decir, un funcionamiento de club pero con los pros y los contras del ámbito académico.
En la Universidad de Sevilla siempre hubo esa inquietud. A finales de los 50 y principios de los 60 ya hubo un equipo de rugby, el CAD Universitario de Sevilla, que se proclamó dos veces subcampeón de la Copa FER, donde estaban los clubes de la segunda división nacional. El rugby tenía también de su parte la gran tradición que siempre ha existido en la ciudad, y que llevó al SADUS a impulsarlo definitivamente hasta lograr el ascenso a la División de Honor, que disputó por primera vez en la 1993-94, aunque no logró la permanencia. Regresó en la 96-97 y se mantuvo tres temporadas. En la 99-2000 subió como subcampeón de la segunda categoría y sin solución de continuidad logró el subcampeonato de liga, sólo por detrás del Quesos Entrepinares de Valladolid y por delante del rival local, el Monte Ciencias, cuarto.
Pero el sueño del rugby universitario de la US se esfumó definitivamente con el descenso en la 2004-05, en tiempos en los que se recrudeció el debate histórico de si una universidad debe financiar un equipo de élite con el objetivo ya cercano de conquistar el título de campeón de España, si daba un último salto desde el punto de vista presupuestario. En esos tiempos el Uni generó una larga lista de jugadores internacionales con España: Nono Beltrán, Rafa Camacho, Saúl Espina, Fernández-Aramburu, Antonio León, Canete, Agustín Mlet, Ale Ortega, Pibe Prieto, Eusebio Quevedo, Valentín Trillo, Josemi Villaú, Manuel Olivares y Daniel Núñez. Un irlandés, Eoin Costigan, también jugó amistosos con el XV del León. El equipo de la US de rugby a siete femenino sí se mantiene en la élite, y en la 2014-15 fue cuarto en el Campeonato de España.
Recorrido intenso aunque corto en la élite tuvo el Medicina de baloncesto femenino, que nació a principios de los 70 y en cinco años pasó de categoría provincial a la Primera división, donde jugó una sola temporada, la 1976-77. En ese equipo estaba Margarita Geuer, que se convertiría en leyenda del deporte sevillano, conquistando los títulos más importantes a nivel de clubes, incluida la Copa de Europa y el Mundial, así como el oro del Campeonato de Europa con España. Disputó también los Juegos de Barcelona y fue 158 veces internacional.
Deportes más modernos en el espectro son el hockey hierba y el fútbol sala femeninos. En este último la US fue subcampeona de la Copa de la Reina en 1997 y logró competir en División de Honor dos temporadas. El hockey es ahora el equipo de élite referente, y esta temporada busca el ascenso a la División de Honor, en la que ya estuvo siete temporadas en los 90 y posteriormente otras dos, en la 2012-13 y la 2014-15.