El debate sevillano no lamentó ausencias, y a diferencia del nacional, sí desprendió infinidad de propuestas. La realidad es que el encuentro entre candidatos que El Correo de Andalucía organizó en EUSA no era un debate al uso, de esos que registran mil réplicas, otras tantos achaques y el mantra del y tú más anclado sin remisión. Fue, tal vez, una entrevista a cinco. Esto último, también se puede calificar como novedoso, porque al bipartidismo –hasta ahora– galopante, no solo se sumó la opinión de los emergentes Podemos y Ciudadanos. Izquierda Unida –concurrente bajo el nombre de Unidad Popular– sí fue aquí de la partida. Y con mucho agracio desde sus filas: «agradecemos al El Correo de Andalucía la invitación para estar hoy porque nos han excluido de los debates de otros medios, y lo han hecho porque somos la voz de la alternativa. Por cuestionar a instituciones supranacionales que nos han robado la soberanía y a la que ningún partido excepto nosotros, señala». En esta correspondencia centró su intervención inicial Miguel Ángel Bustamante, el joven cabeza de lista por Sevilla de la coalición de izquierdas, que fiel a su argumentario estiró el chicle ideológico a posturas más radicales. Siempre es buena la ocasión para recordar que ellos no buscan la ansiada centralidad.
El turno de arranque, de sesenta segundos de duración –como todas las intervenciones de este encuentro electoral denominado Minuto a minuto–, sirvió también para condenar la violencia de género, que horas antes se había cobrado una nueva víctima mortal, en este caso en Lebrija. El orden de inicio lo marcó las elecciones generales de 2011 y sus resultados sevillanos. En cualquier provincia de España salvo en Sevilla y Barcelona, hubiera empezado el PP. Pero fue Antonio Pradas, dada la victoria entonces de su partido en la provincia, quien rompió el hielo de los políticos, antes presentados por el moderador del acto y director de El Correo de Andalucía, Óscar Gómez. El cabeza de lista socialista, a la sazón número tres de Pedro Sánchez en el partido, acentuó sus primeras sílabas acordándose del ciudadano que más anhela el cambio: «los que están sufriendo por la crisis, quienes han perdido el empleo o es precario, quienes cobran salarios de miseria, los pensionistas, los jóvenes». A todos ellos quiso enviar un mensaje claro, de «esperanza en el cambio». Un deseo navideño que todos, menos Zoido, trazaron en su discurso.
El candidato popular se mostró consistente en la defensa a ultranza del gobierno vigente. Tanto, que pocas veces respetó el cronómetro. «Se le agota el tiempo, señor Zoido», le espetó desde su disertación inaugural el moderador. El que fuera alcalde de Sevilla apeló a «trabajar juntos para encontrar empleo estable y ser iguales ante la ley, para cada día vivir mejor en este gran país y en esta gran Sevilla». Izquierda Unida le siguió en el orden que dictaron las generales de 2011. Y tras ellos, los emergentes. Primero Podemos, en virtud de los resultados de las autonómicas y para cerrar este primer turno, Ciudadanos. Sergio Pascual, quien ha sido sombra de Pablo Iglesias desde casi el salto a la palestra del líder de la coleta, apeló a los orígenes de su partido, del que es cabeza de lista en la circunscripción hispalense. «Podemos nació porque no confiábamos en los políticos. Y nuestro programa electoral es vinculante, así si en dos años no se ha cumplido podemos despedir al Presidente del Gobierno, por mentiroso. No prometemos derechos sociales o laborales, lo que haremos es garantizarlos en la Constitución». El candidato por Sevilla de la formación púrpura dio paso a Virginia M. Salmerón, número uno de Ciudadanos, que dejó claro que ha sido elegida «por primarias». «Nos achacan que no tenemos experiencia política. No la tenemos para hacer aeropuertos vacíos, hospitales sin quirófano, dar amnistías fiscales a lo mejorcito de cada casa (sic), pero sí la tenemos para conocer los problemas de la calle y la realidad de la gente».
ENTREVISTA A CINCO
Presentados los protagonistas, la dinámica cambió de forma sustancial. Llegó la hora de entrar en harina, desempolvar el programa y aprobar el examen propuesto por los periodistas de El Correo de Andalucía. Diez cuestiones, ligadas a temas sectoriales de ámbito general y a cuestiones concretas de índole sevillano marcaron las lógicas disimilitudes que cada partido propugna como solución durante su hipotético gobierno.
La primera de ellas fue, a su vez, la que más gresca genera en todo debate que se precie: corrupción y transparencia. Quizás la única que tuvo un denominador común: tolerancia cero. Eso sí, con los partidos allende al bipartidismo marcando distancia con las viejas fuerzas e incluso intercambiándose golpes entre ellos: «Ciudadanos, que dice que ha venido para regenerar la vida política, se pone de acuerdo con el bipartidismo para impedir que comisiones de investigación en Madrid o en Andalucía puedan funcionar en el momento que el ciudadano requiere más información para que su voto sea más libre», disparó Pascual, con seguida respuesta de Salmerón. «En Andalucía se están aplicando nuestras medidas. Se ha expulsado a Chaves, Griñán y Viera. Gracias a Ciudadanos». Pradas, que cerraba el turno, no desaprovechó la oportunidad: «La corrupción produce asco. Ha dimitido el alcalde de Ciudadanos, por un caso de corrupción, que llevaba poco tiempo en el cargo». Como se ha referido, no era un debate, sino únicas respuestas a preguntas, sin réplicas ni porfías entre candidatos. No obstante, todos aprovecharon su turno para lanzarse los trastos. Incluso con interrupciones: «ahora me toca a mí», dijo alguna vez Salmerón a Pascual, cuyo enfrentamiento directo puso el picante al encuentro.
La educación, y los muchos vaivenes en leyes educativas protagonizaron la segunda de las cuestiones. El PP se quedó solo: todos los partidos propusieron la derogación de la Lomce y la apuesta por la educación pública. «El Partido Popular defiende la libertad de elección de los padres para escoger el sistema para sus hijos. El fracaso del modelo hizo que el PP promulgara la Lomce, que procura destacar el esfuerzo y la cultura de la educación. Para hablar de recortes, los de la Junta de Andalucía». La sanidad, tercera pregunta de la redacción de El Correo, volvió a obligarlos a tirar de argumentario nacional, en una constante que emuló el rechazo total a las políticas del gobierno de Mariano Rajoy y que deparó un nuevo encontronazo entre Podemos y Ciudadanos, en este caso, a colación del copago: «Algunos partidos nuevos (señalando a Salmerón), dicen que no quieren acabar con eso» lanzó Pascual, con rápida respuesta de la candidata naranja: «no, mi programa no dice eso. Financiamos la sanidad con impuestos, no con copagos». En el otro flanco del estrado, socialistas y populares también mantuvieron su particular poder a poder. «El copago ha sido un atropello, vamos a recuperar la ley anterior», Pradas. «Sevilla es la última en número de camas por habitante. Tenemos que conseguir un pacto de Estado para reducir la lista de espera», adujo Zoido. Bustamante, habló del «repago que esconde en su discurso Rivera» y condenó la exclusión a inmigrantes de populares y Ciudadanos.
El siguiente tema que saltó al debate también responde al interés nacional. La política exterior al respecto de los últimos atentados yihadistas y la acogida de refugidados. Salmerón presumió de sumarse al pacto antiyihadista, «no como Podemos», aseveró. «Nosotros condenamos el terrorismo y condenamos la guerra, pero no nos unimos a la foto de quiénes atacaron Irak», dijo Bustamante, que también se acordó de Aznar «no ha pedido disculpas, como sí hizo Blair» y de quienes apoyaron la invasión a Libia «El PSOE y el fichaje de Podemos, Julio Rodríguez». Al hilo de la anterior, el encuentro siguió por derroteros nacionales, ahora al respecto de una hipotética reforma constitucional. «El PSOE propugna desde hace más de tres años que es momento de consensuar una reforma constitucional. Porque hay una crisis social, institucional e incluso territorial, a la que Rajoy ha dado la espalda». Por su parte, Zoido, apeló al diálogo para llegar al consenso y destacar la vigencia del modelo, «aunque puede revisarse». El resto, compartió la necesidad que tiene el país por elaborar una nueva Carta Magna.
En este punto, el debate viró en favor de asuntos de mayor interés local, como la cuestión que pedía respuestas que palien las nefastas cifras de empleo que arrastra la región. «Un minuto es muy poco para hablar de nuestras medidas para combatir el paro», se quejó Zoido, antes de pasar a enumerar méritos de su partido en cuanto a la creación de empleo: «después de las medidas del PP, antes se destruían 1.500 empleos cada día, en los dos últimos dos años se han creado 1.400 puestos de trabajo al día. De aquí al 2020 queremos que se creen 100.000 empleos en Sevilla». «Empleo precario con el PP», «España es el único país que ha superado tres veces la tasa de paro del 20 por ciento» o «uno de cada cuatro empleos que se han creado en España es en Andalucía», contra argumentaron, respectivamente, IU, C’s y PSOE. Podemos fue más programático: «Un plan de transición energética que recualificará desempleados y apostar por las energías renovables». El Puerto de Sevilla, uno de los motores económicos de la ciudad, fue objeto de la siguiente pregunta. «Dragado sí, pero con aval medioambiental», defendió Bustamante. Podemos, habló de la «necesidad ad de mejorar los puertos andaluces, y ello conlleva mejorar la navegabilidad del Guadalquivir, pero preguntando a los expertos». «Apoyamos iniciativas, como esta, que puede traer 15.000 puestos de trabajo, pero entendemos que se ven perjudicados ecologistas y arroceros», adujo Salmerón. Para Pradas, «la Zona Franca se puede empezar ya, se retrasó desde 2013 por priorización de inversiones del anterior Ayuntamiento y el alcalde actual se ha comprometido en avanzar en este terreno. Y el dragado, hasta que no se acometa la reforma en los márgenes del Guadalquivir, no se permitirá la profundización del río. Trabajemos en favor de ello». «Bienvenidos a la Zona Franca de Sevilla, la quinta de España y la primera fluvial. Yo la propuse siendo portavoz del PP en la anterior legislatura y Monteseirín y Zapatero la enterraron», añadió Zoido, que cerró con este alifafe su intervención en el bloque.
CULTURA Y CIERRE
Las divergencias Junta-Estado centraron la pregunta número ocho, que derivó en una leve pugna entre Podemos e IU a cuentas del bautizo del nomenclátor deuda histórica. «Luis Carlos Rejón, número tres nuestra lista al Congreso de los Diputados, ya demandó esta deuda histórica y fue un Gobierno socialista quien lo denegó», dijo Pascual, contrarrestado, en su turno, por Bustamante: «la deuda histórica la propone Izquierda Unida, no Rejón, que en aquel tiempo era de IU y ahora entra a dedo en lista de Podemos en Sevilla. Y tampoco entiendo, ni comparto, la postura del modelo de financiación, que sigue vigente desde que lo aprobara Zapatero y que nos ha robado 4.000 millones a Andalucía».
En la penúltima de las cuestiones en liza, relativa a las SE-40, también se mantuvo la distancia, en este caso, entre PSOE y PP. «Un gobierno socialista impulsó la SE-40 y un gobierno popular la ha tenido paralizada cuatro años, con apenas 15 kilómetros de los 74 que tiene. Este año, casualmente, el PP incluye los túneles en un presupuesto que no sabemos quien», en palabras del candidato del partido de la rosa.
Por su parte Zoido, defendió «la realidad de la SE-40 en unos meses, porque así aparece en los presupuestos». Para acabar, la cultura, y los debes del Estado a Sevilla en esta materia, como el Bellas Artes. «Nunca se han admitido nuestras enmiendas a inversiones en los museos. En el Bellas Artes hay una cesión de la Junta para aprovechar el Palacio de Monsalves», arrancó el bloque Pradas, otra vez, con un directo al hígado del PP, cuya respuesta no se hizo esperar: «Las peticiones del PSOE son muy curiosas. Piden ahora una inversión, pero cuando gobernaron no hicieron nada por el Bellas Artes ni por el Arqueológico». Izquierda Unida y Ciudadanos, también tiraron de olvidos por encima de las propuestas: «En Écija urge la reforma del Palacio de Peñaflor, y no se ha hecho nada», dijo Bustamante y terminó Salmerón, con un claro alegato: «la cultura es la columna vertebral de un país». Toda una entrevista a cinco con mucho de debate encubierto. Y que también tuvo su minuto de oro, con mensajes que piden el voto bajo un estándar de argumentario.
Esta última alocución fue aprovechada por los candidatos del bipartidismo para meter cuña con el Metro de Sevilla. «Obra de importancia en Sevilla, que tiene que hacerse poco a poco. El Gobierno de España, si es del PP, dará su apoyo al Metro de Sevilla», en palabras de Zoido. Su homólogo socialista, el último en intervenir, recordó que la Línea 1 del Metro «se hizo gracias al gobierno socialista de la Junta de Andalucía, pero hace falta cooperación entre instituciones para afrontar un presupuesto tan alto, pero el Estado, del PP, no ha dado el primer paso en los presupuestos». Y cerró, con un ruego a la participación y un duro mandoble al PP: «Rajoy ha elegido estas fechas navideñas para desmovilizar al electorado».