IU registra su peor resultado y conserva sólo dos escaños

De 11 a 2, sin grupo propio en el Congreso y con casi la mitad votos. A Garzón solo le consuela que no desaparecen del todo y que el PP pierde la mayoría

21 dic 2015 / 01:14 h - Actualizado: 21 dic 2015 / 01:13 h.
"IU","Elecciones Generales 2015","Alberto Garzón"
  • El candidato de Unidad Popular-IU, Alberto Garzón, ayer en un colegio de Rincón de la Victoria. / Jorge Zapta (Efe)
    El candidato de Unidad Popular-IU, Alberto Garzón, ayer en un colegio de Rincón de la Victoria. / Jorge Zapta (Efe)

No esquivó el golpe de los nuevos partidos. Izquierda Unida no tendrá grupo propio en el Congreso, perdió nueve escaños y registró unos resultados aún peores que los de 2008, que hasta ahora eran los más negativos de la historia de esta formación. Eso sí, no es fulminado por el cambio político y tendrá dos diputados, ambos por Madrid. Mejor que nada.

La federación de izquierdas pasó de los once escaños de hace cuatro años a los dos logrados ayer, y de obtener el voto de 1.680.810 personas a los 921.183 de este 20D (con el 99,82 por ciento escrutado). Así que, mientras en 2011 acaparó el 6,92 por ciento de las papeletas, en 2015 logró el respaldo del 3,7 por ciento.

Por tanto, la formación del malagueño Alberto Garzón no logró superar ni los resultados de 2008: dos escaños, 969.946 votos, el 3,77 por ciento. Entonces, Gaspar Llamazares anunció su dimisión la misma noche electoral. Ayer Garzón reconoció que no logró sus objetivos: tener grupo propio y romper el bipartismo. Tras una campaña «heroica», con las encuestas en contra y fuera de los debates, pero con una fuerte presencia en las redes sociales y con mítines hasta la bandera, los dirigentes de IU llegaron a la noche electoral con «ilusión». El reto: mantenerse, porque salir del Parlamento es «morir». Pero a pocos contenta tener dos escaños y tener que hacerse ver y oír desde el grupo mixto. De hecho, confían en tener apoyos técnicos de otras formaciones para formar grupo propio.

IU aguantó en las municipales, donde perdió 400.000 votos y obtuvo un número similar de concejales al de 2011 (en Sevilla, Daniel González mantuvo los dos concejales), pero se desplomó en las autonómicas: salió de cuatro de los ocho parlamentos donde tenía representación. La debacle de la coalición en Madrid (expulsada de todas las instituciones) agudizó aún más su ya cruda lucha interna. Y precisamente en Madrid es donde logró ayer sus dos escaños. El voto útil y la ley electoral penalizaron a la coalición, que pese a estar cerca no logró escaños ni por Málaga (con 52.377 votos, el 6,8 por ciento con el 99,6 por ciento escrutado) ni por Sevilla (con 61.904 apoyos, el 5,69 por ciento con el 99,5 por ciento de los votos contados). Incluso tenían esperanzas en Asturias.

¿Hacia dónde debe dirigirse una fuerza política que casi desaparece tras haber sido la tercera opción en el país? Eso es lo que quiere aclarar Alberto Garzón a partir de ahora. Abrirá, dijo, una reflexión dentro de la federación para definir el papel de IU dentro de la nueva etapa política y, sobre todo, su relación con Podemos, con quien parte de la formación estrechó lazos. De hecho, formaron grupo con el partido morado en Cataluña y Galicia, por lo que Garzón no contó con estos votos y escaños en su cómputo total. Y hay que recordar que en 2011 obtuvo 280.152 votos en la comunidad catalana y 67.751 en la gallega. El candidato más joven –30 años– intentó con ahínco, como él repite, crear un proyecto de unidad que se quedó en una alianza con la plataforma ciudadana Unidad Popular.

Por ello, además de los dos escaños, lo único que satisface a los dirigentes de IU es que un pacto de izquierdas puede sacar al PP de la Moncloa.