Jordi Sevilla sacude al PSOE al pedir que gobierne quien sume más apoyos

«Para evitar unas terceras elecciones, si no hay mayorías, debería dejarse gobernar al candidato que consiga mayor apoyo parlamentario». Este tuit de Jordi Sevilla, asesor en materia económica del equipo de Pedro Sánchez, zarandeó ayer la frágil línea de flotación del PSOE e incendió las redes sociales. El exministro socialista respondió en su cuenta de Twitter a la pregunta del millón de euros, la que usa Pablo Iglesias cada día para presionar a Pedro Sánchez, y de la que éste rehuye hacia adelante en una campaña cuesta arriba: si el 26 de junio arroja un resultado electoral similar al del 20 de diciembre –o si Podemos adelanta en votos y escaños al PSOE como segunda fuerza, como dicen los sondeos–, ¿qué harán los socialistas? ¿Se abstendrán para facilitar el gobierno de Mariano Rajoy? ¿O tratarán de sellar una alianza con Podemos?

Iglesias, aupado en las encuestas gracias al efecto de la coalición con IU, persigue a Sánchez en esta campaña, repitiéndole que él «no es el adversario», que están llamados a gobernar juntos y destronar a Rajoy. Pero el socialista, escarmentado por la frustrada negociación tras el 20D, desconfía del líder de Podemos y cree que éste sólo persigue matarle a abrazos. Sánchez no oculta su desconfianza hacia Iglesias, pero en el debate a cuatro se cuidó mucho de cerrar ninguna puerta a posibles pactos postelectorales. Su discurso es estratégicamente equidistante, cauto, todo lo contrario que el torrente crítico que está desplegando Susana Díaz contra Podemos en esta campaña. La andaluza sigue una agenda de mítines tan cargada como la del candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno –se juega el puesto como primera fuerza en Andalucía, y con ello, sus aspiraciones en la política nacional–, pero a diferencia de Sánchez, Díaz criminaliza políticamente a Podemos, no le da tregua, no esconde cartas y cierra de antemano cualquier puerta al diálogo con una fuerza política que considera una amenaza desde el principio. Tras el 20D, el PSOE andaluz, la federación más potente y más crítica con Sánchez, abogó por asumir la derrota, quedarse en la oposición y dejar gobernar al PP, pero entendió que sus bases eran reacias a este escenario.

Pedro Sánchez está haciendo una campaña repartiendo críticas entre Rajoy e Iglesias, a los que acusa, por igual, de la repetición de las elecciones. Pero mantiene la ambigüedad cuando se le preguntan qué hará el PSOE si tiene que elegir entre hacer presidente a Rajoy o a Iglesias. Su candidato a ministro de Economía, Jordi Sevilla, arrojó luz sobre esa incógnita al defender que se deje gobernar al que tenga más apoyos parlamentarios –ojo, no al más votado, como dice Rajoy. Esa fórmula, que requiere de la abstención de un gran arco parlamentario, permitiría gobernar a Sánchez gracias al apoyo de Ciudadanos si se repitiera el resultado del 20D. Pero también animaría a Rajoy a someterse a la investidura –que desestimó hace cinco meses por falta de apoyos– porque sólo necesitaría arrebatar al PSOE el apoyo del partido de Albert Rivera. Con esta idea, Sevilla alimentó ayer el fantasma de la gran coalición PP-PSOE, porque con unos sondeos que dan vencedor a Rajoy y colocan a Sánchez en tercer lugar, por detrás de Podemos, los más beneficiados de esa propuesta ahora son los populares. En pocos segundos los acólitos de Podemos e IU encendieron las alarmas e incendiaron las redes sociales. El exministro reaccionó con aparente incredulidad: «Quienes están criticando dejar gobernar al candidato más votado en el Parlamento, ¿que quieren? ¿Qué gobierne quien menos apoyos reúna?», escribió.