La destilación del éxito por Puerto de Indias

José Antonio Rodríguez, socio fundador de esta empresa sevillana afincada en Carmona, participa en los Desayunos Cinco Nueves

10 dic 2015 / 22:04 h - Actualizado: 11 dic 2015 / 08:26 h.
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  • Puerto de Indias protagonizó el último de los Desayunos Cinco Nueves organizados por Cobre las Cruces y El Correo de Andalucía. / José Luis Montero
    Puerto de Indias protagonizó el último de los Desayunos Cinco Nueves organizados por Cobre las Cruces y El Correo de Andalucía. / José Luis Montero

Una vez más los Desayunos Cinco Nueves, organizados por la empresa Cobre las Cruces y El Correo de Andalucía, editado por el Grupo Empresarial Morera & Vallejo, han cumplido con su expectativa de dar a conocer el tejido empresarial de Sevilla y su provincia. Así, en esta ocasión, se han centrado en una empresa ya consolidada, con 135 años de antigüedad, que ha tenido que reinventarse para resurgir convertida en un claro ejemplo de éxito en el sector: Puerto de Indias.

«Nuestra historia es trabajo, trabajo y trabajo», relató al comienzo de su intervención José Antonio Rodríguez, socio fundador de Puerto de Indias. Esta empresa sevillana afincada en Carmona creó casualmente una ginebra de fresa que ha tenido una acogida espectacular en el mercado. Herederos de los creadores del anís semidulce de Los Hermanos (comúnmente conocidos como Los Orejones) obtuvieron, tras un golpe de calor que estropeó una partida de fresas destinadas a convertirse en fruta macerada, una bebida que tiene unas cifras de facturación en 2015 de 26 millones de euros y que se distribuye a nivel nacional e internacional.

«A partir de una equivocación surgió Puerto de Indias. Empezamos a vender a los pueblos vecinos. Ellos venían a buscar el producto, no había equipo de marketing, el boca-oreja es lo que mejor funciona», comentó Rodríguez al repasar la historia de estos últimos años. La evolución ha sido tal que Puerto de Indias ha pasado en menos de cuatro años de ser una empresa familiar a contar con 76 personas en plantilla. «Es un orgullo para nosotros, además todo ha salido del esfuerzo de mi hermano y mío. De no tener nada hemos pasado a tener 500 distribuidores en España y no hemos llamado a ninguno», refirió.

En su discurso, las referencias al anís, antaño motor económico de la provincia de Sevilla con más de 264 destilerías, origen de esta empresa y una bebida que alude al recuerdo de Navidades pasadas, han sido continuas en su deseo de que no se pierda una bebida que ha sido tan tradicional en España y que es un producto «que lo tiene todo, sabor, aroma...».

No ha faltado la crítica a lo poco valorado que está en España el sector del licor, desde su punto de vista, Rodríguez lamentó que incluso en los más prestigiosos restaurantes después de una gran comida «te ponen un chupito de cortesía que no tiene valor, sin marca, y no somos capaces como comensales de exigir que termine su faena [el chef] con un buen producto». Los más importante es que en dos años el producto ha creado marca, «la gente no pide ya una ginebra de fresas, pide un Puerto de Indias, esto es muy difícil que ocurra en tan poco tiempo», argumentó.

El miedo de una experiencia empresarial anterior fallida ha hecho que José Antonio Rodríguez y su empresa sean precavidos en ciertas cuestiones. «El primer año tanto mi hermano como yo cobrábamos 800 euros, para poder hacer cash para la empresa. Estamos orgullosos de con las cifras de facturación que tenemos a día de hoy no haber negociado nunca un pagaré. En cada nuevo proyecto o estamos respaldados por nuestro dinero, o no lo hacemos».

Puerto de Indias tiene ahora la vista puesta en el sector internacional. Exportan ya a Alemania, Bélgica, Holanda, entre otros países, y están empezando a vender en China, que ha mostrado interés por el producto. Latinoamérica se está volcando también con el producto y el crecimiento es continuo.

Uno de los pilares que sustenta esta empresa, en palabras de su socio es que es una «empresa sindicalista o humanista». Hablaba así al referirse a la filosofía que rige la contratación y el ambiente en la empresa. «La labor social que está haciendo la empresa es muy importante. Hay que repartir el bienestar entre los que trabajan, esto hace que todos estén implicados y otorga un empuje único», dijo. Tenemos a todo el mundo con contrato laboral desde el principio, vamos subiendo los sueldos y ahora vamos a montar una guardería para los trabajadores, yo quiero que nuestra empresa gane dinero pero que también lo reparta», aseguró.

En cuanto al futuro, desconoce hasta donde llegará la apuesta de la empresa, pero el único miedo de este empresario es que una multinacional «quiera hundir» lo que han levantado con tanta ilusión.