Pedro Lozano: «Saber utilizar la Inteligencia Artificial es una habilidad esencial que no podemos ignorar»

Hablamos con Pedro Lozano, cofundador de Imascono. Experto en inteligencia artificial, metaverso y emprendimiento. Top 100 conferenciante de Thinking Heads. 

Pedro Lozano, cofundador de Imascono.

-Coincidiendo con el inicio de un nuevo curso escolar y en un mundo donde la inteligencia artificial “amenaza” la empleabilidad, ¿cómo crees que afectará esta tecnología al mercado laboral?

-Lo primero de todo, es fundamental hacerse a la idea de que el trabajo de por vida ya no existe. Lo segundo, al menos en el corto plazo, es que la Inteligencia Artificial no va a quitarnos el puesto de trabajo, sino que lo hará una persona que sepa utilizarla. Igual que los ordenadores y los dispositivos móviles han sido una extensión del ser humano en lo personal y en lo profesional, se ha iniciado un nuevo paradigma donde la Inteligencia Artificial va a marcar la próxima era en la relación humanos-máquinas. Por eso, hoy en día, saber utilizar la IA es una habilidad esencial que no podemos ignorar. Adaptarse a esta nueva realidad y aprender a utilizar estas herramientas será clave para mantenernos competitivos en un mercado laboral donde, por primera vez en la historia, las tareas intelectuales se ven tan amenazadas o más que las manuales. Como decía Darwin, no son las especies más fuertes ni las más inteligentes las que sobreviven, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio. Y en este nuevo entorno laboral la capacidad de adaptación sigue siendo la clave para prosperar. Adaptarse o desaparecer.

-A medida que la IA se convierte en una extensión de nuestras habilidades, ¿cómo visualizas esa relación entre humanos y máquinas a nivel empresarial?

-La clave radica en encontrar el equilibrio entre nuestras capacidades únicas como seres humanos y las habilidades exponenciales que nos dota la inteligencia artificial. Por ejemplo, las máquinas pueden ayudarnos a ser más eficientes, pero no pueden reemplazar la intuición e inquietud humana necesarias para identificar nuevas oportunidades de negocio, o la empatía para entender qué necesitan los diferentes grupos de interés de una empresa en un momento determinado. Desde un trabajador que está pasando por una situación familiar complicada hasta un cliente que no está satisfecho con el servicio que hemos ofrecido. Esta combinación entre humanos y máquinas también abre un mundo de posibilidades a nivel de negocio, puesto que permitirá a empresas muy pequeñas alcanzar logros inimaginables. Como dice Sam Altman, CEO de OpenAI, pronto veremos compañías de apenas 10 personas logrando valoraciones de miles de millones gracias al poder exponencial de la IA. Por otro lado, ya podemos ver también cómo los países con un mayor índice de robotización son los que menos desempleo tienen, gracias a que multiplican la productividad y eficiencia de sus empresas.

-Qué papel adquiere entonces la educación para preparar a los jóvenes en un futuro profesional en constante cambio y cada vez más tecnológico.

-En mi humilde opinión necesitamos transformar radicalmente el sistema educativo de España, anclado en métodos tradicionales de la Revolución Industrial, y apostar por el desarrollo de las personas en tres ejes clave: humanismo, emprendimiento y tecnología. Si queremos evolucionar como país y ser competitivos en un mundo globalizado debemos de fomentar la cultura emprendedora y las competencias STEAM, siempre manteniendo la visión humanista que requiere una revolución tecnológica como la que estamos viviendo. Por otro lado, más allá de la universidad y en este contexto tan cambiante, hemos visto cómo la formación profesional ha crecido notablemente y prevé un alto grado de empleabilidad, siendo fundamental eliminar los prejuicios sobre la FP y sobre todo entender que el aprendizaje debe ser constante a lo largo de toda la vida. Y si la educación es la base de cualquier sociedad, su mejora debería ser una prioridad común para garantizar un futuro próspero y competitivo para todos. En este sentido, como ciudadanos debemos de exigir un gran pacto de estado entre todos los partidos políticos para acometer este cambio tan profundo y determinante en nuestro futuro.

-Destacas el humanismo como uno de los ejes clave en una era dominada por la inteligencia artificial. ¿Cuál es el papel de las humanidades en un mundo cada vez más tecnológico?

-Lo cierto es que se nos llena la boca ensalzando vocablos como inteligencia artificial, metaverso, blockchain o robótica, cuando lo realmente trascendental es la transformación social que están provocando las nuevas tecnologías. Y en esta revolución social, el humanismo debe jugar un papel central. Esto es completamente determinante puesto que, a medida que la tecnología automatiza más tareas, podríamos ver un futuro donde el trabajo deje de ser el principal medio para redistribuir la riqueza, llevándonos a replantear profundamente nuestro sistema social y económico, quizás con modelos como la renta básica universal o nuevas formas de regulación que aseguren la competitividad humana frente a las máquinas. En definitiva, estamos ante un posible nuevo modelo socioeconómico donde la tecnología debe estar al servicio de las personas y no al revés. Por ejemplo, la IA está permitiendo avances en la medicina que mejoran la precisión en los diagnósticos y tratamientos personalizados, haciendo que el cuidado de la salud sea más accesible y efectivo para todos; pero también puede generar efectos colaterales preocupantes, como la energía que consumen este tipo de servicios en la nube, contribuyendo al cambio climático y a la explotación de recursos naturales.

-Ya para terminar y tras analizar el papel de la inteligencia artificial en el mercado laboral, la educación y el impacto social, ¿qué papel juega la creatividad humana en un mundo donde las máquinas pueden realizar tareas cada vez más complejas?

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-La creatividad humana es nuestro mayor activo. Es lo que nos distingue gracias a nuestras capacidades intrínsecas como imaginación, visión, espíritu emprendedor, pasión, emoción o inconformismo. Mientras la inteligencia artificial automatiza tareas y analiza datos de manera cada vez más compleja, nosotros podemos enfocarnos en aquello que realmente aporta un valor añadido: pensar, divergir, crear y generar nuevas ideas. En realidad, la tecnología está actuando como un acelerador que impulsa nuestra creatividad y nos ayuda a ser más eficientes. Ahora, con simples instrucciones de texto, podemos lograr resultados asombrosos sin necesidad de dominar tantas habilidades técnicas. Sin embargo, la creatividad humana no es solo un motor de innovación, sino nuestra brújula ética en este mundo en transformación. La tecnología, por sí sola, no distingue entre el bien y el mal; somos nosotros quienes debemos marcar su rumbo. Por tanto, no basta con innovar; debemos hacerlo con propósito y conciencia, asegurándonos de que avanzamos hacia un futuro que ponga a las personas en el centro del progreso. Solo así, la tecnología será una verdadera aliada para construir un mundo más justo, equitativo y humano.