Entrevista

Diego Rodríguez, director de Espacio y Ciencia en Sener: "En un día, una persona en España puede usar cien satélites diferentes"

El director de Espacio y Ciencia en Sener, grupo de ingeniería y tecnología con sede en Getxo (Vizcaya) compuesto por 4.000 profesionales y expertos en más de 100 disciplinas. Fue una de las primeras compañías españolas que entró en un proyecto espacial

Trabajan con la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) desde su nacimiento. Sus primeros proyectos en el segmento de vuelo en el espacio datan de los años 70. Desde entonces van de reto en reto, sobre todo tecnológicos. Cuentan con oficinas en 18 países; en España, en la Comunidad de Madrid, País Vasco, Catalunya, Andalucía, Valencia y Cantabria

Diego Rodríguez, director de Espacio y Ciencia en Sener / 'activos'

Natàlia Ríos

PREGUNTA (P.) Sener acaba de dirigir una misión insólita: Proba-3 de la Agencia Espacial Europea (ESA) para eclipsar el Sol con el vuelo sincronizado de dos satélites. ¿Por qué es tan extraordinario?

RESPUESTA (R.) Efectivamente, el 4 de diciembre al mediodía, hora europea central, lanzamos Proba-3 desde el centro espacial Satish Dhawan en la India. Es una misión bastante atípica por los objetivos que persigue. Se enmarca dentro del programa tecnológico de la ESA, que tiene dos objetivos fundamentales. El primer objetivo es una demostración tecnológica de vuelo en formación de alta precisión para el espacio. Esto es una tecnología muy particular que básicamente pretende ser capaz de hacer que dos o más naves puedan orbitar o seguir una trayectoria en la que mantienen su distancia o posición relativa con muchísima precisión. Hay que imaginar dos naves separadas por 150 metros, y que todo el tiempo que están en el espacio mantienen esa distancia, durante horas, con un error que no sea mayor a tres milímetros. Esto es lo que llamamos vuelo en formación preciso en el espacio y que nunca se ha probado.

P. ¿Para conseguir qué?

R. Hacemos un primer uso que demuestra qué se podría hacer con un vuelo en formación rígido. La órbita por la que navegan las dos naves es muy excéntrica, es decir, hay un momento que se alejan mucho de la Tierra y otro que acercan bastante. Concretamente el perigeo, el punto cercano, es 600 kilómetros, pero el punto lejano llega hasta 60.000 kilómetros. En esa parte alta de la órbita los satélites van bastante más lentos. El vuelo en formación de manera autónoma dura seis horas. Uno de ellos lleva un disco de metro y medio que proyecta sobre el otro una sombra y conseguimos generar un eclipse solar artificial, y este es el otro gran objetivo de la misión. Los científicos buscan los eclipses para poder estudiar la parte exterior del Sol, la corona. Los eclipses naturales duran unos minutos. Conseguimos un hito porque creamos un eclipse solar artificial durante mucho tiempo para estudiar la corona solar desde el espacio, que es el origen de muchísimos de los fenómenos solares, como por ejemplo las manchas y las erupciones solares que tienen impacto en nuestra vida.

P. ¿Qué presupuesto tiene este proyecto?

R. Este proyecto es fruto de la colaboración de 16 países; 14 de ellos forman parte de la agencia espacial y los otros dos países son colaboradores. Participan un total de 40 empresas de estos países. Hay una parte dedicada al desarrollo de los satélites y otra parte al lanzamiento, pero todo junto tiene un presupuesto de 200 millones de euros. En esta misión hay dos países que tienen mayor liderazgo. El primero, el que más, que tiene un presupuesto mayor, es España, por eso lideramos la misión, pero ha tenido un papel también relevante Bélgica. Y entre las 40 compañías que participan hay, además de Sener, importantes empresas españolas como GMV o Airbus. Destacan también RedWire y SpaceBel en Bélgica.

P. A veces cuesta entender en qué beneficia a los ciudadanos que haya un satélite dando vueltas alrededor del Sol ...

R. Claro. Y por eso hay que explicar que con estas misiones estamos desarrollando tecnología. Por ejemplo, en Proba-3 hacemos ensayos tecnológicos, que son importantes cara al futuro porque te permiten experimentar cosas muy complicadas que evolucionan a aplicaciones comunes. Un buen ejemplo es la tecnología del GPS, que es fruto de casi 40 años de desarrollo tecnológico hasta convertirla en lo que es hoy en día. Tiene su origen, una parte, en defensa y, otra parte, en la resolución de un problema muy concreto de la navegación de barcos, como era que en alta mar no sabían dónde estaban. El desarrollo del GPS empezó así y ahora cuesta pensar cómo funcionábamos antes sin él en nuestro día a día. Un dato que poca gente conoce es que en la actividad media de cualquier persona en España se puede estar haciendo uso de 100 satélites diferentes en un solo día.

"Hasta hace poco el espacio era cosa de tres: EEUU, Europa y Rusia. Ahora también están China, la India, Oriente Próximo, Japón..."

P. ¡Cien son muchos!

R. Parte de lo que se ve en Netflix, en streaming, o en Spotify viene vía satélite. Ciertas conversaciones o datos que tenemos en la nube va a satélites. La información meteorológica que te ofrecen a diario también llega de los satélites o el GPS que mencionaba antes. Es más, si apagáramos los satélites, de repente, colapsaríamos a la gente. Es impactante.

P. Y con los satélites, ¿qué se puede aportar científicamente al cambio climático?

R. Europa tiene el programa de observación de la Tierra más ambicioso que existe, que es Copernicus. Está formado por una serie de satélites denominados Sentinel. Cada uno de ellos aporta una parte de la información necesaria para entender la dinámica climática. Unos son radares, otros son cámaras infrarrojas, otros multiespectrales, otros son cámaras visibles. Cada uno de ellos monitoriza un aspecto, unos estudian más la humedad, las lluvias, la evolución que es muy importante de los terrenos desde el punto de vista de deforestación, por ejemplo, y luego está la parte meteorológica. Con todo ello, los científicos elaboran los modelos dinámicos que usan para predecir cómo va a ser la evolución en los próximos años. La información aportada desde el espacio es fundamental para generar los modelos dinámicos que se han utilizado, por ejemplo, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). Europa, a través de su programa Copernicus, es una de las instituciones que más información aporta. Las empresas españolas y Sener en particular colaboran aportando componentes, equipos y sistemas para estos satélites. Hemos participado activamente en Meteosat tercera generación, y prácticamente estamos en todos los satélites de observación de la Tierra que se canaliza a través de la participación de España en la Agencia Espacial Europea.

Satélites Proba-3 Sener / 'activos'

P. Desde su experiencia, ¿cómo está España en este sector respecto a otros países europeos?

R. España ha tenido suerte. Anteriormente había una institución que era el Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial, que desde relativamente pronto canalizó la participación de España en las instituciones europeas del sector. Eso ha permitido que, especialmente desde los años 90, se haya desarrollado una importante capacidad tanto en el segmento de vuelo como en el de tierra, en las estaciones de control y de seguimiento. Y la verdad es que España tiene una capacidad que es superior a la capacidad media que tenemos en otros sectores industriales. Ha tenido un papel muy relevante en grandes proyectos. Ahora se ha creado la Agencia Espacial Española y toma el relevo de esa actividad. Todavía está en rodaje. Sener ha focalizado sus esfuerzos en el segmento de vuelo y en áreas tecnológicas. Nuestra fiabilidad es muy apreciada en el segmento europeo.

P. ¿Qué no debería dejar de hacer España para no perder esa buena posición en este sector?

R. Hay un hito cada tres años, que es la conferencia ministerial, donde Europa decide realmente qué quiere ser en los siguientes años y a qué programas va a dar prioridad del plan de la ESA. Ese evento va a ocurrir en noviembre o diciembre del año que viene. Ahí cada país mide a qué nivel va a participar. A pesar de que el sector lo ha hecho muy bien hasta ahora, depende mucho de esas inversiones, que deben seguir un poco el nivel de PIB relativo que tiene España. Sería muy importante que ese esfuerzo que se hace alcanzara un valor equivalente al peso que tiene España por su PIB en el conjunto de los países de la agencia.

P. ¿Cuántos proyectos del área aeroespacial tiene Sener entre manos en estos momentos?

R. En curso, más de 150 proyectos de distinto tamaño. Unos pueden ser pequeños, con contribuciones más de ingeniería, y otros más ambiciosos, como Proba-3, en el que llevamos muchos años. Y hay que tener en cuenta que en muchos casos son a largo plazo, de dos o tres años. En global, la cartera de pedidos del grupo Sener asciende a 1.500 millones de euros, cifra que incluye los negocios de energía, infraestructuras, mobility e instalaciones avanzadas para centros de datos.

"La cartera de pedidos del grupo Sener, que se reparte en varios años, asciende a 1.500 millones de euros"

P. ¿Qué peso tiene el área Aeroespacial y Defensa en el grupo?

R. Toda el área de aerospacial y defensa supone aproximadamente un tercio del total del grupo.

P. El volumen de negocio de Sener en 2023 fue de 529 millones de euros. ¿Cuánto aporta el segmento de Espacio?

R. La facturación de espacio está ahora mismo en 85 millones, con un crecimiento del 8% de media en los últimos tres años.

P. ¿Qué porcentaje del volumen de negocio del grupo se dedica a I+D del segmento aeroespacial?

R. Mucho. El 10% de la facturación global. Es un gran esfuerzo pero tiene que ser así si quieres mantenerte en primera línea. Creo que solo en el sector farmacéutico se hace una inversión mayor. Además hay una demanda creciente en espacio. Hasta hace poco esto era cosa de EEUU, Europa y Rusia. Ahora también está China, la India, Oriente Próximo, Japón, etcétera. Hay más oportunidades pero también más competencia.

P. ¿Cuánta gente hay trabajando en el área de espacio de Sener

Pulsa para ver más contenido para ti

R. La plantilla del área Aeroespacial y Defensa Sener es 1.100 personas, teniendo en cuenta que tenemos ingenieros que trabajan en espacio, en aeronáutica, en defensa, porque somos transversales. Solo espacio serían unas 500 personas.

"Todo el sector tiene dificultades para encontrar profesionales"

PREGUNTA (P.) ¿Hay algún proyecto que se esté preparando en el que a Sener le gustaría participar?

RESPUESTA (R.) Tenemos mucho interés en participar en una misión que se llama LISA, una de las grandes misiones de la ESA, para estudiar ondas gravitacionales desde el espacio, y en la que participaremos con los mecanismos de orientación de antena. Esto significa que se ponen tres satélites formando un enorme triángulo, separados por millón y medio de kilómetros, y se envían entre sí unos láseres para formar un interferómetro que va a medir variaciones inimaginables del espacio-tiempo.

P. Suena a ciencia ficción...

R. Suena a ciencia ficción porque lo que se está buscando es de ciencia ficción: la medida de estas ondas gravitacionales de las que solo hemos tenido pequeñas dosis en la Tierra. Como ves es una misión enormemente ambiciosa y los mecanismos y los equipos que hay que desarrollar son extremadamente complicados. Sener quiere tener un papel relevante. Prácticamente ya tenemos un acuerdo con la agencia para fijar nuestra participación en la misión.

P. Encontrar perfiles profesionales en áreas tan específicas no debe ser fácil.

R. No lo es. Todo el sector tiene dificultades porque hay una gran demanda de profesionales de áreas técnicas y científicas. Nos faltan a todos. Hay buenas universidades, incluso más allá de Madrid y Barcelona. Europa acusa el cambio demográfico y a eso se le suma el número limitado de vocaciones en las áreas tecnológicas. Ambas cosas generan una disfunción entre oferta y demanda. Hay que fomentar vocaciones en ambos géneros. Y trabajar más en la inmigración cualificada. 

Pulsa para ver más contenido para ti