Gobierno

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz pugnan por abanderar la causa palestina en un nuevo choque de la coalición

Las reticencias de Exteriores y el control israelí de las fronteras complican el viaje de trabajo anunciado por la vicepresidenta

Pedro Sánchez junto a Yolanda Díaz. / José Luis Roca

Ana Cabanillas / Mario Saavedra

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz trasladan su pugna al ámbito internacional y, en plena guerra en Gaza, se disputan el liderazgo de la defensa de la causa palestina. La vicepresidenta segunda anunció este miércoles su intención de viajar a Palestina para mostrar su solidaridad; una visita de carácter oficial, como ministra de Trabajo, que se había puesto en conocimiento del Ministro de Exteriores, encargado de hacer los trámites. Sin embargo, el jefe de la diplomacia, 

de esas características. El episodio se produjo el mismo día en que el presidente de Gobierno pidió por carta a la Comisión Europea una

. Dos movimientos encaminados al mismo objetivo político de ser la referencia en la defensa de los derechos de los civiles palestinos en plena contienda, que ha dejado ya cerca de 30.000 muertos.

Sánchez lleva meses trabajando en un frente común dentro de la Unión Europea para pedir un alto el fuego inmediato y más firmeza con Israel. Pero el fruto de ese trabajo, con la misiva a la que se ha adherido también Irlanda, se vio poco después deslucido por el protagonismo que copó la líder de Sumar con el anuncio de su intención de desplazarse a Palestina.

La sorpresa en el ala socialista del Gobierno se hizo patente y el propio Albares negó que se estuviera preparando a nivel oficial, desmintiendo así a Díaz, que aseguró haber avisado al Ministerio de Exteriores del desplazamiento para organizarlo conjuntamente. "Desde Exteriores no estamos preparando ningún viaje de la vicepresidenta segunda a Palestina. Quien sí ha ido a Israel y Palestina ha sido el presidente del Gobierno", zanjó el ministro socialista. El desdén hacia la líder de Sumar contrastaba con los elogios que dedicó a Pedro Sánchez, a quien definió como "el líder que más lejos ha ido en la defensa de los derechos humanos, del derecho internacional humanitario y, sobre todo, de la población civil palestina”.

Desde Sumar explican que el viaje es oficial, a invitación del Ministro de Trabajo palestino y que se pretende firmar con la Autoridad Nacional Palestina un Memorando de Entendimiento para mejorar el respeto a los derechos laborales de los palestinos. Pero una visita oficial de estas características es inviable sin la aquiescencia del Ministerio de Exteriores, explican varias fuentes diplomáticas. Es necesario movilizar al consulado de Jerusalén para obtener el permiso y la coordinación de seguridad con las autoridades israelíes.

Es Israel quien, como potencia ocupante, controla las fronteras de Palestina (Gaza, Jerusalén Este y Cisjordania, donde está la capital, Ramala). O se cruza a pie la frontera con Jordania o se aterriza en suelo israelí para luego cruzar los puestos de control antes de llegar a Ramala. Israel impidió en 2018 la entrada a varios diputados españoles a Gaza.

"Haré todo lo posible por viajar a Palestina. Porque es urgente pasar de las palabras a los hechos", señalaba Díaz este miércoles en redes sociales. Admitía así, de una manera implícita, las dificultades que entraña la visita.

Choques entre Sánchez y Díaz

La causa palestina se ha convertido en una nueva disputa entre Sánchez y Díaz. Un nuevo choque en este mes de febrero negro para la coalición y diez días después de que Sumar pidiera formalmente al PSOE reunir a la comisión para revisar la coalición, sin que a día de hoy haya habido respuesta alguna, según confirman desde Sumar. Las últimas semanas han estado plagadas de desencuentros en el seno del Gobierno, con una frialdad creciente entre el presidente y la vicepresidenta segunda, que hasta ahora siempre habían exhibido una excelente relación.

El punto de inflexión se produjo hace un mes, con el 

, después de que Félix Bolaños se empleara en las negociaciones con el resto de formaciones para salvar los dos decretos socialistas mientras "dejó caer" el impulsado por Sumar, según critican en la formación de Díaz.

Este episodio pesa aún en el ánimo del socio minoritario del Gobierno, que desde entonces ha abierto un debate para endurecer posiciones respecto al PSOE. La respuesta llegó por parte de Sumar cuestionando abiertamente la negociación que había liderado Bolaños, criticando la cesión de la inmigración a Junts en el marco de una negociación partidista, y sin tener en cuenta el "discurso xenófobo" de los posconvergentes.

Desde entonces, los choques han sido continuos entre los aliados, aunque hasta ahora se han tratado de explosiones controladas, donde el socio minoritario expresaba su discrepancia pero asumía su falta de competencias en ciertos ámbitos y evitaba la confrontación directa. En las filas de Sumar ha crecido el "malestar" por la actitud del ala socialista del Gobierno; consideran que se le está intentando arrinconar "por todos lados".

No gustaron tampoco los "anuncios unilaterales" que llevaron a cabo con la ampliación del Puerto de Valencia o la inversión para ampliar el aeropuerto de Barajas. La creciente frialdad entre los socios llevó a que Díaz dejara a los socialistas "asumir su propio fracaso" con la derrota parlamentaria de la ley de amnistía. Además, no han dudado en mostrar su disconformidad con medidas impulsadas por los socialistas e incluso aprobadas en el Consejo de Ministros, como los

.

Uno de los últimos episodios que evidencian las tensiones es la creación en el Gabinete de Presidencia de un ministerio de Cultura paralelo al que ocupa ahora Ernest Urtasun, después de que éste crease una unidad contra las violencias sexuales en el sector cultural, realizando una incursión en las materias de Igualdad, dependientes de la socialista Ana Redondo. El choque, desvelado por El Periódico de España, llevó a que Díaz cerrase filas con Urtasun y mostrase su respaldo acompañándole este miércoles en un encuentro con el sector.

Pero frente a estos desencuentros, el viaje de Yolanda Díaz supone un órdago mayor, puesto que afecta a ámbitos especialmente sensibles como la diplomacia internacional en un

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, y deja la pelota en el tejado del PSOE, que en último término será el encargado de promover o frenar la visita.

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