SUMAR

Yolanda Díaz diseña Sumar como una confederación de partidos aunque se asegura el control de la dirección

La líder de Sumar elige un modelo confederal para su nuevo proyecto y cede un 30% de los puestos de dirección al resto de fuerzas

Yolanda Díaz abre su partido político a las formaciones ya existentes y les ofrece ostentar una cuota en la dirección de Sumar a cambio de participar en la construcción del proyecto. La dirigente gallega apuesta así por un modelo confederal, por el que cede casi un tercio de sus órganos de dirección a las formaciones que quieran integrarse, previa firma de "acuerdos bilaterales". Una vía que le garantiza el control de la nueva organización y que al mismo tiempo acalla las críticas de otras formaciones, que tendrían una presencia limitada en la organización y pasarán a ser lo que Díaz vino a llamar "disidencias ordenadas" dentro de su nuevo proyecto.

Este modelo viene detallado en el Documento Organizativo ratificado este miércoles por su grupo promotor, el encargado de preparar la I Asamblea que tendrá lugar el próximo 23 de marzo y donde se aprobarán todos los documentos. Esa cita será el paso previo para la Asamblea Constituyente del próximo otoño, donde se dará por completada la construcción del partido. Una de las grandes incógnitas en torno a Sumar era sobre el formato que tendría finalmente: la idea inicial consistía en dotar de los pilares y estructuras políticas a Movimiento Sumar, el partido instrumental que Yolanda Díaz registró para ir en coalición en las generales del 23J, de manera que la dirigente pudiera tener el control total de su propio partido.

Sin embargo, han pesado las advertencias de otras formaciones como Izquierda Unida, que reclamaban compartir responsabilidades en la toma de decisiones y pedían "mancomunar la marca" de Sumar a los actores del espacio, ante la confusión actualmente existente, al denominarse igual tanto la coalición electoral de distintos partidos como el proyecto de Yolanda Díaz.

El diseño planteado ahora de la nueva organización corta el paso a estas críticas, al cederles espacios dentro del partido, pero al mismo tiempo asegura el control mayoritario de Yolanda Díaz en el nuevo proyecto, donde ostentará el 70% de los puestos de dirección, mientras cede el restante 30% a las formaciones que decidan integrarse.

"NUEVO SUJETO POLÍTICO"

En el documento organizativo hay un apartado expreso sobre la "participación de los partidos políticos" donde se detalla que "Sumar no puede reducirse al concepto de partido político tradicional", pero advierte de que "al mismo tiempo, va más allá de una clásica coalición de partidos".

En este sentido, el documento defiende que "Sumar representa un nuevo tipo de sujeto político colectivo", cuya "construcción involucra a una serie de partidos que durante los últimos años han compartido un espacio progresista". En este punto, Sumar cita a seis formaciones, "Izquierda Unida, Catalunya en Comú, Más Madrid, Verdes Equo, Zurekin Nafarroa / Contigo Navarra e Iniciativa del Pueblo Andaluz". Excluye así a varias de las formaciones con las que concurrió a las generales el pasado verano y con las que conviven en el grupo parlamentario del Congreso, como son Compromís, Més per Mallorca o Chunta Aragonesista.

VÍAS DE COOPERACIÓN

Yolanda Díaz establece "dos vías de cooperación: involucrarse en la construcción de SUMAR o la acción política conjunta". La primera de ellas apela a aquellas formaciones que "han decidido involucrarse en el desarrollo de Sumar" y que "se incorporan a sus órganos" de decisión, previa firma de "acuerdos bilaterales" para fijar "sistemas de cooperación y funcionamiento en común".

En su documento, Sumar establece distintos órganos de dirección. El máximo es la Asamblea, formada por todos los miembros de Sumar -inscritos que pagan cuota- que se celebra cada cuatro años como máximo. La dirección de Sumar, bautizada como "grupo de coordinación", está formada por un máximo de 110 personas, de los cuales un 70% (76 personas) debe pertenecer a Sumar, mientras el 30% restante se repartirá entre "los partidos políticos que formen parte del proyecto Sumar", y serán designados "bajo las fórmulas correspondientes a cada organización".

Esta dirección es la encargada de ratificar la ejecutiva -grupo ejecutivo- y a la "coordinación general" que ocupará Yolanda Díaz como figura que ejerce de "máximo representante de Sumar tanto a nivel político como institucional". Díaz también reserva una cuota para otras formaciones en su ejecutiva, donde se establece "un máximo de dos representantes designados por cada fuerza política".

"DISIDENCIAS ORDENADAS"

La segunda de las vías de "cooperación" consiste, en cambio, en la "cooperación política entre Sumar y el resto de partidos del espacio que no hayan optado por la construcción organizativa del proyecto y que forman parte de la coalición electoral del 23J" para tejer "una relación más profunda" mediante protocolos de colaboración y la "apertura a la participación de las respectivas militancias en los procesos" que se consideren de "interés mutuo".

Este miércoles por la tarde, la líder de Sumar abría la reunión del Grupo promotor con una intervención inicial donde defendía la creación de un partido "de nuevo cuño" que a su juicio debía estructurarse "sobre un movimiento ciudadano" pero que al mismo tiempo debe "reconocer a los partidos políticos que comparten un horizonte de país". Después de defender un espacio "abierto", "amable" y "flexible", "que permitan el debate", defendía que "no tenemos que pensar igual". "Al revés -añadía-, queremos disidencias intelectuales, culturales y políticas, pero queremos que sean disidencias ordenadas y cohesionadas".

Sumar prevé un despliegue territorial completo en los próximos meses, y se ha propuesto elegir a final de año a sus federaciones, "asambleas territoriales", para colaborar con la dirección estatal -grupo de coordinación-. Hasta entonces activarán a lo largo del país una serie de "grupos territoriales" para ir situándose en cada región. El partido admite en su documento organizativo que "el estado embrionario" del partido "dificulta" la construcción de "estructuras orgánicas complejas" a nivel territorial, pero advierte de que el dilema deberá resolverse a lo largo de este año fijando unas "bases organizativas mínimas, que homogeneicen los puntos de partida" y fomentando los encuentros para permitir la aproximación de los distintos actores. 

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