Puente ordena una auditoría en Transportes para depurar responsabilidades por el caso Koldo

“Tolerancia cero” contra la corrupción “caiga quien caiga”. Bajo esta premisa, el ministerio de Transportes ha ordenado una auditoría interna para llegar hasta el final en el caso Koldo, según fuentes de la cúpula de este departamento que ahora dirige Óscar Puente. El objetivo pasa por determinar sí existen más responsabilidades o responsables involucrados en la supuesta trama de comisiones ilegales en la compra de mascarillas durante la pandemia. Un caso bajo investigación judicial que ha provocado la detención del que fuera asesor del por el entonces ministro, José Luis Ábalos.

Desde el PSOE ha solicitado formalmente esta mañana al exministro que entregue su acta “por responsabilidades políticas”, a pesar de no estar investigado. Asimismo, los socialistas han tomado la iniciativa y han avanzado que solicitarán una comisión de investigación en el Congreso. Según fuentes de la dirección, se centrará en un primer momento de investigar el caso que ahora les salpica, pero no descartan que se extienda a otras administraciones, con el punto de mira en las controladas por el PP.

El PSOE exige formalmente a Ábalos que entregue su acta de diputado por el caso Koldo

Los primeros informes solicitados en Transportes para la fiscalización de aquellos trámites, con dos contratos en el punto de mira, no han arrojado nuevas sospechas, según fuentes conocedoras. Ni en lo relativo a sobreprecios ni en la implicación de otros responsables, aunque la auditoría todavía está dando sus primeros pasos y es pronto para extraer conclusiones. Fuentes del ministerio avanzan, con todo, que actuarán con el principio de "máxima transparecencia" para dilucidar todo lo ocurrido.

Koldo García era un “asistente personal” que acompañaba a Ábalos a todos los sitios, como saltaba a la vista de todo el mundo. En el partido también aseguran que era su sombra, estando incluso presente en reuniones al más alto nivel. Otros extienden el círculo porque en su momento habría reportado a algún dirigente del partido. Fuentes cercanas al Gobierno aseguran que ni siquiera solía asistir a las reuniones de los consejos de administración donde lo nombró Ábalos (Renfe y Puertos). Y según las actas, las pocas veces que lo hacía optaba por mantener un perfil bajo.

En una de las conversaciones intervenidas por los investigadores de la presunta trama se señala a Ábalos. El presunto cabecilla, Juan Carlos Cueto, traslada a otros de los empresarios respecto a las adjudicaciones obtenidas que “...esto era un favor que le estaba pidiendo tu vecino (Koldo)… él y su ex jefe”, en alusión al exministro. La charla tuvo lugar el pasado 4 de diciembre, y en ella Cueto añade al otro empresario que "parece ser que el otro ha dicho que sí… porque le han dado un favor a cambio".

"Nadie puede lucrarse del dolor”

Los socialistas defienden la pertinencia de esta comisión de investigación porque dicen ser los primeros interesados en llegar hasta el fondo de este asunto. “Somos nosotros quienes asumimos la responsabilidad de estudiar lo que sucedió en estos momentos. Nadie puede lucrarse del dolor”, avanzaba la portavoz del partido, Esther Peña, en rueda de prensa desde Ferraz tras la ejecutiva que decidió por unanimidad tanto dar este paso en el Congreso como exigir formalmente a Ábalos la entrega de su acta.

“Nos hubiera gustado que la propusiera el PP en el caso del hermano de Ayuso”, añadía en contraposición al modo de actuar de los populares ante los casos de corrupción que afectan a sus filas. En esta línea abundaba que “nos rebelamos contra la sinvergonzonería de todos aquellos que quisieron lucrarse. En las próximas horas estoy convencida de que habrá reacciones. Hay que estar atentos. Si escuchan excusas o reticencias para no apoyar esta comisión de investigación, yo me preguntaría a qué obedecen. Qué temor tienen algunos en la bancada azul”.

Sin capacidades estratégicas

Como ya publicó este diario, cargos del PSOE ya advirtieron sobre algunas de las conductas del exasesor de Ábalos, llamando la atención sobre su idoneidad. No en vano, cuando llegó a la sede federal contaba ya con un par de condenas por agresión. Estos ex altos cargos coinciden en mostrar sus dudas sobre la posibilidad de que actuase solo. Algunos lo recuerdan como un chófer, otros como un escolta y, en su mayoría, como alguien con ciertas limitaciones para asumir funciones más estratégicas.

“No lo veo con capacidad para montar una trama de este tipo en solitario”, explica un excolaborador del partido. Hay quien apunta sin medidas tintas que “tenía las neuronas justas”. La compra con el dinero supuestamente obtenido de las mordidas de dos pisos en Benidorm, en primera línea de playa, ratificaría este análisis, sostienen. Extienden así sus sospechas sobre que contase con otros colaboradores, sin poner la mano en el fuego sobre que su jefe directo, el exministro, desconociese sus movimientos. Lo cierto es que era su sombra.