Relación bilateral

Más Madrid y Sumar entierran el hacha de guerra y ultiman el acuerdo para blindar su alianza

Las dos formaciones vuelven a reunirse este miércoles para intentar cerrar un documento que fije cómo será su relación antes de la asamblea del 23 de marzo

Más Madrid entra en la dirección del grupo parlamentario de Sumar y deja de estar representado en Iñigo Errejón

Los cinco ministros de Sumar en el Gobierno.

Los cinco ministros de Sumar en el Gobierno. / EFE / Fernando Villar

Elena Marín / Ana Cabanillas

Ha habido choque, malestar y revuelta interna. Sumar y Más Madrid han pasado días de alta tensión. La indignación entre los de Mónica García se ha hecho patente en las últimas semanas porque el equipo de Yolanda Díaz ha puesto en marcha la expansión de su estructura nacional sin que, según la formación madrileña, se haya respetado su papel en el territorio. Pero el "ruido", las quejas públicas, con varios mensajes a través de las redes sociales, y el "cabreo" que admitían en Más Madrid con el proceder de la dirección de Sumar se va rebajando, mientras las aguas se calman y abren paso al acercamiento. En los últimos días, las dos formaciones han logrado "reconducir" su irritación y liman los últimos detalles de un acuerdo bilateral que prevén alcanzar a finales de esta semana.

Según distintas fuentes próximas a la negociación, el pasado jueves mantuvieron una reunión que habían ido aplazando y que llegó después de una semana negra en su relación. El encuentro sirvió para volver a encauzar las conversaciones que se llevan produciendo entre ambos desde enero, con el objetivo de pactar un documento que ponga negro sobre blanco cómo será su relación de aquí a futuro. Un pacto que está más cerca de alcanzarse.

La reunión no era baladí. Poco antes se había producido el choque más importante entre Más Madrid y Sumar, después de que los de Yolanda Díaz convocasen asambleas en la Comunidad de Madrid para debatir los documentos que irán a su I Asamblea el 23 de marzo. La convocatoria encendió a los madrileños y desató fuertes turbulencias en las filas de Mónica García, que rebajaron después las tensiones al reunirse el equipo de Josep Vendrell, hombre fuerte de Yolanda Díaz en el partido, con Gabriel Ortega, secretario de Organización de Más Madrid y negociador por esta parte.

La ministra Mónica García en un Pleno del Senado.

La ministra Mónica García en un Pleno del Senado. / EFE

A esto se suma la entrada de la diputada de Más Madrid en el Congreso, Tesh Sidi, a la dirección del grupo parlamentario de Sumar; una incorporación que en la formación madrileña ha sido interpretada como un gesto positivo en unos momentos especialmente delicados. La designación de Sidi como miembro de la dirección como cuota de Más Madrid estaba prevista pero no se ha materializado hasta ahora, y llega después de que Iñigo Errejón, el dirigente que ocupaba esta plaza, ascendiera a portavoz parlamentario tras la salida de Marta Lois. Errejón, el segundo diputado que figuró en las listas por parte de Más Madrid, representa ya a Sumar y no a los de Mónica García, que pasan a tener representación propia.

Después de desencallar la relación tras el último desencuentro, en el partido madrileño trataban de pasar página pero dejaban clara su posición. "Ni un minuto más que perder en estas cosas, pero toca dejarlas claras (otra vez)", defendía en redes el diputado de Más Madrid Jorge Moruno, que insistía en apuntar a su partido como única referencia política en el territorio. "En Madrid, el proyecto de cambio y de proximidad es Más Madrid (...). Nuestra hoja de ruta es cristalina", zanjaba.

El escollo

El partido de Mónica García ha sido desde el primer momento uno de los más fieles aliados de la líder de Sumar; la propia García participó en el acto fundacional de Díaz en Valencia en octubre de 2021, estuvo en su puesta de largo en Magariños y ha sido una de las figuras en las que Díaz se ha apoyado.

Mónica García y Ada Colau, en el lanzamiento de Sumar.

Mónica García y Ada Colau, en el lanzamiento de Sumar. / Carlos Luján

En el partido sólo han puesto una exigencia sobre la mesa: ser la referencia política en su territorio, la Comunidad de Madrid. En las elecciones generales ambas fuerzas firmaron un acuerdo por el que Sumar se comprometía a no competir electoralmente en la región, pero Más Madrid quiere ir más allá, y quiere mantener el 'monopolio' como único partido existente en su territorio, y que Sumar renuncie a crear organizaciones paralelas en su feudo.

Esta condición no es fácil de cumplir debido a la importancia que tiene para todos los partidos su estructura en la capital, un lugar clave por la proyección política que tiene a nivel nacional y que trasciende, consideran en Sumar, el ámbito puramente regional. Las piezas no son a priori fáciles de encajar, aunque la disposición es total por ambas partes, y el calendario apremia.

Alianzas

La consecuencia directa del acuerdo es que Sumar contará con un aliado de cara a su asamblea del 23 de marzo y el partido madrileño tendrá presencia en los órganos de dirección de Yolanda Díaz, que ha reservado un 30% de los espacios de decisión a representantes de otras formaciones.

Mónica García y Yolanda Díaz en un acto en enero en Madrid.

Mónica García y Yolanda Díaz en un acto en enero en Madrid. / EFE

En Más Madrid rechazan la palabra "integración", les parece que eso puede llevar a confusión y derivar en una fusión en la que la marca madrileña se diluya. Y tienen claro que no pueden ni quieren perder su etiqueta de partido regional, que queda clara en la propia denominación de Más Madrid y que impulsaron hace ya cinco años, consolidándose como primera fuerza de oposición a Isabel Díaz Ayuso. "Un partido netamente madrileño" y con "personalidad propia", insisten, que no puede quedar subsumido en otro proyecto.

"Imaginativos"

En la formación reconocen que hay que ser "imaginativos" a la hora de buscar su encaje dentro de Sumar y llevar a buen puerto la idea de hacer una confederación de partidos, porque no hay muchas experiencias previas que hayan funcionado. En cualquier caso, las dos formaciones quieren llegar a la asamblea fundacional de Sumar prevista para el 23 de marzo con un acuerdo pactado y el documento firmado. Este miércoles tienen previsto volver a reunirse para intentar cerrar un acuerdo que, confían, estará listo antes de que termine la semana.

"No vamos a dejar caer a Sumar, no es esa nuestra intención", expresan desde el partido madrileño a pesar de las peleas internas de estos últimos días. En el equipo de Manuela Bergerot y Mónica García están convencidos de que es "necesario hacer crecer el espacio que hay a la izquierda del PSOE" y que ese camino pasa por darle forma a Sumar. Su apuesta es cerrar cuanto antes ese documento que fije la relación bilateral, pero creen que van a tener que seguir perfilando y limando asperezas para seguir ahondando en la "España plurinacional" en la que creen, donde los partidos con "arraigo territorial" como el suyo sigan marcando el camino en los territorios sin la "tutela" de nadie.

El problema, expresan, es que la tradición política se basa en partidos jerarquizados de arriba a abajo y no en formaciones que se nutren de los territorios donde la dirección nacional coordina pero no impone. "Es lo que quiso hacer el primer Podemos, lo que se pretendió hacer con los territorios", detallan, en referencia a los primeros compases de la formación, hasta que Pablo Iglesias impuso una verticalidad de la que Más Madrid, ahora en Sumar, busca huir.

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