Cataluña

El adelanto de Aragonès descoloca a Feijóo y altera la estrategia para las elecciones europeas

Génova tenía diseñado un plan para abordar la gran patata caliente después de las elecciones europeas: el candidato a la Generalitat y el proyecto del PP en una comunidad clave, que ahora mismo está en el aire. La cúpula valora distintas opciones reconociendo que habrá que asumir "riesgos"

El presidente del PP de Cataluña, Alejandro Fernández; el portavoz del PP a la Alcaldía de Barcelona, Daniel Sirera; Alberto Núñez Feijóo, y el alcalde de Castelldefels, Manu Reyes.

El presidente del PP de Cataluña, Alejandro Fernández; el portavoz del PP a la Alcaldía de Barcelona, Daniel Sirera; Alberto Núñez Feijóo, y el alcalde de Castelldefels, Manu Reyes. / Lorena Sopeña

No hay tregua en la política española. Cuando el PP digería una sesión de control muy dura -en la que Pedro Sánchez pidió la dimisión de Isabel Díaz Ayuso por la investigación de la Fiscalía que afecta a su pareja y que terminó con los populares denunciando al presidente del Gobierno por un posible conflicto de intereses- el adelanto electoral en Cataluña descolocó por completo los planes del partido. Muchos dirigentes conservadores no terminaban de descartar que pudieran adelantarse, pero nadie situaba la cita catalana antes de la europea. Las elecciones de junio que se juegan en Bruselas eran para el PP la gran ocasión para derrotar a Sánchez de nuevo y coger impulso. A partir de ahí abordarían de una vez por todas el liderazgo en Cataluña.

Es una patata caliente que lleva tiempo acumulada en las carpetas de Génova. El único asunto que no dejó zanjado Miguel Tellado cuando abandonó la vicesecretaría de Organización para ser portavoz en el Congreso. Y el único tema interno que realmente da quebraderos de cabeza al PP de Feijóo. Los populares querían tener tiempo para decidir qué hacer en una comunidad donde definitivamente aspiran a ‘comerse’ a Ciudadanos, con Vox a la baja y en el momento de mayor fortaleza a nivel nacional. Una oportunidad para resucitar y ganar influencia.

Las expectativas de crecimiento el 12 de mayo son altas porque parten de un malísimo resultado, el de 2021, cuando el PP se quedó en solo tres diputados autonómicos. La aspiración de los populares pasa por aprovechar el tirón que se vio en las generales del pasado verano (tercera fuerza superando el 13% del voto) y la sensación de que vuelve a faltar una opción constitucionalista para un electorado huérfano y harto. Especialmente, dicen en parte del PP catalán, por los pactos del PSOE y los independentistas, empezando por la ley de amnistía.

Como publicó El Periódico de España, del mismo grupo editorial, la dirección nacional siempre aspiró a relevar a Alejandro Fernández, actual líder del PP catalán, como cabeza de cartel. No solo por la tendencia de Feijóo a cambiar a los candidatos con malos resultados, sino por la sensación que cunde en Génova -pero también en el resto de España- de que el dirigente catalán es un “activo muy importante” pero no un líder ni el candidato que puede convencer a los desencantados. Esa idea de un PP “más amplio” que no renunciará en ningún caso a un discurso duro contra los independentistas.

Además, tanto en Génova como en distintas presidencias autonómicas vienen criticando la “falta de lealtad” que Fernández demostró con Feijóo en varios momentos críticos para el partido. La estrategia de intentar desgastar las relaciones de los socios con Pedro Sánchez tuvo como resultado varias declaraciones de dirigentes populares en Madrid que en el entorno de Alejandro Fernández se vieron como condescendientes con Junts. Ahí empezó un tira y afloja que fue a más y que frustró la operación de acelerar un relevo que muchos dirigentes veían pertinente.

El candidato, en el aire

Después, los giros de guion se han ido acumulando. El candidato del PP a las elecciones del próximo mayo sigue en el aire, según confirman distintos dirigentes de la cúpula. Que hay “menos tiempo” no es indicativo de nada, dicen, reconociendo que podría mantenerse el actual líder popular o que se imponga un cambio que muchos otros reclaman para el liderazgo. 

Barones territoriales y dirigentes de distintos niveles critican una falta de conexión con las bases y la ciudadanía en un momento en el que el PP debe impulsar una alternativa que emocione al electorado más huérfano. También, insisten miembros del PP catalán, hay sectores, como el mundo empresarial, a la espera de que Feijóo confirme si aspira realmente a tener influencia en esa comunidad. El discurso de los conservadores es siempre complicado. Feijóo llegó defendiendo un proyecto para Cataluña basado en la unidad de España, pero más favorable a defender singularidades catalanas. Eso, insisten dirigentes, “no es incompatible” con una denuncia constante hacia las alianzas de Sánchez con ERC y Junts.

Lo que muchos descartan por completo en la cúpula es que Dolors Montserrat, que durante mucho tiempo fue la opción que Feijóo tuvo en la cabeza, pueda encabezar este proyecto. Ya en Génova pensaron en ella para la alcaldía de Barcelona, pero la catalana se ha consolidado en Europa. Y la cercanía con las elecciones comunitarias también tiene efectos en ese sentido. El actual portavoz en la ciudad condal, Daniel Sirera, cuenta con muchos valedores, aunque todos insisten en que su sitio está en mantener fuerte una posición en la capital catalana, que el PP había perdido. 

Nombres como Xavier García Albiol suenan para hacer comparativas con perfiles con el que los populares creen que el electorado se siente “más cómodo e identificado”, como con el alcalde de Castelldefels, Manu Reyes, que también cuenta con puntos a su favor. Esta semana Isabel Díaz Ayuso viajó a Cataluña y era él quien figuraba detrás de la presidenta madrileña ante las cámaras. El nombre de Nacho Martín Blanco, el diputado por Barcelona en el Congreso y que venía de Ciudadanos, vuelve a aparecer como parte clave del nuevo PP catalán. 

Los cargos consultados por este diario, de distintos niveles, tanto nacionales como en Cataluña, insisten en que “hay más cantera y opciones de las que muchas veces se ven”. También aseguran en la dirección nacional que la decisión no está tomada y que aún podría tardar días. Mientras que los independentistas, dicen, viven en sus “luchas diarias e internas”, el PP jugará sus tiempos y decidirá analizando las distintas variables. Lo que ya está claro es que la estrategia de centrarse en las europeas todos estos meses buscando la gran derrota de Sánchez, queda descartada. Antes vendrá Cataluña. Y pase lo que pase, reconocen en el PP, habrá consecuencias.

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