Gobierno de coalición

El revés de los subsidios descubre la pugna entre Bolaños y Yolanda Díaz por liderar los acuerdos

En las filas socialistas miden sus dos victorias parlamentarias del PSOE frente a la derrota de la gallega, que siempre ha hecho gala de su perfil negociador

Iván Gil / Ana Cabanillas

El primer examen parlamentario al Gobierno culminó esta semana con dos victorias socialistas y una derrota de Sumar. El ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, veía aprobado su decreto ómnibus, de igual manera que el del escudo social, mientras Yolanda Díaz sufría un varapalo al decaer la reforma de los subsidios para desempleados por culpa del 'no' de Podemos. El revés de la vicepresidenta ha abierto una grieta entre los socios del Gobierno de coalición y descubre además una íntima rivalidad entre dos de las figuras más relevantes del ejecutivo, como son Bolaños y Díaz, a la hora de gestionar y liderar los acuerdos.

El resultado final sólo se aclaró al final de la jornada. Las negociaciones del PSOE lograron un acuerdo in extremis con Junts, que anunció haber arrancado al Gobierno la cesión de competencias en inmigración, más inversión en transportes para Cataluña y el blindaje de la amnistía. Mientras, la vicepresidenta gallega no logró mover a Podemos de su 'no'.

Las altas exigencias de los morados, que obligaban a Díaz a admitir la existencia de "recortes" en su propuesta, se toparon con la negativa de la gallega, que ofreció negociar a posteriori, una vez iniciada la tramitación parlamentaria, con la convicción hasta el final de que los morados rectificarían y no harían decaer un paquete de medidas que incluía el aumento de la ayuda y que ampliaba el número de posibles perceptores.

Satisfacción

Las votaciones estuvo en el aire hasta el último minuto, cuando las filas socialistas respiraban aliviadas y estallaba la indignación en Sumar. La euforia en el ala socialista del Gobierno vino acompañada de cierta satisfacción por la derrota de Díaz. El PSOE se esforzó después en responsabilizar del fiasco a la vicepresidenta por cómo había afrontado las negociaciones. El entorno de la vicepresidenta se justificaba, en cambio, acusando a Podemos de haber ejecutado su venganza por una "cuestión personal".

El PSOE los aguantó cuatro años en el Gobierno y Díaz solo cuatro meses en la coalición”, argumentaban en las filas socialistas, para descargar responsabilidades en la vicepresidenta segunda. El socio mayoritario del Gobierno cuestionaba abiertamente el perfil negociador que la líder gallega se ha esforzado en labrar desde su llegada al Consejo de Ministros, y que ha procurado exhibir con cada una de sus medidas y sus acuerdos con los agentes sociales. Después de su derrota parlamentaria, Díaz se precipitó a volver a llamar a los sindicatos para negociar, ahora sí, la norma que Podemos acababa de tumbar.

La ministra de Trabajo volvió a hacer gala de sus acuerdos este mismo viernes, cuando pactó la

. Pero el golpe del miércoles ha marcado un antes y un después. Con el PSOE señalando las fallas del que ha sido considerado como principal perfil negociador del Gobierno, ahora le disputa este papel precisamente Félix Bolaños, el otro protagonista de la semana, hombre fuerte de Sánchez y principal interlocutor del resto de socios de Gobierno. El ministro de Presidencia es también quien mantiene el canal abierto con la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, con quien mantiene buena relación y con quien cerró in extremis el acuerdo para salvar el decreto anticrisis. Algo que Díaz no consiguió.

En las filas socialistas medían estos días el éxito de Bolaños frente al fiasco de Díaz. Los recelos son patentes entre la líder de Sumar y el dirigente socialista, que ha ganado peso en el nuevo Gobierno y cuyo protagonismo creciente ensombrece a la dirigente gallega. La relación personal entre ambos tampoco es la mejor, tal como aseguran algunas voces próximas a los implicados, que contrastan este caso con la extrema sintonía en la entente de las tres vicepresidentas, Yolanda Díaz, María Jesús Montero y Teresa Ribera.

Hasta ahora, los únicos desencuentros que habían trascendido eran entre Yolanda Díaz y la vicepresidenta 

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, que ejercía como antagonista a la líder de Sumar. La salida de la ministra económica para presidir el BEI deja ahora a la gallega sin grandes contrapesos en el ala socialista de la coalición, un vacío que ahora podría ocupar el ministro de Presidencia.

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