ELECCIONES VASCAS

Las elecciones vascas zarandean a Sumar y a Podemos, que pugnan por lograr escaño

El auge de EH Bildu y la fractura en la izquierda del PSOE han orillado a ambos partidos en campaña, y ninguno tiene asegurada su representación

Yolanda Díaz junto a la candidata de Sumar a las elecciones vascas, Alba García. / EFE

No hay certezas para Sumar, y menos aún para Podemos, en las elecciones vascas de este domingo. El espacio a la izquierda del PSOE, que en 2020 logró seis escaños, lucha ahora por entrar en el Parlamento Vasco y asegurar su futuro político en País Vasco, después de fracturarse en dos papeletas distintas. El escenario no es sencillo. A la penalización que supone la división en términos electorales, se une el importantísimo auge de EH Bildu, que en los últimos años ha virado su discurso hacia lo social y que ha logrado el voto de una parte importante del electorado de izquierdas no necesariamente soberanista. Un escenario que guarda ciertos paralelismos con el 'efecto Ana Pontón' que llevó al BNG a arrasar en las elecciones gallegas y llevó al fracaso total de la izquierda no nacionalista. En esta ocasión, ambas fuerzas asumen que es su último examen con las urnas

Al inicio de la campaña vasca, las encuestas concedían a Sumar entre cero y dos escaños y a Podemos, entre cero y uno. Pero en los últimos días, las opciones parecían haberse reducido, y algunas encuestas -como la de 40db- llegaban a dejar fuera del Parlamento a ambas fuerzas, ante un fulgurante EH Bildu.

En paralelo, algunas encuestas han detectado otro fenómeno: el que Podemos parece recortar distancias a Sumar -algo que también ocurre a nivel nacional-. En el último CIS, los morados tenían una mejor puntuación en intención directa de voto (1,9%) que Sumar (1,4%), aunque después de la cocina ambos quedaban igualados, con poco más del 3% del voto. Aun así, y pese a la cautela de ambas fuerzas, en Sumar parecen confiar más en lograr representación, frente a la mayor frialdad de los morados.

FUGA DE VOTOS A EH BILDU

La sangría de votos que ha supuesto EH Bildu será un factor determinante este domingo. En el último CIS, casi un tercio -el 31,9%- de los votantes de Elkarrekin Podemos hace cuatro años admitía ahora su intención de votar a los abertzales. Pero la campaña ha dado un giro en esta recta final, con la negativa del candidato de EH Bildu, Peio Otxandiano, a calificar de banda terrorista a ETA, y está todavía por ver el efecto que puede tener el electorado vasco.

El votante de izquierdas no soberanista que, en un momento dado, tuvo intención de votar por la formación abertzale, podría volver a su partido de origen, ante la sensibilidad que despierta este tema en la sociedad vasca. Tanto en Podemos como en Sumar han evitado valorar públicamente los efectos de este episodio, pero en privado admiten que puede beneficiarles, aunque de manera limitada.

La exministra Irene Montero con la candidata a lehendakari, Miren Gorrotxategi, y Juantxo López de Uralde. / Miguel Toña

Mientras en Sumar rechazan hacer "cálculos electorales" con este asunto, los morados censuran el propio hecho de sacar el debate de la banda terrorista, al considerar que supone "comprar el marco a la derecha". En Sumar hay quien, en cambio, señala a Otxandiano como responsable único de ese tropiezo, y consideran que puede llevar incluso a no culminar el 'sorpasso' y no ser el partido más votado, por delante del PNV.

LAS EXPECTATIVAS

Más allá de las consecuencias que pueda tener esta recta final de campaña, la posición de Sumar y Podemos es débil. Los morados admiten estar "a la expectativa", y tienen puestas sus esperanzas en Álava, la provincia con menos población donde el escaño es "más barato", al lograrse con menos votos, y donde se presenta el exdiputado y fundador de Alianza Verde, Juantxo López de Uralde, una figura relativamente conocida dentro de la izquierda.

Precisamente el perfil más consolidado de sus candidatos es uno de los puntos fuertes de su papeleta. La candidata de Elkarrekin Podemos, Miren Gorrotxategi, es la única que aspira a ser lehendakari que se ha presentado previamente a unas elecciones. Su experiencia parlamentaria y "el trabajo hecho" es otra de las grandes bazas que han imperado en la campaña, que han tratado de centrar en las deficiencias de gestión del PNV en asuntos como la educación o la sanidad pública, tras las potestas de los últimos meses en Osakidetza, el Servicio Público de Salud.

Podemos se ha proclamado, además, como "el único partido" que no está dispuesto a pactar con los jetzales de Imanol Pradales, llegando a confrontar con EH Bildu, a quien han criticado duramente por haberse abierto a un Gobierno de concentración nacionalista en País Vasco.

Ante las dudas de los morados, en Sumar sí confían en lograr un escaño por Vizcaya, y aspiran a otro por Álava. En esta campaña han tratado de enmendar los errores de la campaña gallega, que se diseñó en Madrid y que fue escenario de un paseíllo de ministros que no han querido repetir. Yolanda Díaz ha tenido una presencia reducida estas semanas, aunque la marca de Sumar sí se ha empleado como un activo en el Gobierno, junto a las medidas sociales aprobadas como la subida del SMI.

Yolanda Díaz junto a la candidata de Sumar a las elecciones vascas, Alba García. / EFE

La plataforma de Díaz insiste como un mantra, siguiendo la misma estrategia que ya empleó con éxito en las elecciones generales, en que son llave para la formación de un Gobierno de izquierdas. Así lo defendió el ministro y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, en el cierre de campaña: "Cualquier mayoría de izquierdas en Euskadi pasa por un buen resultado de Sumar. El Partido Socialista ha decidido atar su destino al PNV y sólo ofrecen continuidad", criticó

RIFIRRAFE PODEMOS-SUMAR

La candidata, Alba García, es la menos conocida de todos los que se presentan -un 37,1% admiten no conocerla, según el CIS-, pero en Sumar defienden que su perfil puede aportar frescura frente al resto de candidatos. No fue hasta este viernes, el último día de campaña, cuando las candidatas de Podemos y Sumar protagonizaron su primer rifirrafe en un debate de El País. En el apartado sanitario, Gorrotxategi cargó contra la dirigente de Sumar por unas declaraciones de la ministra de Sanidad, Mónica García, que defendió en algunos casos el "efecto sinérgico" de "las políticas públicas y privadas".

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"Me pregunto si comparte las palabras de ayer mismo de Mónica García, de Sumar porque defiende la la alianza pública privada como una mezcla eficaz entre el paracetamol e ibuprofeno", le lanzó la candidata de Podemos a García, que aseguró que "jamás" defendería esa alianza, al tiempo en que le contraatacó por recurrir al plano nacional para atacarla: "Jamás tampoco defenderé irme a la política madrileña para rascar unos votos", censuró, antes de verse replicada de nuevo por Gorrotxategi: "Permítame que ponga en duda la firmeza de sus convicciones cuando su ministra dice lo contario", insistió.

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