ELECCIONES VASCAS
Sumar salva los muebles por la mínima y Podemos desaparece en País Vasco
Los de Yolanda Díaz celebran su único escaño pese a la caída del espacio a la izquierda del PSOE, que logró 6 diputados en 2020
La líder de Sumar, Yolanda Díaz, durante un acto en Euskadi. / L. Rico
La izquierda más allá del PSOE sale tocada de las elecciones vascas. De los seis diputados que obtuvo hace cuatro años, a tener un único representante en el Parlamento. El balance general es pobre para un espacio que acudió fracturado a las urnas con un resultado desigual: mientras Sumar consigue salvar los muebles por la mínima con un único escaño por Álava, Elkarrekin Podemos desaparece del mapa político en el País Vasco.
Las últimas encuestas apuntaban a la caída de Sumar y el ligero ascenso de Podemos, y algunos sondeos llegaron a situar a los morados por delante de la plataforma de Yolanda Díaz, algo que elevó el nerviosismo en las filas sumaritas. Pero el examen de este domingo vuelve a dibujar una tendencia que ya se vio en las elecciones de Galicia, con un Podemos minoritario, que en esta ocasión logró al 2,4% del voto, sin llegar a la barrera electoral del 3%, y un Sumar más adelantado, que esta vez -a diferencia del desastre gallego de febrero- ha logrado un escaño con el 3,7% de los apoyos.
DEBILIDAD DE PODEMOS
El resultado de Podemos da buena cuenta del desgaste de la marca a nivel estatal. El feudo vasco es el territorio en el que más confiaban, en el que tenían mayor representación institucional -con seis diputados en el Parlamento vasco y concejales en distintos ayuntamientos- y una organización territorial fuerte. Eso sin contar con que su candidata, Miren Gorrotxategi, era una de las más conocidas y la única que no se estrenaba como aspirante a la lehendakaritza en estos comicios. Sin embargo, el peso de la fractura ha jugado en su contra.
La ruptura en diciembre con Yolanda Díaz y la salida al Grupo Mixto del Congreso han situado a los morados como una fuerza residual en la política vasca. La organización ha tratado de rebajar expectativas en las últimas semanas, y centra todas sus fuerzas desde hace meses en la batalla de las europeas para devolver a Irene Montero a primera línea de la política.
La líder de Podemos en Euskadi, Pilar Garrido, compareció tras el fin del escrutinio para admitir los "malos resultados" obtenidos. "No hemos conseguido llegar a obtener la confianza que queríamos para seguir empujando nuestro proyecto", ha señalado. "Hay que saber ganar y hay que saber perder", ha continuado Garrido, que ha tildado los resultados de "duro golpe", aunque ha destacado que "este proyecto es imprescindible" y ha asegurado que su presencia en las Juntas provinciales y en los ayuntamientos les permitirán "seguir en las instituciones y en las calles", con el objetivo de que "nuestro espacio sea más fuerte", para lograr "que se acabe la alternancia definitivamente".
ALIVIO EN SUMAR
En Sumar les salvó el escaño por Álava, que estuvo bailando hasta bien avanzado el escrutinio y que supuso todo un alivio para la formación. Este único diputado les evitaba reeditar el fracaso total que tuvo lugar en Galicia y le permitía también salvar los muebles y justificar su existencia, esgrimiendo el argumento de que es la primera cita electoral vasca a la que concurren.
"Nuestra valoración es positiva, estamos satisfechas", argumentó la candidata de Sumar, Alba García, en una comparecencia hacia las once de la noche. La dirigente justificó su satisfacción en la dificultad de la cita: "Eran unos comicios muy complicados, muy polarizados entre dos opciones casi hegemónicas y hemos logrado romper ese marco y convencer a una parte de la ciudadanía del valor y la utilidad de votar a Sumar en nuestras primeras elecciones al Parlamento Vasco", continúo.
García, que no será diputada en el Parlamento Vasco, sí aprovechó su intervención para pedir un Gobierno de coalición progresista, liderado por EH Bildu y junto al PSE. "El Parlamento vasco cuenta con una mayoría de escaños de partidos que nos consideramos de izquierdas, y esto debería abrir una reflexión sobre el nuevo Gobierno vasco que a nuestro juicio debería ser progresista", reflexionó.
AGRIDULCE
Sin embargo, hay dos elementos que enturbian esta victoria mínima y dejan un sabor agridulce. El primero es que el resultado general del espacio es malo -de seis escaños a uno-, y la responsabilidad de la ruptura recae en este caso en los de Yolanda Díaz, después de que se negasen a pactar con Podemos en el único lugar donde los morados podían aportar votantes, estructuras y recursos. En 2020, Elkarrekin Podemos logró 72.000 votos. En esta ocasión han logrado 58.000 papeletas entre ambas fuerzas (Sumar 34.743 y Podemos, 23.442). Unas 14.000 papeletas menos que la división no les ha permitido rentabilizar.
El segundo motivo es más en clave interna, ante las graves tensiones que se viven entre Sumar y el resto de fuerzas aliadas. Aunque Sumar logra un escaño por Álava, el candidato que entrará en el Parlamento Vasco no es de la órbita de Yolanda Díaz, sino que es Jon Hernández, secretario general del PCE -integrado en IU- en Euskadi. Una circunstancia que no es baladí, teniendo en cuenta los enormes recelos que existen en Izquierda Unida hacia Sumar, que queda debilitado frente a sus aliados.
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