Las repercusiones del 12M

El Gobierno busca cómo blindar a Sánchez frente a la resaca de las elecciones catalanas

La Moncloa considera que la llegada de Illa a la Generalitat no debería hacer cambiar la actitud de ERC y Junts, porque seguirán queriendo obtener contrapartidas a cambio de su apoyo en el Congreso

Pedro Sánchez, el pasado viernes durante la apertura de la fábrica Chery y Ebro en Barcelona.

Pedro Sánchez, el pasado viernes durante la apertura de la fábrica Chery y Ebro en Barcelona. / Zowy Voeten

Juan Ruiz Sierra / Miguel Ángel Rodríguez

Las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo preocupan en la Moncloa mucho más que las vascas del pasado domingo. Hay asuntos muy importantes en juego. El relato construido por Pedro Sánchezpara justificar su llamada política de "reencuentro" con Catalunya, por ejemplo. El presidente del Gobierno suele insistir en que sus iniciativas (los indultos, la mesa de diálogo con la Generalitat, la derogación de la sedición y la amnistía) están logrando que la pulsión independentista descienda, una tesis que se vería en peligro si los partidos separatistas suman mayoría en el Parlament. Pero no es solo eso. 

También son las consecuencias tangibles y a corto plazo que para el Ejecutivo central tenga un resultado contrario, con el socialista Salvador Illa al frente de la Generalitat, que podría hacer cambiar de actitud tanto a ERC como Junts, grupos que resultan indispensables para aprobar cualquier iniciativa en el Congreso y que hasta ahora, con matices, han venido respaldando a Sánchez. Ante este posible escenario, con encuestas como la publicada este martes por EL PERIÓDICO, del mismo grupo editorial, que señala que el candidato del PSC está consolidando su primer puesto mientras el independentismo pierde fuelle y no tiene ni mucho menos asegurada la mayoría, la Moncloa busca vías para blindar al presidente del Gobierno de la resaca de estos trascendentales comicios.

Los colaboradores de Sánchez se esfuerzan estos días en transmitir ilusión y tranquilidad. Primero, por el empuje de Illa, que “está muy fuerte y enarbola un discurso muy compartido por la gran mayoría de catalanes, que ve la necesidad de pasar página del procés”. Y después, porque consideran que si dentro de dos semanas y media hay una victoria amplia del exministro de Sanidad y los partidos independentistas no suman 68 escaños en el Parlament, la actitud pactista de esas mismas formaciones no tendría por qué cambiar en Madrid. Siempre, claro, que logren jugosas contrapartidas a cambio de su respaldo a los proyectos del Gobierno. 

La Moncloa considera que la llegada de Illa a la Generalitat no debería hacer cambiar la actitud pactista de ERC y Junts en Madrid

“No hay que gobernar para pedir cosas para tu territorio. ¿Qué ocurre con Bildu, el BNG, Compromís o ahora mismo también Junts? Piden cosas para sus territorios y no están gobernando. Porque todos quieren decir: ‘Esto se ha hecho por mí”, argumenta un alto cargo del Ejecutivo. 

Dentro de esta visión optimista, la llegada de Illa al Govern, continúa, podría incluso acercar la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2025. Fue el rechazo de los comuns a las cuentas públicas catalanas, que ERC había pactado con el PSC, lo que motivó no solo el adelanto catalán aprobado por el president Pere Aragonès, sino también que el Ejecutivo renunciara a presentar sus presupuestos para este año. Pero la salida del poder del independentismo, según estas fuentes, haría que la competición “permanente” entre ERC y Junts disminuyera. Aún más, en un contexto no electoral.

La competición entre Aragonès y Puigdemont

A partir de aquí, en la Moncloa no se descarta ni mucho menos que el independentismo, representado también por la CUP, vuelva a alcanzar la mayoría absoluta. Pero la cuestión aquí sería quién queda primero dentro de este bloque, con Illa como seguro vencedor en votos: Aragonès o Carles Puigdemont. Si el candidato posconvergente logra más escaños que el todavía ‘president’, ERC apoyará y habrá coalición, consideran en el Ejecutivo central. Si ocurre a la inversa, en cambio, “no está tan claro”. Al fin y al cabo, recuerdan en el entorno de Sánchez, Junts ya salió del Govern y rechazó las últimas cuentas catalanas.

Los aliados parlamentarios del Ejecutivo central se muestran preocupados por las consecuencias de estos comicios en la gobernabilidad de España

Dentro de la hipótesis de una mayoría independentista, en Sumar también creen que un triunfo de Puigdemont sobre Aragonès daría más estabilidad. Pero por otros motivos. Este desenlace, explican en el socio minoritario del Gobierno, se entendería como un respaldo de los votantes de Junts a su actitud tendente al acuerdo en Madrid.

La posible repetición

Mientras tanto, los aliados parlamentarios del Ejecutivo de coalición hablan del riesgo para la gobernabilidad que encierra el 12M. El más claro a la hora de expresarlo fue este martes el portavoz del PNV, Aitor Esteban. Los acuerdos postelectorales que se alcancen en Catalunya, dijo, "pueden tener repercusión". También si hay repetición electoral, porque prolongaría la parálisis política actual. 

Entre los socios preocupados está la propia ERC. Fuentes de la dirección republicana avisan de que si Junts se queda fuera del Govern podrían llegar a sumarse a una moción de censura del PP a Sánchez que contase con el apoyo externo de Vox. Hace apenas dos semanas, Puigdemont ya avisó de que tendría "muy poco sentido" apoyar al Ejecutivo central si el PSC alcanza un acuerdo como el del Ayuntamiento de Barcelona que el pasado junio cerró el paso al posconvergente Xavier Trias.

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