Tras el descalabro de ERC en las elecciones

Aragonès no recogerá el acta de diputado y abandonará la primera línea política

"Responsabilidad y honestidad", ha espetado

Los resultados de ERC de la noche electoral del 12M fueron peores incluso de los que pronosticaban las encuestas

Aragonès anuncia que abandona "la primera línea de la política, por responsabilidad con el país y el partido que representa"

Sara Fernández

Quim Bertomeu

La primera víctima política de las elecciones catalanas de este domingo es ni más ni menos que el propio president de la Generalitat. Pere Aragonès ha anunciado este lunes que no recogerá el acta de diputado y que dejará "la primera línea de la política". Lo que sí que hará es quedarse de presidente en funciones hasta que el Parlament invista a su sucesor y ha prometido "facilitar una transición ordenada" al nuevo Govern. "Ser el president de Cataluña ha sido el honor más grande de mi vida", ha concluido.

Los resultados de ERC de la noche electoral del 12M fueron peores incluso de los que pronosticaban las encuestas. Los republicanos pasaron de los 33 diputados de 2021 a los 20 parlamentarios y, lo que es peor para sus intereses, cedieron el liderazgo del independentismo a Junts al cosechar 15 parlamentarios menos que la candidatura de Carles Puigdemont. Ante este escenario, Aragonès ha comparecido este lunes desde la sede de Esquerra y ha argumentado que, por "responsabilidad y honestidad", no estará en el próximo Parlament ni en la próxima dirección de ERC. Deja casi más de 20 años de actividad política al máximo nivel, ya que empezó a ser diputado a los 24.

Ya en la misma noche del domingo, el president, en su primera comparecencia en caliente, no puso reparos en admitir que habían sido unos "muy malos resultados". Aragonès hacía días que tenía asumido que difícilmente repetiría en el cargo, pero nunca esperó un retroceso tan severo. De hecho, según fuentes conocedoras, el president no se marchó a casa tras la comparecencia antes los medios de comunicación y, pasada la medianoche, seguía en la Estació del Nord de Barcelona, la sede electoral de los republicanos. Allí empezó a tomar la decisión que ha comunicado hoy.

Ser el president de Cataluña ha sido el honor más grande de mi vida

Pere Aragonès

— President de la Generalitat

Tras anunciar su decisión, ha dedicado el resto de la comparecencia a reivindicar su labor. Su idea ha sido transmitir que, pese a que los ciudadanos le han retirado la confianza, él está muy "orgulloso de las transformaciones" que ha impulsado la Generalitat. Ha citado el refuerzo de las políticas sociales, el descenso del desempleo, el aumento de las exportaciones, el aumento de la plantilla de trabajadores públicos -profesores, sanitarios y policías-, la inversión en cultura, el combate contra la sequía o la apuesta por la negociación con el Gobierno sobre el 'procés'. "Hemos hecho avanzar el país", ha defendido.

Política de pactos

Aragonès se va. Hasta aquí las certezas. Sin embargo, en el resto de comparecencia ha dejado varias incógnitas. La primera, si ERCfacilitará un Govern de Salvador Illa o intentará una operación para que el próximo president sea Carles Puigdemont. Por un lado, Aragonès ha dicho que su partido será "un elemento de desbloqueo" pero, por el otro, ha rechazado apoyar al PSC o a Junts. "No estaremos para facilitar una investidura del PSC y no participaremos de operaciones que necesiten del PSC o de Junts. Estaremos en la oposición", ha dicho.

¿Qué significa esto? En primer lugar, que ceden la iniciativa al PSC y a Junts. Es decir, que si estos dos partidos son los que han obtenido mejores resultados, que se arreglen entre ellos porque la suma de los dos permite el desbloqueo. En segundo lugar, que no pondrán fácil el voto a Illa ni a Puigdemont. Eso sí, queda mucho verano por delante para negociar. El gran problema que tiene ahora ERC es que una repetición electoral podría acarrearle un resultado peor y, este escenario, podría obligarle a replantear su posición actual.

Situación interna

Otro cabo suelto que deja la comparecencia de Aragonès es qué pasará con la actual cúpula del partido. Queda claro que él no seguirá como coordinador nacional -el número tres del escalafón-, pero no se ha pronunciado sobre qué pasará con el líder de la formación, Oriol Junqueras, y la secretaria general, Marta Rovira. Cuando se le ha preguntado por la cuestión, se ha limitado a decidir que "tocará fortalecer el proyecto" y que se "tomarán las decisiones colectivamente". "Miraremos adelante y el proyecto continuará", ha concluido.

Con Aragonès preparado para abandonar la primera línea de la política, serán el propio Junqueras y Rovira quienes deberán decidir qué hacen. Junqueras no ha dado ningún síntoma de querer tirar la toalla. Ha participado activamente en la campaña y, tras el descalabro, no se le ha escuchado. De Rovira ha sido más difícil pulsar sus sensaciones. Desde 2018 reside en Ginebra y, hasta que no se confirme la amnistía, no se podrá plantear el regreso.

Lo único que se ha podido ver este lunes es a Junqueras asistir a la comparecencia de Aragonès junto a otros destacados miembros de la dirección. También ha participado en el aplauso final al president. Aragonès se va. Junqueras, no.

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