CRISIS DIPLOMÁTICA

El Gobierno deja en el aire su colaboración en el próximo viaje de Milei a España: aeropuerto, escoltas y seguridad

No descarta tampoco tomar otras medidas diplomáticas de represalia por los insultos del presidente argentino

El presidente de Argentina, Javier Milei, interviene durante el acto ‘Viva 24’ de VOX, en el Palacio de Vistalegre

El presidente de Argentina, Javier Milei, interviene durante el acto ‘Viva 24’ de VOX, en el Palacio de Vistalegre / A. PÉREZ MECA / EP

Mario Saavedra / Iván Gil

José Manuel Albares ha insistido, en todas y cada una de la decena de intervenciones que ha hecho en estos días de crisis diplomática con Argentina, en la afrenta que para él supone que Javier Milei haya insultado a Pedro Sánchez justo tras haberse beneficiado de las facilidades puestas por el Gobierno de España para su visita. "Pagadas con dinero público", ha dicho el ministro de Exteriores en varias ocasiones. Eso incluye, entre otras cosas, los permisos para aterrizar en el Boeing 757 presidencial (el ARG-01 decorado con la bandera argentina) en la base aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid. O la provisión de escoltas y otras "garantías de seguridad" para el que es un jefe de Estado como Milei, como ha reiterado el jefe de la diplomacia española este martes.

Ahora, el Gobierno deja en el aire que esa ayuda vuelva a producirse. El presidente argentino tiene previsto volver a España el próximo 21 de junio para recibir el Premio del Juan de Mariana 2024 por su "defensa de la libertad". El Ejecutivo está a la espera de ver si Milei pide audiencia con el rey Felipe VI o un encuentro con Pedro Sánchez. De lo contrario, no se trataría de una visita oficial, sino privada. "No existen precedentes de un jefe de Estado que acuda a la capital de otro país para insultar a sus instituciones y hacer una injerencia flagrante en asuntos internos", ha dicho el ministro este martes. "Se produce además cuando habíamos ofrecido de buena fe toda la hospitalidad que merece".

La crisis diplomática total lanzada por España contra lo que consideran insultos reiterados del ultraliberal argentino está muy lejos de concluir. Albares se ha jactado en rueda de prensa en Moncloa de que en tres días de crisis ha tomado tres medidas, una por cada uno de los desplantes Milei: la llamada a consultas a Madrid "sine die" (retirada temporal) de la embajadora de España en Argentina, María Jesús Alonso, tras su primera referencia a la "corrupción" de Begoñá Gómez en el mitin de Vox; la convocatoria del embajador argentino en España, Roberto Bosch, para exigirle que su Gobierno se disculpara; y, este martes, después de que Milei rechazara públicamente retractarse y cargara contra la "cobardía" de Sánchez por esconderse "tras las faldas (pollera)" de sus ministras, la "retirada definitiva" de la embajadora en Buenos Aires.

Esto último significa que se da por terminada la jefatura de misión de María Jesús Alonso y que, en caso de querer volver a enviar un embajador o embajadora, se volvería a reactivar todo el proceso de acreditación, solicitud de plácet y presentación de credenciales diplomáticas. A partir de ahora "no habrá embajador en Buenos Aires", ha sentenciado Albares.

Insultos en la capital de España

Y ahora, ¿qué? Desde el Gobierno aseguran que queda un amplio margen de medidas por usar contra el presidente argentino si sigue con la bravata. Son todas drásticas pero, en esta escalada vertiginosa, nada es descartable. Para empezar, podrían declarar persona non grata y expulsar a su embajador en España, el mencionado Roberto Bosch, que da la circunstancia que solo hace unos días entregó sus credenciales al rey. Este tipo de medidas es la que lanzó Venezuela en 2018 y luego España imitó como medida de reciprocidad. Lo siguiente es ya la "opción nuclear" en diplomacia, reservada para conflictos cruentos (como la muerte de 39 personas en la embajada española en Guatemala en 1980) o para guerras: romper relaciones diplomáticas y retirar a todo el personal diplomático y cerrar la embajada.

La medida tomada hoy por España reduce el nivel de representación diplomática en Argentina al de "encargado de negocios", un eufemismo que viene a decir que se queda al mando de la jefatura de misión un funcionario sin rango de embajador que se limitará a las tareas más acuciantes y esenciales. Es lo que hicieron Marruecos o Argelia durante sendas crisis derivadas del giro de Pedro Sánchez sobre el Sáhara. Y lo que hizo el Gobierno de Mariano Rajoy en funciones en 2016 cuando retiró al embajador de la sede de Caracas después de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, le llamara "racista, basura corrupta y basura colonialista". 

El ministro Albares ha explicado hoy por qué, según su criterio, los insultos de Milei ameritan esta escalada diplomática, y no los que profirió la Embajada de Israel contra varios ministros del Gobierno (acusándolos de apoyar a Hamás) o la retirada de Tel Aviv de su embajadora. "No tenemos ningún deseo ni ningún interés de ninguna escalada, pero es función del gobierno defender dignidad y soberanía de las instituciones españolas. Mucho más cuando la agresión se produce en la capital de España", ha apostillado el ministro a preguntas de los periodistas.

El Gobierno ni siquiera descarta no permitir la entrada de Milei. No hacen juegos de declaraciones, dicen; anuncian medidas. Lo primero, explican fuentes de Moncloa, "vamos a ver si pide audiencia". En caso contrario, si mantiene su visita sin reuniones institucionales, se valorarán todos los escenarios. Eso sí, estas mismas fuentes dejan un aviso: "Irte a otro país a insultar no. Lo que se hace es no ir".

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