SUMAR
Yolanda Díaz suelta lastre con Sumar para asegurar su continuidad en el Gobierno
La dirigente se mantiene en la dirección de Sumar y conserva su escaño en el Congreso como presidenta del Grupo Parlamentario
Sumar adopta a partir del jueves un modelo de bicefalia, con un líder orgánico y Yolanda Díaz como líder del espacio en el Gobierno de coalición
Yolanda Díaz, tras anunciar su dimisión a su ejecutiva en el Círculo de Bellas Artes este lunes. / Eduardo Parra
"Es necesario dar un paso a un lado para dar un paso adelante". Yolanda Díaz razonaba así este lunes su decisión de dimitir como líder de Sumar tras el fiasco electoral de las europeas, donde logró tres escaños frente a los dos de Podemos y quedó lejos de las expectativas. Pero la decisión ya estaba tomada antes de la noche electoral. Díaz llevaba semanas barajándola, desde antes incluso de comenzar la campaña, y era ya firme en los últimos días antes de los comicios, tras la tendencia bajista de Sumar. Sólo un reducido núcleo de personas tenía conocimiento del paso que iba a dar y que anunció ante su ejecutiva en la reunión de este lunes, para gran sorpresa de una amplia mayoría.
El anuncio de Yolanda Díaz generó desconcierto inicial en Sumar. La idea que quedó tras la reunión es que la dirigente no renunciaba a su liderazgo en el espacio, sino que lo limitaba únicamente a la labor institucional del Gobierno, preservando así su papel como futura candiata. Aunque la ejecutiva tuvo lugar en la sede del partido, a la que acudió la prensa, la dirigente se desplazó hasta el Círculo de Bellas Artes para emitir su anuncio por streaming y evitar las preguntas de los periodistas. En la cúpula de Sumar tildaron su salida orgánica de una "decisión personal" que la vicepresidenta adoptó "convencida de que es la mejor manera de contribuir al proyecto", según se comunicó a los miembros de la dirección, que este jueves han sido convocados para dar un relevo rápido y elegir sucesor para llevar las riendas del partido.
Díaz comunicó en la reunión su voluntad de "dedicarse en exclusiva a las tareas de Gobierno", pero también continuar como presidenta del Grupo Parlamentario de Sumar en el Congreso de los Diputados, donde mantendrá su escaño. Y aunque la dirigente renuncia al cargo de coordinadora general de la formación, también se mantiene como miembro del órgano de dirección, el Grupo Coordinador, donde tendrá voto a la hora de elegir a su eventual sucesor. La ejecutiva, después del debate, aceptó la decisión de Díaz y exhibió su apoyo a su nueva tarea.
SOLTAR LASTRE
El inesperado movimiento de Yolanda Díaz es en realidad una forma de soltar lastre. Renunciar a su liderazgo como coordinadora general le evita ahora tener afrontar el fuerte desgaste que conlleva la construcción orgánica del partido. Una construcción que ha presentado serias dificultades desde su propia concepción por el difícil encaje del resto de fuerzas dentro de la plataforma y las fuertes tensiones que generaba cada una de las decisiones que Díaz y su equipo iba adoptando.
La líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, sale del Círculo de Bellas Artes de Madrid tras anunciar este lunes su renuncia como líder de la formación. / SERGIO PEREZ
Este mismo lunes noche, Antonio Maíllo, coordinador de IU, aseguraba que la "personalidad" de Díaz había sido un obstáculo a la hora de construir un proyecto donde los partidos se relacionasen de manera horizontal y celebraba que su salida "facilita" la apertura de una nueva etapa.
Pero al mismo tiempo que abandona el máximo puesto orgánico, la dirigente mantiene su liderazgo en el Gobierno para preservarse como un perfil presidenciable y reservarse, en último término, la posibilidad de repetir como candidata a unas elecciones generales. Delegar a otro cuadro la gestión interna de la organización y la relación con otras formaciones permitirá aislar la imagen de Díaz en el Gobierno y devolver la buena imagen que tenía antes de lanzarse a construir Sumar. Antes del lanzamiento de Sumar, en diciembre de 2021, Díaz llegó a las cotas máximas de popularidad y se hizo con el título de gran hacedora de acuerdos, después de lograr una reforma laboral que, pese a aprobarse in extremis por un error en el voto, se alcanzó con el acuerdo de empresarios y sindicatos.
BICEFALIA
La salida de Díaz aboca a Sumar a un modelo de bicefalia, donde hay dos líderes, uno orgánico y otro de Gobierno. En su comparecencia, Díaz dibujó nítidamente la disyuntiva de entre hacer política desde el Consejo de Ministros y hacerla desde el partido. Y también dejó clara su elección, advirtiendo de que "tenemos que estar para solucionar los problemas de la gente, no los problemas de los partidos o de los políticos", y señalando que "el Gobierno es la mejor herramienta" para lograrlo.
Antonio Maillo en un acto junto a Yolanda Díaz en la campaña de las elecciones europeas. / FERNANDO VILLAR
Díaz no ocultó las dificultades que había tenido para compaginar el liderazgo del partido con su labor en el Gobierno: "En estos meses siento que no hecho las cosas que debía hacer y las cosas que mejor sé hacer", advertía. "La ciudadanía lo ha percibido y muchas voces distintas me lo han ido diciendo".
En la ejecutiva algunos apelan al "modelo PNV", donde las grandes decisiones llegan del secretario general, Andoni Ortuzar, mientras el candidato del partido lo ocupa otro perfil -Imanol Pradales-. Pero la relevancia que mantendrá Yolanda Díaz, que seguirá liderando el espacio de Sumar dentro del Gobierno de coalición, le siguen manteniendo como una figura clave, en un modelo bicáfalo que bien podría parecerse más al de Junts, donde el candidato, Carles Puigdemont, es quien toma decisiones frente a un secretario general del partido -Jordi Turull- que tiende a seguir sus pasos.
LAS CRÍTICAS
Yolanda Díaz alumbró Sumar como un proyecto propio en el que tendía lazos con otras formaciones políticas. Pero desde su nacimiento, ha sido la vicepresidenta la que ha tomado las principales decisiones, sin tener necesariamente en cuenta las impresiones del resto de partidos. Ya ocurrió hace un año, con la negociación que mantuvo con Podemos para las generales; después con la decisión sobre su inclusión o no en el Consejo de Ministros, y después en decisiones del día a día, como la elección de todos los candidatos de este ciclo electoral, desde Marta Lois en las gallegas hasta Estrella Galán en las europeas, y el reparto de puestos, con el polémico reparto de portavocías en el Congreso y la elección del portavoz principal.
Unas serie de decisiones que el resto de partidos aliados cuestionan por su "falta de democracia" interna. IU y Más Madrid fueron los más críticos con Sumar en la noche electoral; en el partido de Mónica García critican los métodos de la plataforma y la afrenta de no respetar el "arraigo territorial" de las formaciones. Estas críticas son compartidas por Izquierda Unida, que ahora rechaza el protagonismo de Sumar, al que tras la salida de Díaz considera "un actor más" en la izquierda, y al que reclama mecanismos democráticos compartir con otros partidos las tomas de decisiones, que hasta ahora han recaído sobre Yolanda Díaz.
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