REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA

Sánchez utiliza el plan de medios para avanzar pactos con los socios a la espera de Presupuestos

La ronda de contactos para consensuar las medidas de plan de regeneración, cuya aplicación no se prevé antes de otoño, servirá al Gobierno como preludio para la negociación de las cuentas públicas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención en el Congreso para presentar el plan de recuperación.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención en el Congreso para presentar el plan de recuperación. / Eduardo Parra / Europa Press

El Gobierno arrancará este lunes la ronda de contactos con los grupos parlamentarios para concretar las medidas de un plan de regeneración con el que se pretende retomar la iniciativa y rellenar la actividad parlamentaria a la espera de los Presupuestos. En Moncloa rebajan así las prisas y alejan un calendario inmediato de aplicación. Su previsión es que en septiembre continúen las conversaciones, no solo con grupos políticos, sino también con el sector de los medios de comunicación, a quien afectará la principal pata del plan.

Exceptuando las medidas que puedan desarrollarse vía decreto, más urgentes, el grueso se desarrollará vía proposición de ley. Sin la garantía todavía de una investidura de Salvador Illa como president de la Generalitat, que aleje el escenario de una repetición y, por tanto, complique la aprobación de las cuentas públicas, el Ejecutivo abre una ventana de negociación con sus socios.

Después de un semestre electoral con una actividad parlamentaria reducida al mínimo, la relación con los independentistas en pausa y muestras de bloqueo legislativo, el plan de recuperación permite al Gobierno volver a sentarse con los socios en busca de acuerdos. Las medidas anunciadas por Sánchez fueron pretendidamente genéricas y abiertas para ahora abrir una fase de negociaciones e intentar cohesionar al bloque de investidura.

El apoyo de los socios a este futuro paquete legislativo está en el aire, como dejaron entrever durante el pleno del Congreso del pasado miércoles, y la ajustada aritmética parlamentaria obliga a los equilibrios. De ahí que desde el Ejecutivo señalen que están dispuestos a aceptar propuestas más allá de las directamente relacionadas con el desarrollo del reglamento europeo sobre libertad de medios. Como la reforma de la ley de secretos oficiales, que reclama el PNV, o retomar la negociación para modificar la ley mordaza, una reivindicación de ERC y EH Bildu, pero también de Sumar. La única línea roja, según trasladan desde el Gobierno, son las medidas que piden los independentistas frente a lo que denominan ‘lawfare’ y “cloacas del Estado”.

Estas negociaciones se entrecruzaran con las de ERC y PSC sobre la investidura de Salvador Illa. En el Ejecutivo se muestran cada vez más optimistas sobre un acuerdo y así lo trasladó Pedro Sánchez a la dirección de su partida durante la última reunión de la ejecutiva federal. La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, elevaba sus expectativas esta semana tras aprobar en el Consejo de Ministros el objetivo de déficit que irá al último pleno del Congreso antes del parón veraniego. Si bien no se descarta recurrir a una nueva prórroga de las cuentas públicas porque la “política es dinámica”, confían en que no haya “turbulencias políticas en el horizonte” para cerrar un acuerdo a finales de año.

Sortear la inestabilidad

Los socialistas insisten en que una repetición electoral en Cataluña perjudicaría principalmente a ERC. Con todo, muestran cierta cautela al estar condicionado un hipotético acuerdo al aval de las bases. De la gobernabilidad en Cataluña, por la dependencia de ERC y Junts, dependerán los Presupuestos, el marco principal para avanzar en los acuerdos de investidura con los socios. Con varios de ellos ya se tenían avanzadas las negociaciones. Antes de que el adelanto electoral en Cataluña obligase a tomar la decisión de no presentarlas por no tener garantizado el apoyo de ERC y Junts.

Otra prórroga presupuestaria profundizaría en la inestabilidad de la legislatura al dejar a los socios con menos alicientes para seguir sosteniendo al Gobierno. En este contexto, el plan de regeneración es una pista intermedia para pactar medidas con los partidos del bloque de investidura y comenzar a allanar conversaciones para unos Presupuestos que respondan a las “demandas y expectativas” de los socios.

Método de negociación

Para ello, el Gobierno ha diseñado una metodología de negociación para el plan de recuperación similar a la prevista para los Presupuestos. Consistirá en una comisión formada por los dos socios del Gobierno de coalición, PSOE y Sumar. En el caso del plan de regeneración serán el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, quienes se sienten con los grupos.

Para los Presupuestos todavía no están definidos los nombres de quienes encabezarán la comisión del Gobierno. Según fuentes del socio minoritario de la coalición, serían previsiblemente la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y alguno de los miembros del equipo económico de Sumar que han participado en las conversaciones dentro del Gobierno sobre el techo de gasto.

En medio de la ofensiva de la oposición por el caso Begoña Gómez, el Gobierno pretende poner el foco en la agenda política. Una respuesta a la “persecución política” de la que acusan a PP y Vox profundizando avances progresistas para no despistar su hoja de ruta. De su consecución dependerá en buena medida que puedan cerrar el año con nuevos Presupuestos, pero hasta entonces el protagonismo recaerá en el paquete legislativo dentro del marco del llamado “plan de calidad democrática”.

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